EL BULLPEN DE LOS ATLÉTICOS

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
EL BULLPEN DE LOS ATLÉTICOS
Por Héctor Barrios Fernández

Ahora que me la he pasado merodeando por los rumbos del área de la Bahía, (San Francisco, Oakland y San José, Ca.,) me ha dado por tratar temas de los Gigantes y los Atléticos, aquí uno digno de análisis.
Los Atléticos de Oakland, bajo el mando de Tony La Russa, en 1988 obtuvieron el primero de tres títulos consecutivos ganando 104 juegos en la Liga Americana.
Los bateadores de cuadrangulares José Canseco y Mark McGwire, conocidos como los “Bash Brothers” o los hermanos aporreadores o tronqueros o de poder al bat, como Usted prefiera, tuvieron mucho que ver en este asunto de los tres títulos, pero fue el “bullpen” de La Russa el que distinguió a Oakland del resto de los equipos.
Liderados por el cerrador Dennis Eckersley, el “bullpen” de los Atléticos fue casi imbatible, se ganaron el trofeo que otorga la empresa Rolaids como el mejor “bullpen.”
En el sistema de La Russa, cada lanzador relevista tuvo una tarea específica y bien definida.
La Russa y su entrenador de lanzadores Dave Duncan quisieron maximizar el papel de cerrador de Eckersley, limitándolo a solamente un inning, el noveno y en situaciones de salvamento.
Dennis, quien por doce años había sido un abridor calificado con tres diferentes equipos antes que La Russa lo cambiara al bullpen, apareció en 60 juegos para Oakland en 1988 y lanzó un total de 72 2/3 innings.
Comparado con el relevista número uno de la década anterior, “Goose” Gossage, tuvo 63 apariciones para los Yankees y lazó 134 1/3 innings en 1978.
El cerrador de Oakland a principios de los 1970s y miembro del Salón de la Fama Rollie Fingers, regularmente lanzó más de 110 innings por temporada. El mayor número de innings que Eckesley tuvo en Oakland fue de 80 en 1992, cuando apareció en 69 juegos, salvó 51 y ganó tanto el “Cy Young” y el título de “Jugador más Valioso,” todo esto a la edad de 37 años.
Otra indicación clave del dramático cambio en el papel de cerrador es que más de la cuarta parte de las apariciones como relevista de Goosage vinieron cuando su equipo estaba perdiendo el juego.
Como cerrador, Eckersley vino solamente en un 12 por ciento de las veces cuando su equipo estaba perdiendo.
Mariano Rivera, quien viene a ser el resumen del moderno cerrador, entró al juego solamente 60 veces en su carrera, (1,115 juegos de temporada regular) cuando su equipo estaba perdiendo.
En décadas anteriores, se esperaba que el relevista estrella viniera al juego en una situación cerrada, a menudo lanzando dos o tres innings.
La estrategia utilizada por La Russa fue que tuvo identificados a diferentes lanzadores para el trabajo del séptimo y octavo inning, junto con el relevista de en medio y el relevista largo y otros especialistas.
La Russa destacó cambios situacionales, provocando enfrentamientos entre zurdos o derechos según fuera necesario.
Por supuesto que La Russa y Duncan no inventaron estos roles de especialidades, otros equipos estuvieron experimentando con cerradores de un inning y también un bateador zurdo especialista, etc.
Pero Oakland empleó esta estrategia como nadie, tanto que lograron cuatro títulos de división en los seis años de La Russa al frente de los Atléticos.

Con el derecho Greg Nelson y el zurdo Rick Honeycutt como los principales preparadores para Eckersley, el “bullpen” de los Atléticos de 1988 tuvo un porcentaje de carreras limpias combinado de menos de 2.00 y un record de 28-14 con un total de 63 juegos salvados, 45 de ellos por Eckesley.
Dos años después, Eckersley salvó 48 juegos y tuvo un microscópico 0.61 en porcentaje de carreras limpias admitidas.
También dio un gran total de 4 bases por bolas en más de 73 innings de trabajo.
En las cinco temporadas de 1988 a 1992, Dennis finalizó entre los primeros tres en salvados cada año y tuvo un acumulativo de 1.90 en carreras limpias.
Aunque los Atléticos perdieron dos de las tres Series Mundiales que jugaron entre 1988 y 1990, los Atléticos de La Russa impusieron un nuevo estándar para la importancia de un profundo y fuerte “bullpen.”
Por supuesto también, que los lanzadores relevistas no se iniciaron con La Russa, ni él los inventó.
Por esos días cuando se esperaba que un lanzador abridor finalizara el juego que había iniciado, el dirigente de los Gigantes de New York, John McGraw, empleó relevistas regularmente en los 1900s y 1910s, pero los relevistas fueron traídos típicamente en situaciones poco comprometidas, cuando el equipo estaba ganando el juego.
Mordecai “Three Fingers o Tres Dedos” Brown de los Cachorros y Charles “Chief” Bender de los Atléticos, tuvieron el récord de juegos salvados en una temporada (13) por más de una década.
Ellos salvaron esos juegos mayormente porque simplemente eran los mejores lanzadores del equipo y porque eran la mejor opción del manejador para rescatar a un cansado abridor.
Firpo Marberry de los Senadores de Washington lideró la liga seis veces en juegos salvados entre 1924 y 1932 y sus 22 salvados en 1926 permanecieron como un record hasta finales de los 1940s.
Marberry fue uno de los lanzadores en servir casi exclusivamente como relevista.
El dueño de los Senadores de Washington Clark Griffith, quien en sus años finales como lanzador y con una carrera que lo llevó al Salón de la Fama, tomó un papel regular como relevista para los Highlanders de New York (hoy Yankees) a quienes también manejó a principios de los 1900s.
Casey Stengel empleó como lanzador cerrador a Joe Page para los Yankees a finales de los 1940s.
Los 27 salvados de Page en 1949 permanecieron como récord hasta 1961.
Hoyt Wilhelm fue el relevista número uno en los 1950s y 1960s, principalmente con los Gigantes, Orioles y Medias Blancas, fue el primero en llegar a los 150 y después a los 200 salvados, aunque nunca lideró la liga o tuvo más de 27 salvamentos en una temporada.
Pero tuvo una carrera de 21 años en Grandes Ligas. Hoyt apareció en 53 juegos en 1970 con los Bravos y Cachorros a la edad de 47 años y por si fuera poco fue llamado al juego de estrellas.
Todavía tuvo cuerda para jugar con los Dodgers en 1971 y 1972.
Durante la década de los 1970s, los relevistas fueron tan importantes como los paradores en corto o los jardineros centrales en la construcción de un equipo ganador.
Jugadores como Fingers, Gossage, Sparky Lyle, Mike Marshall, Dan Quisenberry, Ken Tekulve y Bruce Sutter, entre los que incluyo a Aurelio López, ayudaron a sus equipos en los 1970s y 1980 a lograr victorias en Series Mundiales.

En su mayor parte, éstos, fueron lanzadores multi-innings, viniendo tanto a parar un “rally” del equipo oponente o a conservar una ventaja en el último inning, algunas veces desde el séptimo u octavo.
Junto con Eckerley, John Franco y Lee Smith están entre los primeros cerradores en ser usados solamente en el noveno inning.
En su momento Lee Smith y John Franco ocuparon el segundo y tercer lugar en la lista de lanzadores con mayor número de juegos salvados, al paso del tiempo otros los fueron superando.
Aparte de esos tres relevistas y unos cuantos más, los 1980s y 1990s vieron un número de cerradores quienes dominaron por un par de años, pero después fracasaron.
Uno que raramente fracasó, siendo exigente en la evaluación, fue Mariano Rivera, pero si fracasó, después se levantó para borrar del mapa el fracaso.
Después de hacerse cargo como cerrador de los Yankees en 1997, Rivera surgió como quizás el más grande lanzador relevista que el juego jamás haya visto.
El líder en juegos salvados de todos los tiempos, Mariano ayudó a los Yankees a ganar cuatro Series Mundiales como cerrador.
Es dueño también del record de más juegos salvados en postemporada y en Serie Mundial.
Un maestro del control con su virtualmente imposible de batear “recta cortada,” Mariano promedia cerca de un ponche por inning, mientras caminaba a un bateador cada 4.5 innings.
Solamente uno de sus 652 salvados en su carrera vino después de lanzar más de dos innings, Mariano fue usado casi exclusivamente para el noveno inning. Mariano Rivera se llevó el juego salvado en casi el 90 por ciento de las oportunidades de salvamento.
Eckerley fue casi tan efectivo en oportunidades de salvamento, convirtiendo el 85 por ciento de las oportunidades al salvar 390 juegos en su ilustre carrera.
Eso fue después de pasar la primera docena de años de su carrera como lanzador abridor y acumular cerca de 150 ganados en esa modalidad.
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