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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
EL TED WILLIAMS MEXICANO
Por Héctor Barrios Fernández
Pablo Venzor y Natalia Hernández, contrajeron matrimonio en 1888, llegaron a Santa Bárbara, California procedentes del estado mexicano de Chihuahua.
Natalia tuvo un hermano que trabajaba para el gobierno mexicano, al sentir que su seguridad corría peligro en territorio mexicano, decidieron emigrar al país del norte en 1907.
En su condición de inmigrantes trataron de adaptarse a las costumbres de su nuevo país.
Con frecuencia buscaban minimizar sus raíces mexicanas y se proclamaban de origen “Vasco,” con raíces francesas y españolas. Micaela “May” Venzor, fue su nombre de soltera, al contraer matrimonio adoptó en nombre de May Williams, ella fue la segunda de siete hijos de los Venzor Hernández. Nació el 8 de mayo de 1891, aunque al contraer matrimonio en 1913, declaró haber nacido en México, pero en 1918 en el acta de nacimiento de su hijo Ted, escribió que nació en El Paso, Texas; aunque en esta ciudad no se han encontrado datos al respecto, en el censo poblacional de 1920, dijo que su lengua materna era el español.
Sam Williams nació el 5 de abril de 1886 o 1888, en Ardsley, New York, fue hijo único de Elizabeth Miller y Nicholas Williams.
Al fracasar el matrimonio, Nicholas, volvió a contraer nupcias, ahora con Margaret Higgins, de origen británico.
Nicholas y Margaret tuvieron tres hijas: Veacy, mejor conocida como Mae o Vivian, nacida en 1893; Alice que nació en 1895 y Effie en 1899, ellas tres fueron medias hermanas de Sam Williams y por tanto tías de Ted.
Sam y May contrajeron matrimonio el 13 de mayo de 1913 en Santa Bárbara.
Primero se mudaron a Los Angeles, donde Sam consiguió trabajo de chofer. En 1915 emigraron a San Diego, donde Sam abrió un estudio fotográfico en un segundo piso, arriba de un restaurante, allí tomaba fotos para pasaporte, atendiendo a los marinos y a sus esposas, May ayudaba en las tareas.
Tres años más tarde, oficialmente el 30 de agosto de 1918, nació Ted.
Antes del nacimiento de Ted, May tuvo dos niños que lamentablemente fallecieron al nacer.
En el acta de nacimiento de Ted, aparecía su nombre original que fue, “Teddy Samuel Williams,” pero “Teddy” fue tachonado y en su lugar escribieron “Theodore.”
Años más tarde, el mismo Ted declaró haber hecho esto porque no le gustaba el nombre de “Teddy.”
La fecha de nacimiento original fue sentenciada como; 20 de agosto, pero “20” fue también tachada y reemplazada con “30.”
20 de agosto pudo haber sido la fecha de nacimiento correcta, puesto que el Dr. J. M. Steade, llenó el acta al día siguiente, el 21 de agosto.
Sin embargo cuando Ted Williams llegó al béisbol, la fecha que se manejaba en los periódicos respecto a su nacimiento era, 30 de octubre.
May había tratado de aclarar la confusión años antes en 1920, haciendo una declaración jurada ante la autoridad competente, diciendo que la fecha correcta era 30 de agosto y que el nombre correcto del niño era Theodore Samuel Williams.
Años más tarde, Ted declaró que había cambiado su fecha de nacimiento para finales de octubre porque no quería distraerse celebrando su cumpleaños durante la temporada.
“Cuando era niño y miraba por las noches pasar una estrella fugaz, pedía un deseo, ‘Hazme el más grande bateador que jamás haya existido.’”
Según algunas personas que le conocieron de cerca, Ted Williams siempre se avergonzó de su educación.
Se avergonzó de su mamá. De la devoción de ella por el “Ejército de Salvación” que parecía más comprometida a sus misiones en las calles que atender a sus dos hijos.
Se avergonzaba de las largas ausencias e indiferencias de su padre, quien atendía su estudio de fotografía en San Diego y se había encariñado por la bebida.
Se avergonzaba de su hermano menor, aficionado a las armas y a la vagancia, siempre huyendo de la ley, quien estaba resentido por la fama y el éxito de Ted.
Todo este sentimiento lo hacía reacio a hablar acerca de su familia con amigos, desconocidos y especialmente con la prensa, por lo menos hasta que se retiró del béisbol.
Pero hay un aspecto de su vida familiar que Ted Williams decidió ocultar completamente por muchos años.
Aspecto que se convirtió en una de las partes más polémicas de su vida, un elemento que no salió a la publicidad hasta casi el final de su vida, el hecho de tener sangre mexicana por el lado materno.
Poco tiempo antes de morir, Ted Williams fue entronizado en el Salón de la Fama del Béisbol de la Herencia Hispana, con sede en San Francisco, Ca., al que también pertenecen para orgullo de los mexicanos, Alex Treviño y Fernando Valenzuela, entre los jugadores, así como los cronistas Eduardo Ortega y Mario Thomas.
Al momento de conectar de cuadrangular en su último turno al bat en Grandes Ligas, el porcentaje de bateo de Ted Williams quedó en .344407, poquito arriba de Tris Speaker con .344338.
Eso lo colocó en su momento en el cuarto lugar en la lista de todos los tiempos, atrás de Joe “El Descalzo” Jackson con .356, Roger Hornsby .358 y Ty Cobb .367.
También tercero en la lista de cuadrangulares con 521, después de Jimmy Foxx 534 y de Babe Ruth 714.
Primero de todos los tiempos en porcentaje de embasado con .482, adelante de Babe Ruth .474 y segundo en porcentaje de slugging con .634, atrás de Ruth .690.
Se calcula que en el curso de su carrera, Ted Williams ganó 98 juegos para los Medias Rojas con batazo de cuadrangular.
Hizo que lo dramático y excepcional, fueran acciones de rutina.
El perder casi cinco años de su carrera por participar en la segunda guerra mundial y la guerra de Corea, que se convierten en 727 juegos no jugados, se calcula que también dejó de batear 165 cuadrangulares, se perdió de 403 carreras producidas y aproximadamente 842 hits, con los cuales habría finalizado con 3,496.
Pero como dicen que dijo un ex Presidente de México, “haiga sido como haiga sido,” tendría Ted Williams sangre mexicana o no la tendría, renegaría de ello o no, indudablemente se trata de uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol, si no es que el mejor.
Durante la ceremonia de entronización al Salón de la Fama del Béisbol en 1966, en su discurso, abogó por el reconocimiento de Josh Gibson y Satchel Paige, dos grandes jugadores de color que no tuvieron oportunidad de jugar en Grandes Ligas en sus mejores momentos como peloteros.
También, fuera de los medios, con frecuencia visitaba a niños enfermos en los hospitales.
Apodado “The Kid,” “Splendid Splinter,” “Teddy Ballgame” y “The Thumper.”
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