ORACLE PARK

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
ORACLE PARK
Por Héctor Barrios Fernández   

Después de cuatro décadas en el triste Candlestick Park, los Gigantes de San Francisco finalmente encontraron una casa propia de la estatura de la franquicia cuando se cambiaron al Pacific Bell Park en el 2000.
Localizado en el vecindario de South Beach muy cerquita de la Bahía de San Francisco, el nuevo estadio fue aclamado al instante como uno de los parques de pelota más finos jamás construidos.
En su plantilla de jugadores se incluía a uno de los más grandes bateadores de todos los tiempos, Barry Bonds.
Los Gigantes rápidamente convirtieron a su estadio en una máquina de hacer dinero, usando esos fondos para reforzar al equipo en el campo. Después de fracasar en lograr el título durante su estancia de cuarenta años en el Candlestick, los Gigantes consiguieron tres en sus primeros quince años en el nuevo estadio.
En una parte de los 1980s, pareció como si los Gigantes de San Francisco hubieran dejado de existir por completo.
Entre 1987 y 1992, los ciudadanos rechazaron la construcción de un nuevo estadio.
El dueño Bob Lurie amenazó con cambiar al equipo de ciudad y en 1992, acordó vender el equipo a un grupo de inversionistas de San Petersburg, Florida.
Afortunadamente un nuevo comprador; el magnate abarrotero Peter Magowan, apareció en el último momento y mantuvo el equipo en San Francisco.
Además, Magowan anunció que a pesar del rechazo en las boletas para la construcción de un nuevo estadio, con dinero privado, los Gigantes construirían uno de cualquier manera.
En efecto, la única contribución de la ciudad para la construcción del Parque Pacific Bell con un costo estimado de 357 millones de dólares, fue de 15 millones, recabados de un incremento en los impuestos, más 80 millones en el mejoramiento de la infraestructura del área.
Fue la primera vez desde que el estadio de los Dodgers en 1962 fue construido con dinero privado.
Un lugar ideal fue encontrado en la “Cuenca China,” una ensenada o bahía llamada así por los barcos veleros chinos que atracaban allí en los 1860s. Por años la ensenada había sido utilizada como un distrito de almacenes para mercancía que llegaba a través de los barcos y era común el olor agradable del café o el del vapor en el cocimiento de cangrejos.
Ahora los Gigantes acordaron arrendar estos lugares al puerto de San Francisco.
Por otra parte, para contrarrestar las rachas de los violentos vientos que hicieron del Candlestick Park un incómodo lugar, el equipo contrató a un equipo de expertos para estudiar los patrones de la rachas de aire.
Como resultado, el campo se orientó directamente hacia el Este, en lugar del Noreste como estaba el Candlestick Park.
Esta sutil rotación priva a los aficionados del hermoso horizonte que brinda la ciudad, pero también los protege de los vientos que azotan al parque. Solamente las filas de asientos en la parte alta del estadio son gravemente afectadas, aún estas partes fueron protegidas con grandes lonas para contrarrestar las fuertes rachas de viento y créame que generan un ruido espantoso.
Los Gigantes y la firma diseñadora HOK construyeron un estadio casi perfecto, un estadio retro, que también se proyecta hacia el futuro.
La barda del jardín derecho que separa el estadio de la ensenada china, cuanta con unas originales ventanas arqueadas en medio de ladrillos rojos. Una gigante escultura de un guante para béisbol modelo 1927, catalogado como el guante de béisbol más grande en el mundo.
Cuenta con una sección para aficionados de pie en el jardín izquierdo.
En el jardín central-derecho encontramos un “cable-car,” transporte característico de la ciudad de San Francisco que resopla neblina cada vez que un Gigante conecta un cuadrangular.
Aún los peores asientos, ofrecen una panorámica espectacular de la Bahía de San Francisco, con las montañas de Oakland y Berkeley visibles a la distancia.
Cuenta también con múltiples opciones de transporte desde y hacia el estadio, Usted puede llegar en auto, autobús, el sistema de trenes BART y hasta por barco si así lo prefiere.
El estadio de San Francisco fue el primero en ofrecer servicio de WiFi para que el aficionado se conecte a la internet desde su butaca.
Quizá lo único negativo de este parque es su constante cambio de nombre, el cual ha estado sujeto a caprichos de las corporaciones, adquisiciones y cambios de nombres en las marcas comerciales.
Nombres del estadio, Pac Bell, SBC Park, AT&T Park y al día de hoy “Oracle Park.”
Con tanto cambio, muchos aficionados comenzaron a llamarlo simplemente, Estadio de la Compañía Telefónica.

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