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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
EVOLUCIONES PARTE 15
Por Héctor Barrios Fernández
Por supuesto que las Grandes Ligas son un gran negocio, pero el talento de los jugadores de béisbol ha florecido desde el siglo pasado en otras organizaciones que no sean las Ligas Mayores.
LIGAS MENORES, DE 1901 A LA ACTUALIDAD.
Las Ligas Menores formalmente se organizaron en 1901, desarrollan talento y son un lugar para que algunos jugadores se recuperaran de lesiones y recobren su máximo nivel de juego, iniciando así su regreso a las Mayores.
Los jugadores son llamados al “equipo grande” cuando ellos se han probado a sí mismos y a sus entrenadores que recuperaron dicho nivel o bien son “bajados” si necesitan más trabajo de recuperación.
En 1921, a los equipos de Ligas Mayores les fue permitido tener equipos de Ligas Menores.
El manejador de los Cardenales de San Luis y gerente general Branch Rickey creó el sistema de “granjas” que conocemos en estos días, lo cual permite a las organizaciones de Grandes Ligas, cultivar su propio talento.
En 1933, jugando para las Focas de San Francisco, categoría AA, el futuro jugador de los Yankees de New York y miembro del Salón de la Fama Joe DiMaggio, tuvo una racha de 61 juegos seguidos conectando de hit, cinco juegos más que la racha de 56 que él mismo impuso en Ligas Mayores en 1941.
En 1949, un total de 39,700,000 de aficionados asistieron a juegos de Ligas Menores. Lo cual hasta el día de hoy constituye un record de asistencia para Ligas Menores.
En 1954, Joe Bauman conectó 72 home runs para los Cohetes de Roswell, New México, un record para el béisbol profesional hasta que Barry Bonds lo rompió al conectar 73 para la calle en 2001. Bueno, muchos de ellos más bien para el agua.
En 1981, los Medias Rojas de Pawtucket, Rhode Island, le ganaron a las Alas Rojas de Rochester, New York, 3-2 en 33 innings, el juego más largo en la historia del béisbol profesional.
En 1991, los “Búfalos” de Buffalo, New York, recibieron en su estadio a 1,240,951 aficionados, imponiendo así un record de asistencia para una temporada de Ligas Menores. De 1988 a 1993, el equipo recibió a más de un millón de aficionados.
En el 2011, Derck Jeter jugó para el equipo de los “Truenos” de Trenton, New Jersey, mientras se recuperaba de una lesión en la pantorrilla, en esos juegos se agotaron los boletos disponibles y el estadio se llenó de aficionados.
LIGA FEMENIL DE BÉISBOL PROFESIONAL.
Con muchos jugadores de las Ligas Mayores y Menores peleando en la segunda guerra mundial, el dueño de los Cachorros de Chicago, Philip K. Wrigley tuvo la idea de fundar una Liga de Mujeres. Los entrenamientos finales para la conformación de cuatro equipos localizados en el medio oeste de los Estados Unidos, se llevaron a cabo en el Wrigley Field de Chicago en 1943.
Después de la guerra, la liga se expandió a 10 equipos, para desaparecer después de la temporada de 1954.
Se comprobó así que el béisbol no solamente era un juego de hombres.
Equipos como las “Daisies” de Fort Wayne, Indiana, mantuvieron los más altos estándares de calidad que igualaban a su contraparte masculina en muchos aspectos y siguieron un manual que incluía rutinas de belleza, encantos y guías de etiqueta. Rutinas que no se les pide o exige a los equipos masculinos de Grandes Ligas, al menos no, que yo esté enterado.
Dorothy Kamenshek, fue una de las estrellas de los Rockford “Peaches” por espacio de 10 temporadas y que se sepa nunca perdió sus atributos femeninos.
Otra organización que floreció al margen de las Ligas Mayores, fueron las Ligas Negras entre 1943 y 1954 vivieron grandes momentos.
Producto de la discriminación en las Ligas Mayores del béisbol, los jugadores negros tuvieron que formar sus propios equipos, a menudo recorrían el país para jugar contra otros equipos. Las Ligas Negras de Béisbol, promovieron y organizaron a los mejores jugadores afroamericanos y latinos. El béisbol logró su integración en 1947 y para mediados de los 1960s, desaparecieron las Ligas Negras.
Rube Foster, fue un consumado lanzador cuando estaba en sus veintitantos años de edad. Foster llegó a ser dueño y manager de un equipo en 1911, a los 32 años de edad.
Rube Foster es conocido como “el padre del béisbol negro” porque en 1920, fue de los principales fundadores de la Liga Nacional Negra, la primera de las Ligas Negras.
Josh Gibson, quizás el más grande bateador de poder de todos los tiempos de cualquier liga, se asegura que Gibson conectó un home run de 580 pies. Además que es el único ser humano en depositar la pelota, con un batazo, afuera del estadio de los Yankees. Jugó en la Liga Mexicana en 1940 y 1941 con los “Azules” de Veracruz de la capital mexicana.
Fue inducido al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, N.Y., en 1972.
James “Cool Papa” Bell era un corredor tan rápido que, a su compañero de cuarto Josh Gibson le gustaba comentar que Bell podía apagar la luz del cuarto y acostarse en la cama antes de que el cuarto se oscureciera. James Bell, un bateador ambidiestro, jugó en 11 juegos de estrellas y tuvo un porcentaje de bateo de .341 en su carrera. Jugó en la Liga Mexicana de Verano de 1938 a 1941 con los Alijadores de Tampico en 1938 y 1939, Torreón-Ver., en 1940 y Monterrey, en 1941. En 1940 en 89 juegos bateó para .437 y en las cuatro temporadas promedió .367.
En 1936 el poderoso equipo de los “Crawfords” de Pittsburgh, se jactaba de tener en su alineación a jugadores de la talla de “Cool Papa” Bell, Josh Gibson y a Satchel Paige, además de otros muchos grandes estrellas.
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