MEMORABILIA

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
MEMORABILIA
Por Héctor Barrios Fernández

El béisbol estaba incrementando su popularidad y en 1875, las compañías tabacaleras comenzaron a incluir cartitas de jugadores en las cajetillas de cigarros. Las cartitas era numeradas, esperando que los fumadores se entusiasmaran y desearan coleccionar todo el juego que consistía entre 25 y 50 cartas, especialmente los niños les pedían a sus padres que compraran ciertas marcas de cigarros, siempre basados en las cartas que ellos buscaban. ¡Qué cosas tan espantosas! Los aficionados al béisbol siempre hemos coleccionado, cambiado, comprado y vendido objetos que atesoran las memorias de este deporte, objetos de interés, recuerdos o souvenirs, lo que en inglés se denomina, “memorabilia.” En la década de los 1880s, las compañías tabacaleras imprimieron las primeras “cartitas de béisbol” como artículos promocionales. En años recientes el sitio de subastas de “eBay” enlistó más de 3,700 objetos, incluyendo fotos, muñequitos, ropa y todo tipo de muebles para el hogar. Los vendedores pedían algunos cientos de dólares por algunos de estos objetos. Las condiciones físicas, así como su escasez, determina el precio a pagar en el mercado. Las cartitas de béisbol son los objetos más coleccionables. Valiosas cartitas, incluyen a las distribuidas por la Compañía Goodwing, de los cigarros “Old Judge” entre 1887 a 1890 y las lanzadas por “Allen & Ginters” y “Kimballs.” La compañía “American Tobacco” distribuyó una rara colección de cartitas durante la “Era de la Pelota Muerta.” En 1911, los aficionados recibieron cartitas de la cigarrera Turkey Reds, si enviaban por correo un cupón. En realidad la colección de las cartitas de béisbol comenzó después de la segunda guerra mundial, con tres compañías chicleras: Leaf, Bowman y Topps. Posteriormente se sumaron algunas otras firmas, quienes hicieron ediciones especiales. La colección más grande es la “Burdick Collection” del Museo Metropolitano de Arte de New York, la cual consta de más de 300,000 cartitas y otros objetos impresos. Muchos aficionados también coleccionan autógrafos de jugadores, algunos de ellos ganan dinero extra por aparecer en convenciones donde estampan su autógrafo a cambio de una “módica” tarifa. Los más valiosos autógrafos, fueron firmados en documentos de jugadores ya fallecidos. Las cartitas y otros valiosos objetos, tienen un sistema de calificación que establece su valor. Un bat usado por algún pelotero, puede valer algunos miles de dólares en una subasta. Por ejemplo, una camisa usada por Mickey Mantle en la temporada de 1959, fue vendida en 24,000 dólares. Dos aficionados fueron a la Corte reclamando ser los dueños de la pelota con la que Barry Bonds conectó el cuadrangular 73. Un aficionado atrapó la pelota por un momento, para después perderla entre los espectadores, mientras otro aficionado la tomaba. La pelota en cuestión fue vendida en una subasta en 450,000 dólares. Muchos aficionados son amantes del béisbol, no para coleccionar objetos, sino por jugar juegos de béisbol simulados. Juegos de mesa pretendiendo simular juegos de béisbol, han estado en el mercado por lo menos durante un siglo. Los primeros juegos de este tipo, no se parecen para nada a la acción desarrollada en un diamante hoy en día. En 1941, la compañía “Cadaco” presentó un juego inventado por el ex jugador de Grandes Ligas Ethan Allan, este juego presentaba a jugadores estrellas de la época en un disco para recrear la actuación de los peloteros. Enseguida otras dos compañías, Strat-O-Matic y APBA, desarrollaron otros juegos de dados y cartas que reproducía de manera más fiel la actuación de cada equipo de Grandes Ligas y sus jugadores. Aunque en la actualidad estos juegos tienen numerosos seguidores, los juegos por computadora tiene simulaciones increíblemente precisas. La compañías chiclera “Topps” fue fundada en 1938 y 10 años después, comenzó a vender paquetes con cartitas. En 1951 lanzó su primera serie, cada paquete venía con un caramelo y la serie estaba planeada para jugar béisbol de mesa con ellas. Al siguiente año, la compañía presentó su primer conjunto de cartas intercambiables, venían en paquetes de seis y una tira de goma de mascar, envuelta en papel encerado. Todo por 5 centavos de dólar. “Fleer” es otra compañía chiclera que adoptó esta modalidad con gran éxito. Por otra parte la famosa cartita conocida como “T206” con la imagen de Honus Wagner de los Piratas de Pittsburgh, de 1909, fue vendida por más de dos millones de dólares en el año 2013. Así que si Usted tiene en alguna parte un objeto, cualquiera que sea, firmado por alguna leyenda del béisbol, entonces cuídelo bien porque a la voz de ya, o en un futuro cercano, podría valer una fortuna monetaria.
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