CANDLESTICK PARK

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
CANDLESTICK PARK
Por Héctor Barrios Fernández

“El desastroso viento en un parque de béisbol.”
El Candlestick Park puede ser el mejor ejemplo de esta expresión empleada por mucho tiempo en Grandes Ligas.
El rival principal del Candlestick en este concepto pudo ser el Estadio Municipal de Cleveland, los dos parques tuvieron fama de fuertes vientos fríos generados en los cuerpos de agua cercanos a donde fueron construidos.
En el caso del Candlestick, el estadio fue concebido a toda prisa, ubicado en un lugar inadecuado y diseñado muy descuidadamente.

El Candlestick fue un problema desde el comienzo, la casa de la turbulenta historia de los Gigantes de San Francisco.
Su construcción estuvo marcada por casos de tensión, confusión, engaños, cuestiones turbias y corruptelas entre las autoridades de la ciudad y los constructores.
Construido en “Candlestick Point,” una pequeña península en las afueras de San Francisco, el estadio fue conocido por un impredecible clima, el cual cambia del fuerte calor, al frio extremo, en cuestión de poco tiempo.
Este tipo de clima engañoso es en parte debido al lugar, pero también parte del problema es esa cosa loca que los habitantes de San Francisco llaman “verano.”
Se aparece una densa niebla que desaparece después del mediodía y es reemplazada por un templado clima. Por la noche es muy parecido a la temporada invernal.

Es muy famosa la expresión de, “el invierno más frio que he pasado, fue un verano en San Francisco.”
El clima extremo quedó plenamente demostrado ante la audiencia televisiva en el primer gran evento del Candlestick, el Juego de Estrellas de 1961.
Al inicio del juego, la temperatura era de casi 28 grados centígrados y los aficionados buscaban la manera de refrescarse.
Para el séptimo inning, los asistentes estaban arropados y bebiendo chocolate caliente para contrarrestar el intenso frio.
En la novena entrada, la Liga Nacional casi pierde el juego cuando su lanzador fue derribado del montículo por una racha de viento y el umpire ni tardo ni perezoso le marcó un “balk” o “engaño.”
“Cuando ya estaba listo para lanzar, se presentó una fuerte recha de viento y fui balanceado como un árbol,” declaró el lanzador Stu Miller.
“Cuando estaba en medio del movimiento, sabía perfectamente que uno de los umpires marcaría un “balk.”

Otro motivo de fama del Candlestick, además del clima, fueron los ebrios aficionados.
“Los aficionados se balanceaban sobre tu persona, te maldecían, te escupían y te lanzaban objetos a cada paso que dabas.” Declaró un jugador visitante.
En 1981 un aficionado lanzó un objeto a Reggie Smith y éste respondió subiendo a las gradas para pelear con el fanático.
“En el Candlestick Park el viento era una pesadilla, sin embargo creo que también el entorno afectaba la personalidad de la audiencia.” Declaró Vin Scully.
También dijo que, “Podría estar completamente equivocado pero el estadio era frio, con un viento brutal y creo firmemente que los aficionados en las gradas no eran felices y algunas veces tendían a sacar a flote sus frustraciones.”
Los Gigantes, una de las franquicias insignia del béisbol, fallaron en ganar un campeonato durante los cuarenta años que estuvieron allí, aunque llegaron dos veces a la Serie Mundial, en 1962, cuando los Yankees ganaron aquel séptimo juego en el mismo Candlestick y en 1989, cuando el terremoto de Loma Prieta interrumpió las acciones después de tres juegos jugados.
Los Gigantes finalmente se cambiaron al Pacific Bell en el 2000, moviéndose de uno de los peores estadios jamás construidos a uno de los mejores.

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