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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
BÉISBOL EN TIEMPOS DE CRISIS
Por Héctor Barrios Fernández
En 1930, Babe Ruth firmó un contrato por 80,000 dólares, la mayor cantidad de dinero jamás pagada a un beisbolista.
Cuando un reportero le preguntó a Ruth que si era inapropiado que tuviera un salario mayor que el del presidente Herbert Hoover, se supone que contestó:
“¿Por qué no? Yo tuve mejor año que él.”
La historia puede ser cuestionable pero puede ser una reflexión precisa de lo que estaba pasando en los Estados Unidos por esos días.
Uno de cada cuatro asalariados, que eran aproximadamente 15 millones entre mujeres y hombres, pronto se quedarían sin trabajo.
Además cientos de miles de hombres sin casa deambulaban por todos lados o construían barrios de miseria a las orillas de las vía ferrocarrileras o en el medio rural, esos asentamientos irregulares fueron llamados “Hoovervilles.” “Barrios de miseria” o algo así.
Me viene a la memoria “Cartonlandia” en Tijuana en los años 60s y 70s. Espero no volver a ver algo por el estilo.
La depresión golpeó al béisbol tanto como al país.
Jóvenes se acercaban a los campos de entrenamiento para ser probados por algún equipo, ya no esperando convertirse en estrellas, sino simplemente encontrar trabajo, algunos estaban dispuestos a tomar el campo a cambio de comida.
Millones de aficionados no podían pagar los cincuenta centavos que costaba el boleto de entrada a los juegos.
Otros no estaban dispuestos a renunciar al béisbol y un hot-dog en el estadio representaba su comida del día.
La asistencia se desplomó.
Los Cafés de San Luis en la Liga Americana promediaron menos de 1,500 aficionados por juego.
Los Rojos de Cincinnati, los Bravos de Boston y los Filis de Filadelfia estuvieron muy cerca de salirse del negocio.
Los dueños de los equipos más golpeados, pusieron en el mercado a sus estrellas para poder sobrevivir, incluso el dueño de los Senadores de Washington vendió a su yerno, el parador en corto estrella Joe Cronin.
Sin embargo el bateo aún estuvo dominando el juego, en 1930, el porcentaje en toda la Liga Nacional fue de .303 y los Filis que finalizaron en último lugar a 40 juegos del primero, tuvieron ocho jugadores bateando por arriba de .300, incluyendo a cuatro sobre los .340.
Aún así los Filis fueron el equipo más triste, siendo forzado, como las múltiples familias sin trabajo a irse a vivir con sus parientes, los Filis a cambiarse al estadio de los Atléticos.
El dueño de los Filis, quien se vio forzado a vender a sus estrellas, era constantemente llamado en los periódicos, “el Pobre Gerry Nugent” y la calidad del cuerpo de lanzadores de su equipo, se pudo reflejar en el apodo de sus abridores como:
Hugh “Perdedor” Mulcahy y Walter “Boom Boom” Beck, este último porque sus lanzamientos fueron seguidos por un primer estruendo al hacer contacto con el bat y después otro al estrellarse la pelota contra la barda.
El Presidente Roosevelt gran aficionado al béisbol, se quejaba en términos del juego con respecto a los problemas del país en la primavera de 1933: “No tengo esperanzas de conectar de hit cada vez que vengo al bat.”
“Busco batear para un alto porcentaje, no sólo para mí, sino para mi equipo, decía.”
Semanas más tarde, un periodista acompañó a los Yankees después del entrenamiento de primavera diciendo:
“Regresamos a New York parando en algunas ciudades para algunos juegos de exhibición y parecía que habían sido devastadas por un enemigo invisible.
La gente parecía esconderse.
No salieron a ver a Babe Ruth ni a Lou Gehrig, simplemente no tienen dinero para desperdiciarlo en juegos de béisbol u otras diversiones.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com