30 JUEGOS GANADOS EN UNA TEMPORADA

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
30 JUEGOS GANADOS EN UNA TEMPORADA
Por Héctor Barrios Fernández

Los últimos dos ligamayoristas en ganar 30 juegos en una temporada, Dizzy Dean en 1934 y Denny McLain en 1968, tuvieron mucho en común.
Como jugadores, los dos eran engreídos, algunas veces divertidos, otras impopulares con los directivos y sus compañeros jugadores.
Algunas buenas temporadas fueron echadas a perder por verdaderas payasadas, irresponsabilidades y distracciones, pero sus talentos fueron innegables y los dos tuvieron actuaciones de 30 juegos ganados para equipos que también ganaron la Serie Mundial.
La mayor parte de la temporada de 1934, Dizzy Dean y los Cardenales de San Luis lucharon por mantenerse cerca de los Gigantes de New York, los hermanos Paul y Dizzy Dean se combinaron para ganar 49 juegos en el torneo y tener récord de 12-2 en ganados y perdidos contra New York, los campeones mundiales del año anterior.
La carrera por el primer lugar se definiría en la última semana.
Aunque a principios de temporada los hermanos Dean habían intentado sabotear la buena temporada de los Cardenales.
Después de ausentarse de los entrenamientos de primavera, Dizzy amenazó con dejar al equipo en el mes de junio, buscando apoyar a su hermano menor quien buscaba una mejoría en su salario.
Los dos dijeron estar “lastimados” de sus brazos, pero pronto se “recuperaron.”
Después en el mes de agosto, los Dean “perdieron” el tren rumbo a Detroit para un juego de exhibición contra los Tigres.
Se reusaban a pagar sus multas.
Dizzy se había enojado con el manejador Frankie Frisch y los hermanos dejaron el equipo, el tiempo suficiente como para no presentarse en dos juegos.
Los Gigantes estaban adelante por siete juegos sobre San Luis, pero los Cardenales se acercaron cuando Dizzy ganó sus últimas siete aperturas de la temporada.
Con el título por decidirse en el último fin de semana, vea Usted lo que hicieron estos “Angelitos.”
El viernes 28 de septiembre, Dizzy blanqueó a los Rojos 4-0, al siguiente día también les ganó 6-1 y en el juego final de la temporada, el domingo 30, Dizzy los volvió a blanquear ahora 9-0, con esta victoria, Dizzy lograba su número 30 de la temporada con los Cardenales asegurando el título y con la del día anterior, Paul obtenía su 19.
El futuro miembro del Salón de la Fama finalizaba con récord de 30 ganados por 7 derrotas con 2.66 en carreras limpias admitidas y lideraba la liga con 195 ponches en 311 2/3 innings lanzados, 4 de estos triunfos fueron en relevo. Haciendo estallar su recta y su filosa curva, Dizzy ganó dos juegos en la Serie Mundial, blanqueando a los Tigres de Detroit 11-0 en el juego 7.
Como Dizzy, Denny McLain no pudo separar sus actividades personales y no dejar que afectaran su actuación en el campo de juego.

Denny volaba un pequeño aeroplano y mantenía una muy ocupada vida nocturna, buscaba una carrera en la música como organista cuando al mismo tiempo acumulaba triunfos para los Tigres en 1968.
Ganó nueve juegos en forma consecutiva más o menos a mitad de la temporada, mejorando su record a 18-2 con una victoria sobre Oakland el 16 de julio.
Aunque los Tigres le daban gran apoyo a McLain, éste hacía uso de su poderosa recta y su devastadora curva para dominar a sus oponentes.
El entrenador de lanzadores Johnny Sain le había enseñado otro lanzamiento en curva esa primavera para agregarlo a su ya de por sí poderoso arsenal.
En ese momento McLain contaba con la mejor variedad de lanzamientos.
El 1 de septiembre, Denny ganó su juego número 30, permitiendo dos cuadrangulares de Reggie Jackson, sin embargo lanzó todo el juego en una victoria de 5-4.
En su siguiente salida, venció a los Yankees y terminó la temporada con récord de 31-6 con 1.96 en carreras limpias admitidas en el “año del lanzador.”
McLain se convirtió en el único lanzador en obtener 30 o más victorias exclusivamente como abridor desde Grover Cleveland Alexander en 1917, liderando además la Liga Americana con 41 juegos iniciados, 28 completos y 336 innings lanzados.
La carga de trabajo cobró su factura.
El dolor en el brazo fue constante durante la temporada y McLain recibió regularmente inyecciones de cortisona para mantenerse lanzando.
En la Serie Mundial, perdió dos veces ante la otra estrella en “el año del lanzador,” Bob Gibson, pero se recuperó blanqueando a los Cardenales en el juego 6.
En el juego final, Mike Lolich se impuso a Bob Gibson para reclamar su tercera victoria de la serie y darle el campeonato a Detroit.
Para ambos ganadores de 30 juegos, su histórica temporada vino dentro de sus primeras cinco temporadas completas en las mayores, un tramo en el que los dos, Dizzy Dean (120-65, .649) y McLain (108-51, .679) impusieron impresionantes porcentajes de ganados y perdidos.
Los problemas en el brazo pronto aparecieron.
Dizzy comenzó en 1937, después de perder cerca de tres semanas por un dedo fracturado, convenció a Frankie Frisch de dejarlo abrir un juego contra los Bravos de Boston.
El derecho lazó bien, pero tuvo dolores en el brazo.
La siguiente temporada, después de haber sido transferido a los Cachorros de Chicago, Dizzy ganó su lugar como abridor, manteniendo el dolor bajo control.
Con el tiempo, éste fue más severo y en 1941, a la edad de 31 años, Dizzy Dean se retiró con 150 ganados y 83 derrotas con 3.02 en porcentaje de carreras limpias.
McLain dijo que había perdido la velocidad en sus lanzamientos, después de ganar su segundo “Cy Young” en 1969.
Solamente cinco años después de ganar 31 juegos, a la edad de 29 años, la carrera de McLain había terminado, finalizando con record de 131 victorias por 91 derrotas y 3.39 en carreras limpias.
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