UN TORO EN LOS DIAMANTES CAPÍTULO 30 Y ÚLTIMO

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FERNANDO VALENZUELA: UN TORO EN LOS DIAMANTES 
Por CESÁREO SUÁREZ NARANJO 
CAPÍTULO TREINTA; Y ÚLTIMO 

PRÓLOGO: Ya vimos, en el capítulo anterior, la visita que hizo FERNANDO a la Casa Blanca el martes 9 de junio de 1981, donde recibió la admiración de todos los presentes, comenzando con el Presidente de los Estados Unidos, RONALD REAGAN, así como del nuestro: JOSÉ LÓPEZ PORTILLO.
Así fue de grande el impacto que causó en todos los ámbitos…hasta para mucha gente que no iba antes al beisbol (sin que olvidemos al “BABO” CASTILLO, que tan útil le fue, para aprender y dominar su lanzamiento favorito: “el screwball”, con el “efecto MAGNUS”, como dijese LUIS A. PALLARES en una edición de el periódico “EL UNIVERSAL). 
UN GOLPE MORAL, TREMENDO. Pasaron las temporadas, en las cuales – en la mayor parte de sus actuaciones – FERNANDO siguió brillando.  
Pero llegó 1988; para esa campaña se pudo apreciar (los expertos lo dijeron enseguida) que VALENZUELA “no estaba al cien”; que tenía problemas de control, y que la velocidad de sus lanzamientos había disminuido notablemente. 
El martes 14 le tocó abrir contra los BRAVOS, sobre los que obtuvo una victoria apretada – 5 a 4 – en un juego en el que él estuvo en el montículo durante 7 entradas. Con esa victoria, apenas igualaba su record, a 5-5. Fue la primera ocasión que usó lentes para mejorar su visión. 
Al siguiente día recibió la triste noticia de que su padre, don AVELINO, había fallecido. Por su compromiso con el equipo DODGERS, en plena campaña, no pudo asistir a su funeral.  
Acerca del uso de los anteojos; y buscando en páginas de Internet pude encontrar la referencia apropiada, gracias a una nota de SAM McMANIS, Redactor del personal de Los Angeles Times, fechada el 15 de junio de 1988 12:00 a. M. (Hora del Pacífico): 
“…Mientras lanzaba por primera vez en su carrera con gafas, FERNANDO VALENZUELA al menos se veía ligeramente diferente el martes por la noche. Ajustarse las gafas se convirtió en una rutina para VALENZUELA como tirar de la visera de su gorra entre lanzamientos. 

“…Pero, en términos de desempeño, VALENZUELA dijo que no vio mucha diferencia. Tras una impresionante victoria en un juego completo la semana pasada (McMANIS se refería al partido que FERNANDO les ganó a los ASTROS por 11 carreras a una el miércoles 8, sin lentes), VALENZUELA lanzó siete entradas sólidas, con anteojos, en la victoria de los DODGERS sobre los BRAVOS de ATLANTA…”. 
“Veo un poco más claro, como letreros y esas cosas”, dijo VALENZUELA. “Pero eso es todo. No hay diferencia. La pelota simplemente se fue a donde quería (ir) esta noche…”.  
“…VALENZUELA dijo que seguirá usando anteojos aunque son un poco molestos; aunque reconoció que “los lentes” mejoraron considerablemente su fildeo. “Puedo ver mejor las pelotas que regresan a mí”, dijo VALENZUELA, quien comenzó a usar anteojos mientras conducía y bateaba en los entrenamientos primaverales. “Y cuando miro al plato, puedo ver mejor el guante (del receptor MIKE) SCIOSCIA. Pero nunca miro el plato cuando lanzo. Ni siquiera veo el plato”. 
“…Esas gafas también deben haber ayudado a la visión de Valenzuela en el plato, ¿verdad? “Le pegué bien a la pelota”, dijo VALENZUELA sonriendo. “Estoy feliz por eso”. (Bueno, esa noche Fernando se fue de 3-2, entre ellos un doblete. 
VALENZUELA, DETRÁS DEL MICRÓFONO. Como muchos otros peloteros, siempre – después de que se retiran – encontrarán otras actividades a las cuales dedicarse, dentro del mismo medio.  
Y “el gusanito” debe “haberle picado” a FERNANDO; y no tardó mucho para aceptar la invitación que le hicieron. ¡Bueno!, la verdad es que me estoy adelantando a ello. Porque “si tardó, algo”. 
VALENZUELA tenía una espina clavada en su corazón, pues no había perdonado del todo a la organización de los DODGERS, de cuando lo dieron de baja. Hay “cosas que no se olvidan”.  
El mismo comentarista VIC WILSON, a quien ya citamos con anterioridad, y reprodujimos algunas de sus líneas, por Internet, dijo: “…FERNANDO estuvo enojado con los DODGERS durante más de una década, negándose a asistir a los juegos de los DODGERS como espectador, a pesar de vivir a diez minutos del estadio, o de participar en eventos patrocinados por los DODGERS. 

“…Pero en 2003 el hijo pródigo (en este caso sería, más bien: “ausente”) regresó. VALENZUELA aceptó un puesto de analista de color en el Dodgers Spanish Network, compartiendo el stand con JAIME JARRIN y PEPE YNIGUEZ. “…En 2003, VALENZUELA fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol de Herencia Hispana y en 2005 fue nombrado uno de los tres lanzadores abridores del Equipo de Leyendas Latinas de las Grandes Ligas.  
VALENZUELA obtuvo la ciudadanía estadounidense el 22 de julio de 2015, en una ceremonia realizada en el Ayuntamiento de Los Ángeles…”. 
Todavía hay mucho que decir, acerca de FERNANDO VALENZUELA. Pero, para mí ha sido más que suficiente. Únicamente vamos a agregar tres cosas: primero, un cuadro comparativo, respecto a las entradas que producían las actuaciones de “EL TORO” en comparación con otros días. La SABR se encarga de ello, y lo reproduce VIC WILSON. 
En 1981, el año de su debut como pitcher abridor, y cuando se despertó la “FERNANDOMANÍA”, el promedio de aficionados que entraban a verlo pitchear en el Dodgers Stadium era de 48,431, un aumento de 7,519 en relación con otros días. De viaje, en ese mismo 1981, FERNANDO “metía” 33,273, existiendo una diferencia – de más – de 14,292.  

Entre 1982 y 1983, la gente que metía, en juegos locales era en promedio de 47,703. En otros días bajaba, en 4,453. De visita, 33,274, superando por 7,588 la asistencia de otros días. 
Entre 1984 y 1986, los numeritos, como local, son los siguientes; 43,198, en “otros días”, 37,631. De viaje, 27,763, siendo la diferencia de 3,694. 
Entre 1987 y 1990; seguimos viendo, primero, los números en “casa”, y al meter 37,913 aficionados, superaba por 2,118 a los demás. De visita: 27,108 en sus actuaciones, y 3,266 en el resto. 
Como podemos ver, esas cifras – al menos las de los primeros dos años – fueron en las que se basó su representante, TONY DeMARCO, para mostrarlas al árbitro, cuando se dio “aquella petición” de un salario de UN MILLÓN DE DOLARES, por temporada, que ganó FERNANDO en 1983. Con aumentos, sustanciosos, en cada una de las campañas siguientes. 
Esas cifras son un tanto “arbitrarias”. Me explico: Sin haberme detenido a ver “cuántos juegos, en total, abrió en casa, y cuántos de visita”, con el uniforme de los DODGERS (que es lo que estamos viendo, en cuanto a la asistencia) vamos “a suponer” que abrió “la mitad” en casa, y “la otra mitad” de viaje. 

Y tomaremos “como parámetro” la temporada en que tuvo más salidas: 1982, con 37. Así que serían 19 en casa, 18 de visita. Solo que sí, así fuese, los DODGERS únicamente tendrían salidas con otros pitchers en el Dodgers Stadium en 62 partidos. 
En cambio, si “de visita tuvo 18 salidas”, habría que considerar “el mundo” de juegos, conjuntados de los demás equipos. ¡No queda de otra!, y, aquí, vemos que las cifras no siempre darán los resultados que se buscan. 
Siendo en total 12 equipos, en ese tiempo, ¿cuántas salidas en cada plaza foránea habrá tenido? Si el total de partidos jugados en cada una de ellas esa temporada – 11 en total – viene dando un total de 891. Por eso dijimos que las cifras son “arbitrarias”. 
UN LOGRO, MÁS, QUE NO PODEMOS OLVIDAR. Desde la blanqueada que les aplicó a los ASTROS de HOUSTON el día en que debutó como pitcher abridor, el 9 de abril de 1981, no hubo – por mucho tiempo – ningún otro pitcher de los DODGERS que lanzara una blanqueada en un partido inaugural. ¡Bueno! 
Es cierto que en el 2001 hubo “una blanqueada” por parte de los DODGERS – 1 a cero, contra CERVECEROS de MILWAUKEE. Pero fue un “cierre” con pitcheo combinado, pues el pitcher abridor, CHAN HO PARK (¡a lo mejor se acuerdan de él, ja, ja.ja) estuvo en la lomita hasta la séptima ronda. 
No fue sino hasta 2003 cuando el japonés HIDEO NOMO – quien había regresado a las filas angelinas, lanzó una blanqueada de 8 a cero, contra los DAMONDS BACKS de ARIZONA. 

¿POR QUÉ NO SE HA RETIRADO EL NÚMERO 34, DE VALENZUELA? Muchos aficionados, no únicamente mexicanos, quisieran que los honores hacia FERNANDO se extendieran en otros aspectos. Como éste, “el de retirar su número, el famoso 34”. La organización, en toda su historia, fuese de jugadores que actuaron en su estancia en BROOKLYN, o ya en LOS ÁNGELES (o en ambas), ha retirado una cierta cantidad de números. Veamos:  
El número 1, que usó PEE WEE REESE, retirado en 1984; el número 2, de TOM LASORDA (en este caso, aunque TOM fue jugador de los DODGERS, lo hicieron por su actuación como manager), en 1997; el #4, de DUKE SNIDER, en 1980; el 19, de JUNIOR JIM GILLIAM, en 1978; el #20, de DON SUTTTON, en 1998; el #24, de WALTER ALSTON, como mánager, en 1977; el #32, de SANDYKOUFAX, el #39, de ROY CAMPANELLA y el #42, de JACKIE ROBINSON, todos ellos en 1972 (los primeros de todos); y, finalmente, el #53, de DON DRYSDALE, en 1984. 
“Cierto es”, (tomamos de una página de Internet) que los “DODGERS no tienen una norma, escrita, para retirar los números de los uniformes; pero, en todos los casos, con excepción de JUNIOR GILLIAM, todos ellos están en el Salón de la Fama de Cooperstown”.  
Tal vez esto “sea una buena razón”; pero, la verdad, no se justifica que no reconozcan la valía de un FERNANDO VALENZUELA, que atrajo “multitudes” cuando él actuaba. 
Es tiempo que cierre este capítulo; que me despida de ustedes, mis estimados amigos y contactos, todos ustedes lectores apreciados de mis artículos. A los cuales les doy mi más grande agradecimiento. Pero, recuerden: “esto no se termina, hasta que se termina”. ¡Abur!