BÉISBOL, SOCIEDAD, DEPORTE Y ESCÁNDALO II

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
BÉISBOL, SOCIEDAD, DEPORTE Y ESCÁNDALO II
Por Héctor Barrios Fernández

Continuación…
El crecimiento económico en general, significó más dinero para el béisbol. La industrialización benefició a los ricos más que a ninguna otra clase.
Los más ricos eran aproximadamente el 5 por ciento de la población y eran dueños de aproximadamente el 25 por ciento del dinero.
Los ingresos de la clase media también aumentaron, por ejemplo los trabajadores de oficina incrementaron en 36 por ciento entre 1890 y 1910. Por otra parte de 1889 a 1913 los precios de los artículos aumentaron un 47 por ciento.
Sin embargo en la Era en que las tiendas departamentales alcanzaron grandes dimensiones que fueron llamadas “el palacio del consumidor,” y la población pasó más tiempo en actividades recreativas.
En 1905 las tiendas “Sears” incluían en sus catálogos dos páginas completas en donde ofrecían artículos para la práctica del béisbol.
Para 1919 en valor de los artículos deportivos manufacturados en los Estados Unidos alcanzó un valor de 40 millones de dólares.
La asistencia a los juegos de béisbol dentro del esplendor de estadios nuevos, hizo que los aficionados se volcaran a los parques de pelota.
De los 16 equipos en Grandes Ligas en 1919, 14 de ellos jugaron en estadios de reciente construcción que reemplazaron a los viejos de gradas de madera por los construidos con concreto y acero.
En 1909, los Atléticos de Filadelfia bautizaron el “Shibe Park” con gradas en doble piso.
Pronto el “Forbes Field” abrió sus puertas en Pittsburgh, con tres niveles de gradas, elevadores, luz eléctrica, teléfonos, rampas en lugar de escaleras e instalaciones de lujo como asientos especiales por solamente 100 dólares la temporada, además su nombre grabado en placas de metal.
Aunque la asistencia tanto en la Liga Nacional como en la Americana andaba para arriba y para abajo, anduvo por los 5 millones en 1903 y sobre los 7 millones en 1909, para 1920 la cifra aumentó a 9 millones.
En un país que dejaba la vida rural y abrazaba una moderna economía, el instinto competitivo que regula el comercio mundial, dominó a la sociedad y con ello al béisbol.
Obviamente los equipos competían en el campo de juego y los jugadores competían por un lugar dentro de los equipos, pero en realidad este fenómeno era mucho más complejo, los equipos competían unos a otros por los mejores jugadores.
Para controlar esto último, donde la calidad de los jugadores era muy importante, en el béisbol profesional se estableció la cláusula de reserva en 1883.
Los historiadores coinciden en señalar que las políticas laborales de los dueños, fueron necesarias para establecer al béisbol como un negocio en donde los jugadores no tenían voz y los dueños decidieron todo. Prácticamente en esto consistió la Cláusula de reserva.
La cláusula establecía que una vez que un jugador era firmado por un equipo, él tenía que permanecer allí por el resto de su carrera, “reservado” para las futuras temporadas, a menos que el equipo lo transfiriera o lo dejara en libertad.
Así que el béisbol heredó un sistema que gobernó las relaciones del juego por casi un siglo, hasta que la agencia libre cambió las reglas del juego a mediados de los 1970s.
Cuando los jugadores compiten entre ellos para llegar a las Grandes Ligas y sobresalir allí, reflejan el valor social basado en el individualismo, que está relacionado con eso que dice: “una persona puede mejorar a través del trabajo arduo.”
Los periódicos alabaron el esfuerzo individual en el deporte y la admiración por los logros de los jugadores.
Cuando Christy Mathewson lanzó impecablemente o cuando Honus Wagner ganó ocho títulos de bateo en la Liga Nacional o cuando Cy Young asombró con los 511 triunfos en su carrera o cuando Ty Cobb se robó 96 bases en 1915, capturaron la pasión competitiva que impactó el núcleo de la sociedad.
Aunque los inmigrantes, encontraron el éxito en la Ligas Mayores, también experimentaron el acoso y discriminación.
Los afroamericanos enfrentaron aún más triste condición.
Por un lado no existía una barrera oficial, por otro el béisbol organizado prohibió la participación de los jugadores negros y la discriminación se extendió al graderío de los estadios.
La sociedad urbana con frecuencia mide en éxito con cuestiones materiales y el béisbol también lo ha hecho así, tanto los jugadores como los dueños. Alrededor de 1900, cuando la Liga Nacional y Americana se desviaron de la cláusula de reserva y compitieron por los jugadores en un mercado abierto, los salarios de los atletas aumentaron aproximadamente al doble.
Pero las dos ligas rápidamente se dieron cuenta que esa competencia podía afectar sus ganancias y en 1902 alcanzaron un pacto de paz, por lo cual aceptaron respetar la cláusula de reserva. Continuará…
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