ESTADIOS EN BOSTON PARTE 3

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
ESTADIOS EN BOSTON PARTE 3
Por Héctor Barrios Fernández

Uno de los estadios más grandes jamás construidos, el  de los Bravos, fue edificado todavía con la emoción causada por el “milagro” de 1914, que había logrado uno de los más inesperados títulos de Serie Mundial en todos los tiempos.
El estadio fue idea del dueño del equipo James Gaffney, quien había hecho su fortuna como contratista corrupto y su participación en la esfera política de New York.
Gaffney, como todos los dueños de equipos de Grandes Ligas, deseaba su propia versión del exitoso Shibe Park en Filadelfia.
Después de cuatro años de apertura del Shibe Park en 1909, doce de los dieciséis equipos de Grandes Ligas estaban jugando en nuevos estadios construidos a base de acero, las cuatro excepciones eran; los Cachorros, Cardenales, Filis y Bravos.
El público bostoniano estaba emocionado por el milagro logrado por los Bravos, pero a Gaffney le encorajinaba tener que pagar renta por el nuevo Fenway Park para los juegos de Serie Mundial, porque este estadio era mucho más grande que el vetusto estadio de los Bravos.
Gaffney se propuso construir un estadio aún más grande que el Fenway y arrebatarles a los Medias Rojas el título de equipo consentido en Boston.
Gaffey compró una porción de tierra por cien mil dólares, convocó a una rueda de prensa para anunciar sus planes y comenzó a trabajar en el nuevo estadio, sirviendo como su propio contratista.
En lugar de invertir grandes sumas de dinero en su estadio, como lo hicieran los dueños de los Piratas y los Gigantes, Gaffney trataba de economizar cuanto  fuera posible.

Ahorraba dinero suprimiendo el techo sobre las gradas de primera y tercera base y haciendo la fachada exterior más austera.
Gaffney se inclinaba por los cuadrangulares dentro del parque y se aseguró de que el campo de juego fuera de dimensiones gigantescas, de tal manera que el callejón de poder entre el jardín central y el derecho era de 520 pies desde el “home”.
Cuando Ty Cobb miró el estadio de los Bravos terminado expresó: “Este es el único campo en el país en el que puedes jugar sin cuidarte de las bardas”.
El estadio de los Bravos fue pensado para ser funcional en lugar de mágico.
En lo que respecta a Gaffney, el parque cumplió con las dos metas principales propuestas: Su bajo costo y que albergara a una gran cantidad de fanáticos; 40,000 para ser exactos.
El dueño estaba encantado cuando un año después de que había tenido que ir a rogar a los Medias Rojas para que le rentaran el Fenway Park para desarrollar allí la Serie Mundial, la mesa daba un giro de 180 grados.
En 1915 los medias Rojas tuvieron que pedirle permiso para jugar la Serie Mundial en el estadio de los Bravos, puesto que era mucho más grande que el Fenway Park.
Gaffney felizmente les dio acomodo y los Medias Rojas ganaron ese Clásico de Otoño con actuación  espectacular de Duffy Lewis, Tris Speaker y Harry Hooper.
Como una ironía del destino, esa sería la única Serie Mundial ganada por un equipo de Boston jugando en ese estadio.

El “Braves Field” fue la casa de los Bravos por treinta y ocho años, durante los cuales llegaron solamente a una Serie Mundial y la perdieron.
La gran capacidad del estadio, se volvió completamente innecesaria, ya que los Bravos promediaron menos de 10,000 aficionados por juego durante treinta y tres temporadas.
En 1953, habiendo perdido muchos años atrás las preferencias del público en Boston, los Bravos se mudaron a Milwaukee.
El estadio de los Bravos fue comprado por la Universidad de Boston que lo renovó y renombró como “Nickerson Field” y aún se usa para distintos eventos, incluyendo deportivos como Lacrosse y Soccer.
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