FENWAY PARK

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
ESTADIOS EN BOSTON PARTE 4
FENWAY PARK
Por Héctor Barrios Fernández

Durante la temporada de 1912, dejaban entrever que contarían con el parque de pelota más duradero en la historia del béisbol y vaya que lo hicieron con muy pocas fanfarrias.
El día en que se inauguraron las instalaciones, la atención local no estaba en los Medias Rojas, sino en el barco más grande y famoso del mundo, el supuestamente insumergible “Titanic,” que había golpeado con un iceberg y se había hundido en el Atlántico Norte.
Entre los 1,500 que lamentablemente perecieron, se encontraban diecisiete residentes de Massachusetts y fue esta tragedia marítima y no la apertura del parque de pelota lo que encabezaron las notas de los periódicos.
De cualquier modo, el 17 de abril fue un día triste y lluvioso y la inauguración fue pospuesta.
Al siguiente día, fue pospuesta de nuevo.
El día 19 llovió una vez más.
Finalmente el 20 de abril de 1912, el Fenway Park tuvo su primer juego de béisbol.
Las festividades dieron inicio con una nueva práctica que pronto sería adoptada por todos y hasta nuestros días se volvería muy común; la ceremonia del “primer lanzamiento.”
Este famoso lanzamiento fue realizado por el aficionado número uno de los Medias Rojas, la primera autoridad en Boston, el Sr. John Fitzgerald, conocido por todos como “Honey Fitz.”
Medio siglo después el homónimo y nieto de “Fitz,” John Fitzgerald Kennedy, sería electo Presidente de los Estados Unidos.
En ese juego inaugural, los Medias Rojas cometieron seis errores y dejaron a dieciocho hombres en base, pero se las arreglaron para que en doce peleados innings vencieron a los Yankees.
Fueron testigos 24,000 asistentes al parque, solamente el 70 % de su capacidad, aun así, al siguiente día, el evento no se ganó los titulares en los periódicos, todo mundo estaba leyendo acerca del “Titanic.”
El día de su apertura, el Fenway Park era muy similar al estadio que conocemos hoy en día.
Los jardines eran de forma extraña, con un pequeño jardín izquierdo y amplio jardín derecho.
La grada principal estaba cubierta por un techo que se iba extendiendo hasta los postes de “foul” y una amplia sección atrás de la barda del jardín derecho en donde el boleto de entrada costaba 50 centavos.
Las cabinas para la prensa fueron construidas arriba del techo y los fotógrafos vagaban libremente allí esperando capturar la acción.
Lo más notable, era una gran barda de 7.62 m de altura (25 pies) aunque aún no estaba pintada de verde.

En lugar de eso estaba cubierta de anuncios, mayormente de las bebidas más populares en esos días.
Una ligera inclinación del terreno en la base de la barda, fue conocida como “Duffy’s Cliff” o el “Acantilado de Duffy” o algo así, todo eso después de que el jardinero izquierdo de los Medias Rojas Duffy Lewis, aprendiera a escalar la barda con tanta habilidad como si hubiera nacido allí.
Por otra parte, la barda del jardín derecho, estaba a 380 pies del Home, que hacía casi imposible conectar cuadrangulares por esa zona, recordemos que en ese tiempo las pelotas no volaban o viajaban como ahora.
En 1939, con la llegada del prodigioso zurdo llamado Ted Williams, los Medias Rojas hicieron el parque un poco menos desalentador para los bateadores zurdos.
Después de la temporada de novato para Ted, las zonas de calentamiento para los lanzadores fueron colocadas en la base de la barda del jardín derecho, reduciendo en 23 pies la distancia para conectar cuadrangulares.
Las gradas de esa zona conocidas como “Williamsburg,” ahora cuenta con una butaca pintada de color rojo, para marcar el punto exacto en donde cayó la pelota del cuadrangular más largo conectado por Ted Williams y con ello calló a sus críticos.
En 1934, después que Tom Yawkey compró el equipo, el “Duffy Cliff” y la barda de madera fueron eliminadas.
La barda fue reconstruida, pero ahora con una altura de 37 pies, (11.27 m) la misma altura con la que se mantiene hasta el día de hoy.
Dos años después instalaron una malla en ese lugar para que las pelotas bateadas por allí no quebraran los cristales de las ventanas de los negocios al otro lado de la calle.
Finalmente en 1947 la barda fue pintada con el color verde que la distingue y que le da su famoso apodo de “Monstruo Verde.”
En 1976, las hojas de madera que componían el “Monstruo Verde” fueron cubiertas con melanina, para darle mayor durabilidad y consistencia.
Por décadas los encargados del “Monstruo” operaron manualmente la pizarra mirando el campo de juego a través de pequeños orificios en la barda, ese sitio es oscuro y sucio y en ocasiones las ratas hacen su aparición.
La pizarra consta de 127 aperturas que permite colocar recuadros con números para informar al aficionado de algunos detalles del juego.
El costo del Fenway Park fue de 650,000 dólares en 1912, pero el béisbol continuó modernizándose y el equipo y las instalaciones fueron obligados a mejorar.
Se agregaron las luces del alumbrado en 1947.
Ahora como uno de los estadios más pequeños en las Mayores, limita la cantidad de ingresos por juego.
Con la moda de la construcción de los estadios “retro” a través del béisbol, el dueño de los Medias Rojas, buscó la manera de construir uno nuevo.

Varios sitios de Boston fueron propuestos para la construcción y reemplazar al Fenway, la idea que mayor aceptación tuvo fue la de construir uno a una cuadra de distancia del viejo estadio.
La propuesta de un nuevo parque fue esencialmente una copia del actual, con “monstruo” y dimensiones iguales, con la única diferencia de agregarle 12,000 asientos y 100 palcos de lujo.
Pero una organización denominada “Salven al Fenway” contrató una firma de arquitectos para que diseñara un plan para renovar el viejo estadio, enfrentado fuerte oposición para derribarlo, por lo que Harrington finalmente anunció la venta del equipo en el 2001.
Finalmente el comprador fue John Henry que simpatizaba con la idea de salvar al Fenway Park.
Henry, contratando expertos en el asunto, invistió 285 millones de dólares en su modernización en un plan que duró 10 años.
Se agregaron 269 butacas en la parte superior del “Monstruo Verde” que rápidamente llegaron a ser los lugares más solicitados.
Así, entre infinidad de renovaciones, adhesiones y mejoras, en el 2010 se develaron estatuas de las estrellas de los 1940s como Ted Williams, Bobby Doerr, Johnny Pesky y Dom DiMaggio.
El proyecto de renovación llegó a su fin en el 2011 con la instalación de tres pantallas gigantes.
La capacidad fue de 33,933 a 37,731.

Entre el 2003 y el 2013, los Medias Rojas llenaron el estadio durante 820 juegos consecutivos, la racha más grande en la historia de los deportes.
El Fenway ha servido también para juegos de Hockey y Fútbol, así como para conciertos.
Después de la exitosa idea de renovación de las instalaciones, organizaciones como las de los Cachorros de Chicago y los Dodgers de Los Angeles, han proyectado la renovación de sus estadios.
Las cerezas de este pastel han sido los títulos conseguidos en la Series Mundiales del 2004, 2007, 2013 y 2018.
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