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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
RICHARD WILLIAM “RUBE” MARQUARD
Por Héctor Barrios Fernández
Cuando Richard William Marquard fue comprado por los Gigantes de New York al equipo de Indianapolis de la American Association por 11,000 dólares, en septiembre de 1908, inmediatamente los periódicos de New York lo etiquetaron como “la belleza de los 11,000 dólares”.
Su precio excedió por 1000 dólares el pagado por Mike Kelly en 1887, fue un récord para ese tiempo, además Marquard era aún un jugador de liga menor y Kelly ya se había establecido como una estrella del juego en el momento de su compra.
Pero, ¿cuánto dinero eran 11,000 dólares en esa época?
En 1907, Marquard había rechazado su primera oferta por 100 dólares al mes para jugar en Ligas Mayores con los Indios de Cleveland, ya que ganaba 25 dólares a la semana trabajando en una fábrica de nieve y lanzando para el equipo de la misma compañía.
Richard William fue y es mejor conocido como “Rube” después de que un periódico de Indianapolis lo comparó con el gran lanzador Rube Waddell.
Tenía solamente 18 años de edad cuando vino por primera vez a los Gigantes a finales de la temporada de 1908.
Perdió su único juego ese año y en 1909, con un pobre récord de 5-13 en 29 juegos fue rápidamente apodado el “limón de los 11,000 dólares”, para avergonzar al manejador del equipo John McGraw y a la directiva.
En 1910 tuvo un récord de 4-4, pero después con la ayuda del entrenador de los Gigantes Wilbert Robinson, tuvo un dramático cambio positivo.
En tres años consecutivos, 1911, 1912 y 1913, los Gigantes ganaron el título de la Liga Nacional y los récords de Marquard fueron 24-7, 26-11 y 23-10.
Sus 50 victorias entre 1911 y 1912 lo convirtieron en toda una celebridad en New York.
Fuera de temporada, Rube era bailarín en obras teatrales junto con su primera esposa.
En 1912, la ahora de nuevo “belleza de los 11,000 dólares”, ganó sus primeros 19 juegos en forma consecutiva, empatando el récord de Grandes Ligas del que fuera también lanzador de los Gigantes en el siglo anterior, (1888) Tom Keefe, solamente que el récord de Keefe fue impuesto cuando la loma de lanzar estaba colocada a 50 pies del home, ahora como sabemos se encuentra a 60.6.
Durante la fenomenal racha de 19 victorias al hilo de “Rube”, la cual duró del 11 de abril al 3 de julio de 1912, permitió solamente 49 carreras a sus oponentes, mientras los Gigantes anotaron 139 en el mismo período.
Perdió un juego hasta el 8 de julio.
Para entonces su hazaña había atraído poderosamente la atención.
El 23 de junio, el New York Times, en el mejor momento de su racha, le dedicó un extenso artículo con su historia, dando puntual seguimiento a su fabulosa racha.
El mundo del béisbol mantenía la respiración mientras Marquard continuaba con su seguidilla victoriosa que llegando al 3 de julio de 1912, haría historia.
Algunos lanzadores se han acercado a las 19 victorias en forma consecutiva en una temporada pero hasta ahí.
Entre ellos Johnny Allen con 15 en 1937, Christy Mathewson, Carl Hubbell, Ewell Blackwell, Walter Johnson, Joe Wood, Schoolboy Rowe, Lefty Grove, ganaron 16 en fila.
Roy Face ganó 17 juegos en forma consecutiva para los Piratas en 1959. Recuerdo que Bob Gibson de los Cardenales y Dave McNally de los Orioles tuvieron racha de 15 juegos ganados en 1968, año de los lanzadores.
El récord de Marquard entre los lanzadores se compara con el de Joe DiMaggio entre los bateadores.
Mientras Rube Marquard, quien también ganó dos juegos en la Serie Mundial de 1912, mantiene el récord de más juegos ganados en forma consecutiva en una temporada con 19, sostenía que bien pudieron haber sido 20 bajo las reglas posteriores.
En ese juego 20 contra Brooklyn, empatado en el octavo inning 3-3 con las bases llenas, Marquard retiró a Zack Wheat, Jake Daubert y George Cutshaw en orden sin permitir anotación.
Los Gigantes anotaron en la baja del noveno la carrera que representó la del gane, pero la victoria fue para el lanzador Jeff Tesreau, quien había sido el abridor.
Bajo las reglas posteriores, la victoria bien pudo ir al récord de Marquard.
Nunca reclamó nada, Rube estaba satisfecho que su récord no hubiera sido alcanzado y fue reconocido como jugador de élite al ser entronizado al Salón de la Fama en 1971 a la edad de 81 años.
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