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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
BIENVENIDOS A COOPERSTOWN
Por Héctor Barrios Fernández
La ciudad de Cooperstown, New York es una pequeña comunidad cuya población ronda en los 2,000 habitantes, enclavada a orillas del lago Otsego, entre la cordillera de las montañas Catskill y Adirondack.
Esta comunidad se llenó de orgullo cuando dio la bienvenida al Salón de la Fama del Béisbol. Aproximadamente 15,000 aficionados y tres cadenas de radio asistieron a “Main Street” cuando se entronizaron a los primeros 26 ex peloteros en lo que a partir de entonces fue su nuevo hogar, lugar en donde se proclamó el nacimiento del béisbol.
Y que gran hogar resultó este.
Un edificio de dos pisos, tres años para su construcción, cuenta con paredes de ladrillo y piedra.
Techo de teja, impresionantes pilares, escaleras de mármol blanco, barandales de hierro forjado.
Este es un santuario que para nada desentona con la arquitectura de la época colonial.
Entre los artículos a exhibirse incluyen la pelota con la cual Cy Young ganó su juego número 500 en 1910, uniformes donados por el mismo Young, lo mismo que Christy Mathewson y Ty Cobb entre otros.
Además agregue Usted un par de zapatos usados por el gran Babe Ruth. “Aquí se inició algo y los niños han mantenido la pelota en juego,” dijo Babe Ruth en su discurso de entronización al Salón de la Fama, poco antes de que las puertas del gran salón se abrieran.
“Espero que algunos de Ustedes estarán algún día en el Salón de la Fama.” Les dijo a los niños que estaban presentes.
“Y espero que los jóvenes de hoy tengan la misma oportunidad de experimentar lo que siento en este momento.”
Agregó.
Las personas que asistieron ese día, formados en grupos, permanecieron por algunos minutos en la sala principal ante una chimenea, lugar en el que Abner Doubleday se sentaba ante una gran vitrina.
Sobre una repisa se encuentra una gran pintura de Doubleday, quien de acuerdo a la Comisión Mills, formada por, Albert G. Spalding en 1905, había “inventado” el béisbol 100 años atrás.
La Comisión Mills pasó aproximadamente tres años examinando evidencias y escuchando testimonios acerca de los orígenes del béisbol.
Abner Graves, un ingeniero radicado en las inmediaciones de Derver, presionó fuerte para apoyar a Doubleday, un militar que se decía que en aquellos tiempos había sido general durante la guerra civil en los Estados Unidos, quien aseguraba haber hecho cambios significantes a un juego que fue llamado “townball.”
Graves aseguró que Doubleday usó una vara para trazar en la tierra un esquema en forma de diamante que figuraba un campo de juego y fue quien colocó cuatro bases que llevaría a la palabra “béisbol.”
Su testimonio fue convincente y en diciembre de 1907, la Comisión concluyó en su reporte final que: “el primer esquema para un campo de béisbol, de acuerdo con la mejor evidencia obtenida hasta la fecha, fue ideado por Abner Doubleday en Cooperstown, New York en 1839.”
Así que los planes para la celebración del primer centenario se pusieron en marcha con la apertura del Salón de la Fama como evento principal.
Por supuesto, Babe Ruth fue un gran atractivo.
Pero el Babe fue solamente uno de los jugadores entronizados que procedieron a cortar el tradicional listón en la ceremonia de inauguración, la cual fue presidida por el Comisionado Kenesaw Mountain Landis, el Presidente de la Liga Nacional Ford Frick y el de la Liga Americana William Harridge, además del jefe de la National Association William Branham, quienes posteriormente también fueron entronizados.
Ruth estuvo entre el primer grupo de peloteros que ingresaron al recinto, fueron elegidos tres años antes por la Asociació de Escritores de Béisbol. Los otros de la clase 1936 fueron Ty Cobb, Christy Mathewson, Walter Johnson y Honus Wagner.
Muchos norteamericanos pasaron el año de 1939 tratando de superar los efectos de la gran depresión.
Tuvieron grandes atracciones para el entretenimiento con el fin de levantar un poco su espíritu.
Dos meses después de que el Salón de la Fama abriera sus puertas, apareció la película “El Mago de Oz” y antes de concluir 1939 debutó la gran cinta “Lo Que el Viento se Llevó,” dos de los filmes más aclamados de todos los tiempos.
Para los más de 25,000 aficionados que visitaron el Salón de la Fama ese año, el béisbol debió haber sido el mayor éxito de taquilla y para los que tuvieron en suerte estar allí ese día, nada lo podía comparar.
El Salón de la Fama se había convertido en una realidad y esa realidad coincidió bastante bien con la visión que tuvo el Presidente de la Liga Nacional Ford Frick quien a principios de ese año había escrito una carta en la “Guía de Béisbol Spalding” en la que dijo:
“Este es el Centenario del Béisbol, pero esto no será una conmemoración digna en el más estricto sentido, a menos que su influencia continúe hacia el futuro.
Las generaciones por venir deben saber que el Béisbol en el año de su Centenario tuvo pensamientos elevados para el futuro, que la observancia de su aniversario no solamente fue para el glamour y el lucimiento, sino con la esperanza de grandes capítulos aún por ser escritos, esperando cosechar el fruto de la experiencia como una herencia para el futuro.” Posteriormente gran parte de la historia sobre la invención del béisbol por el General Abner Doubleday se vino abajo, pero el Salón de la Fama del Béisbol sigue y seguirá ubicado en Cooperstown, en el estado de New York. Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com