POSTEMPORADA DE 1994

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
POSTEMPORADA DE 1994
Por Héctor Barrios Fernández

En 1953 se formó la Asociación de Jugadores de Béisbol de Ligas Mayores y se firmó el primer Acuerdo Básico o Acuerdo de Negociación Colectiva, en 1968 se vivieron momentos que marcaron un punto de referencia tanto en la cuestión laboral como en la historia del béisbol mismo. Desafortunadamente, al término de cada Acuerdo, nos ha llevado a una huelga de jugadores o a un bloqueo por parte de los dueños de equipos cuando éstos se enfrentan entre sí en una batalla por lograr una nueva negociación. Comenzando con una huelga de 12 días por parte de los jugadores en 1972, en los siguientes 20 años hubo  cuatro huelgas de jugadores y tres bloqueos por parte de los dueños. Cinco se resolvieron sin perder ningún juego de temporada regular. En 1981 la huelga duró 50 días durante los meses de junio y julio, fueron cancelados más de 700 juegos, pero un acuerdo fue alcanzado a tiempo para poder finalizar la temporada. No fue así el caso de 1994.
Cansados por la alza en los salarios de los jugadores y de los decrecientes ingresos, después de la expiración del acuerdo existente el 31 de diciembre de 1993, los dueños de equipos buscaron instituir un tope salarial como parte de un Acuerdo Básico.
Los dueños propusieron poner un tope dentro de la participación de los ingresos con la finalidad de ayudar a los equipos establecidos en mercados pequeños y que fueran más competitivos contra equipos de mayores presupuestos.
También querían reescribir las reglas para la agencia libre y debilitar el acceso a los jugadores al arbitraje salarial. En lo que concierne a los jugadores, la inclusión de un tope salarial, no se inició y desde entonces ha sido el punto principal dentro de los acuerdos tomados.
Desde entonces los dueños se pertrecharon despidiendo a fines de 1992 al Comisionado Fay Vincent y reemplazándolo con su compañero, el dueño de los Cerveceros de Milwaukee Bud Selig a quien nombraron nuevo Comisionado del Béisbol. También fueron obligados por la Corte a dar marcha atrás a la determinación tomada en 1985, cuando ilegalmente se habían coludido para mantener bajos los salarios y no hacer grandes contratos por jugadores declarados agentes libres.
Los dueños presentaron su propuesta para un nuevo acuerdo en junio de 1994. Ésta fue rápidamente rechazada por el Director de la Asociación de Jugadores, Donald Fehr. La temporada de béisbol seguía su curso, pero, al quedar claro que no habría propuesta que llevara a un acuerdo, los jugadores hicieron uso de su arma más poderosa dentro de su arsenal, la huelga.
El 12 de agosto, oficialmente los jugadores se fueron a la huelga.
Cuando la temporada se detuvo, después de aproximadamente 115 juegos jugados, algunos aspectos interesantes fuera del campo de juego se presentaron.
Tony Gwynn, estrella de los Padres de San Diego, estaba coqueteando con ser el primer bateador de .400 en más de 50 años, después de irse de 5-3 en el juego del 11 de agosto, su porcentaje estaba en .394, aún con 47 juegos pendientes en el calendario.
Matt Williams de los Gigantes de San Francisco, tenía 43 cuadrangulares, con paso firme para sacarle un susto o alcanzar el record de 61 de Roger Maris en ese tiempo.
Ken Griffey Jr., no estaba lejos, con 40 batazos de cuatro esquinas.
El jugador más valioso de la Liga Americana de 1993, Frank Thomas de los Medias Blancas de Chicago, estaba en medio de otro gran año con .353 de porcentaje de bateo y con ritmo de lograr más de 50 home runs y 150 carreras producidas. Los premios fueron otorgados a pesar de haber acortado la temporada y Thomas logró su segundo trofeo seguido como jugador más valioso.
Cuando la huelga fue declarada, los Expos de Montreal tenían el mejor record en las Ligas Mayores y parecían tener todas las piezas en su lugar para lograr el primer título en la historia de la franquicia. Los Yankees de New York estaban en paso firme a una temporada de 100 juegos ganados desde 1981. Nuevos estadios habían sido construidos en Texas y Cleveland.
A pesar de perder las oportunidades para muchos records individuales y por equipo, los jugadores (ojo) se mantuvieron (o los mantuvieron) unidos en su movimiento. Tony Gwynn dijo: “Nunca en mis sueños pensé en estar cerca de batear .400, pero conseguir un buen acuerdo laboral es más importante que batear .400.”
Varios intentos de negociación y contra ofertas por lograr un acuerdo entre los dueños y el sindicato de jugadores fallaron en agosto y septiembre.
El 14 de septiembre, el Comisionado Selig anunció la cancelación del resto de la temporada y la Serie Mundial.
Esta cancelación fue un duro golpe para los aficionados y cientos de millones de dólares se perdieron como resultado de dicha cancelación.
La Serie Mundial había sido un rito otoñal por 90 años y en las mentes de la mayoría de los aficionados, les estaba siendo negada por el pleito de los millones de esos dólares.
Al paso del otoño y el invierno, cada intento por lograr una resolución, fallaba.
El Presidente Bill Clinton ordenó que las dos partes se sentaran en la mesa de negociaciones y alcanzaran un acuerdo justo para las dos partes. La amargura y el distanciamiento se siguieron construyendo.
A principios de 1995, los dueños anunciaron de manera unilateral, o sea por sus pistolas, que estaban implementando un nuevo acuerdo y además con tope salarial. Comenzaron a preparar a jugadores de ligas menores, colegiales y ex liga mayoristas como jugadores de reemplazo o “esquiroles,” para la temporada por venir.
El acuerdo para la temporada se logró “al cuarto para las doce” después de que una Corte Federal falló a favor de los jugadores. Justo días antes de que la temporada de béisbol iniciara, la Corte de New York, falló en sentido de que la acción de los dueños de equipos fue una violación de la Ley Federal del Trabajo.
Ordenó que los jugadores y los dueños se apegaran al Acuerdo Colectivo que había vencido en 1993. Un nuevo acuerdo fue firmado en 1997.
Después de 232 días, la huelga que abarcó parte de 1994 y 1995, había terminado. El inicio de la temporada de 1995 fue retrasado para que los jugadores tuvieran su campo de entrenamiento y un calendario abreviado a 144 juegos fue anunciado.
Cuando los jugadores regresaron y el juego comenzó, muchos aficionados se mantuvieron ausentes de los estadios. El día de apertura el promedio de asistencia fue muy bajo y a lo largo de la temporada el porcentaje de asistencia bajó en un 20 por ciento con respecto al año anterior. Los aficionados hacían ver su descontento, principalmente a los jugadores quienes eran los más visibles participantes durante la huelga. Abucheos y cojines llovían con dirección al terreno de juego. Los aficionados castigaban tanto a dueños como jugadores por su codicia. La huelga había traído serias heridas al pasatiempo nacional. Llevaría varios años para que el béisbol se ganara de nuevo la lealtad de los aficionados.
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