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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
LAS LIGAS NEGRAS II PARTE
Por Héctor Barrios Fernández
En algunos aspectos las Ligas Negras de béisbol, de los años 1920 a 1950, se parecía al béisbol blanco de 1870 a 1950.
Los equipos de la Liga Negra de los 1920s jugaban calendarios de liga de 50 a 80 juegos, pero además estaban cargados de partidos de exhibición, quizá 100 o más, exactamente como los equipos de la National Association y posteriormente también la Liga Nacional en los 1870s.
También por esos años de los 20s los equipos de la Negro League rechazaban hacer juegos de gira en los cuales los dueños sospechaban que perderían dinero, aunque éstos estuvieran ya calendarizados, igual sucedió en la National Association del Béisbol Blanco.
Además de eso, los equipos más fuertes de ambas organizaciones se quedaban hasta con el 70 por ciento de las ganancias de los juegos, correspondiendo el resto a los equipos más débiles.
Los jugadores de la Negro League no tenían contratos muy serios que digamos e iban saltando de equipo en equipo según fuera la oferta de dinero.
Tal cosa no fue ajena en equipos de blancos.
En los 1890s algunos equipos fuertes de la Liga Nacional compraron a otros más débiles o baratos de la misma, para que les sirvieran como abastecedores de jugadores, creando una sociedad poco sana para el espectáculo.
Algo similar sucedió en las Ligas Negras y a más de cien años después de que sucediera en la Liga Nacional, sucede en el béisbol profesional de nuestro país.
Las Ligas Negras jugaron béisbol nocturno antes de que lo hicieran las Ligas Mayores.
Al béisbol Negro se le atribuye el invento de muchas refinadas estrategias aplicadas a la práctica del juego.
Se insiste en que la identificación y desarrollo de talento en el Béisbol Negro, fue una tarea más efectiva que la de su contraparte el Béisbol Blanco.
Los equipos negros estaban compuestos por 14 a 16 jugadores, los cuales tenían que ser más versátiles que los de las Ligas Blancas, por lo tanto esto le daba ventaja final al Béisbol Negro en cuanto al desarrollo de habilidades.
La especialización en los deportes, reduce las dimensiones de los jugadores que pueden ser expuestas en la competencia y esto los deshumaniza, haciendo el juego menos interesante.
Uno de los más famosos juegos de la historia de las Ligas Negras, fue el que se conoce como “Battle of the Butchered Balls” o la “Batalla de las pelotas chapuceras.”
En 1930 un duelo jugado en el Muehlebach Field de Kansas City.
En un juego de 12 innings, que terminó 1-0, con “Smokey” Joe Williams ganando y ponchando a 27 hombres y Chet Brewer perdiendo y chocolateando a 19.
Ambos serpentineros lanzando pelotas raspadas, ensalivadas, envaselinadas y demás trucos, combinado con lo pobre del alumbrado, mantenían más bien rezando a los bateadores para que se les permitiera llegar con vida al final del juego, algo muy parecido al juego de Miguel A. Puente y Gaby de la Torre que ya le conté.
Al menos por el número de ponches e innings jugados, lo supera el de los nuestros jugado en Tijuana, B. C. en 1965, según testimonios de personas que estuvieron allí, fue también por lo horrible del alumbrado, más la buena calidad de los lanzadores.
Estas historias de las Ligas Negras, nos invitan a imaginar un juego de bola muerta, dominado por la estrategia y el corrido de bases.
Los integrantes de las Ligas Negras se dieron cuenta de que poseían un estilo diferente para la práctica del béisbol.
La diferencia central fue que ellos ponían énfasis en la velocidad y rechazaban el batear la pelota al estilo Babe Ruth.
Otra historia que da una impresión diferente de The Negro Baseball League es la que cuenta que Bill Robinson, ofreció a sus jugadores el pago de $5.00 Dlls. por cada home run que conectaran, el equipo se soltó dando cuadrangulares y Robinson redujo la oferta a $1.00 Dlls. por batazo de vuelta entera. Finalmente retiró la oferta ya que Norman “Turkey” Stearns, pegó cuatro cuadrangulares en un juego y le dijo que a ese paso lo dejaría en la ruina económica.
Eso de rechazar el juego estilo “Babe Ruth” de batazos largos, pudiera ser una historia más de las imprecisas que se cuentan del Béisbol Negro, ya que sobresalieron grandes bateadores como, Oscar Charleston, John Beckwith, Cool Papa Bell, Chino Smith, Turkey Stearns, Mule Suttles, Willard Brown, Rap Dixon, Buck Leonard, Dobie Moore, Willie “El Diablo” Wells y por supuesto el inmortal Josh Gibson.
Muchos de ellos jugaron en México en la época de Jorge Pasquel y algunos se quedaron a vivir en nuestro país como Bonnie, Bunny o Barney Serrell, conocido en nuestro país como “El Grillo Serrell” y a quien le llamaron “The Vaccum Cleaner” treinta años antes que a Brooks Robinson le llamaran “Hoover,” en referencia a las aspiradoras.
El Béisbol Negro fue jugado a un nivel muy alto en 27 ciudades con 55 franquicias, aunque es difícil asegurar cuáles eran equipos nuevos y cuáles continuación de otros.
Atlanta, Atlantic City, Baltimore, Birminham, Brooklyn, Chicago, Cincinnati, Cleveland, Columbus, Dayton, Detroit, Harrisburg, Houston, Indianapolis, Jacksonville, Kansas City, Louisville, Memphis, Milwaukee, Nashville, New York, Newark, Philadelphia, Pittsburgh, St. Louis, Toledo y Washington, fueron esas ciudades.
Los equipos considerados más fuertes:
The Kansas City Monarchs, The Chicago American Giants, The St. Louis Stars, The Homestead Grays, The Detroit Stars, The Newark Eagles, Hilldale (Philadelphia), The Baltimore Elite Giants, The Birmingham Black Barons, The Pittsburgh Crawfords.
El oleaje provocado por el béisbol negro se extendió hasta República Dominicana con el equipo “Trujillo,” Cuba y por supuesto México.
Por nuestro país estuvieron entre muchos, Cool Papa Bell, Satchel Paige, Buck Leonard, Josh Gibson, Martin Dihigo, Luis Tiant Sr., Roy Campanella, Ray Dandridge, Willie Wells, Monte Irving, “Grillo Serrell, Sam Bankhead.
Y bueno se necesitan varios tomos de libros para abordar al Béisbol Negro, con todas sus leyendas, historias, fantasías, que ha de ser algo así como dijera Yogi Berra de él mismo.
“De todas las mentiras que se cuentan de mi, la mitad son ciertas”.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com