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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
FORTINO “QUISI” MORALES MIYAGUI
Por Héctor Barrios Fernández
En algún momento de nuestras vidas nos ponemos a pensar de dónde venimos, de quién o quiénes descendemos, cuál es nuestro árbol genealógico.
Cuenta la historia que a mediados de la década de los 20s del siglo pasado, es decir hace ya casi 100 años, en lo que hoy es el poblado del Sauzal de Rodríguez, en honor al General Abelardo L. Rodríguez, comunidad pesquera un poco al norte de la ciudad de Ensenada, B. C., una persona observaba con interés la inmensidad del mar, el horizonte, rumbo al Oeste.
De pronto algo llamó su atención, se trataba de una estela de humo que dejaba una embarcación que se aproximaba a la costa, estaba por llegar a puerto.
Una vez atracado, entre las personas de origen oriental que descendieron se encontraba el que al hacerse ciudadano mexicano, adoptó el nombre de Jorge Miyagui, hacía semanas habían partido desde la “Tierra del Sol Naciente,” Japón, y ahora cruzando el inmenso Océano Pacífico, arribaban a costas mexicanas.
Rápidamente Jorge se enroló en la actividad pesquera y con el paso del tiempo fundó su rancho, esto fue en las inmediaciones de la misma Villa Pesquera, en San Miguel, en donde al día de hoy existe una de tantas casetas en las carreteras que nos cobran por pasar, en él se dedicó a la actividad agrícola.
Pasaron los años y entre los hijos del Sr. Jorge Miyagui y su esposa la Sra. Petra Avelar encontramos a la niña Santos Miyagui Avelar quien en su edad adulta casó con el Sr. Germán Morales Jurado.
De este matrimonio nació justamente el 25 de enero de 1945 en el mismo rancho de su abuelo, nuestro personaje central de este relato, el Sr. Fortino Morales Miyagui (QEPD), conocido en el mundo del béisbol como “El Quisi Morales”.
Fortino Morales en su momento aclaró que la manera correcta de escribir su apodo es precisamente así, “Quisi” y no “Kissi” como erróneamente muchas veces lo escriben.
Nos comentaba el “Quisi Morales” que este apodo se lo aplicó su abuelo, ya que en 1923 habían filmado la película “El Jorobado de Notre Dame” basada en la joya de la literatura universal, “Nuestra Señora de París” de Víctor Hugo.
El personaje central de esta obra es “Quasimodo” y por la manera de caminar de Fortino cuando niño, fue que el abuelo le aplicó tal apodo, siendo que a la postre, el prefijo “Quasi” que significa “Casi” vino a derivar en “Quisi”.
Habiendo pasado la mayor parte de su niñez en el poblado del Sauzal y en el Rancho San Miguel, a la edad de 6 o 7 años, junto con algunos miembros de su familia, en sus ratos de descanso, hacían pelotas con trapos y cinta adhesiva con las cuales practicaban el béisbol en los patios de la casa, corría los años de 1950 o 51.
Cuando su abuelo vendió el Rancho, se trasladaron a vivir a la cercana Ensenada, exactamente a la hoy céntrica Colonia Obrera.
Allí su papá y su tío Gilberto Miyagui organizaron un equipo de béisbol categoría infantil con la chiquillada, miembros de la familia y vecinos de la colonia, le pusieron por nombre “Halcones” y comenzaron a enfrentarse a otros organizados por el inolvidable José “Prieto” Soto y la familia Palafox, entre otros.
Después consiguieron que los entrenara el Sr. Julián Vázquez, quien tenía amplia experiencia en el juego, recordó haber sido compañero de Enrique “Zurdo” Echave, quien al pasar de los años llegara a formar parte de selecciones nacionales, otros como el “Chato” Bernáldez, Filiberto y Jaime Valdez.
Aun en etapa de la niñez, regresa a radicar al Sauzal y allí pasa a integrar equipos en categorías juveniles.
A la corta edad de 14 años lo invitan a formar parte del famoso equipo “La Ola Verde” del Sauzal, categoría de primera fuerza.
Recordaba que en esos juveniles años, en donde ahora está ubicado el campo de béisbol “Ernesto Moreno”, todas y toda la tarde era de puro béisbol.
Los del Sauzal, los del Cerro y los de la Colonia “Manchuria” en donde se asentaron las personas llegadas de Oriente como su abuelo, se trenzaban en verdaderos duelos de béisbol.
Niños y jovencitos como “el Cuervo” Contreras, “Panadero” Moctezuma, “Chato” Arce, “el Cenizo Romero,” Memo Hernández, Félix Pico y otros.
Era la década de los 50s del siglo pasado en que la Pesquera del Sauzal era el sostén económico del pueblo, todo mundo trabajaba en esa empresa, que de pasadita, patrocinaba el béisbol, tan es así que los de mayor talento, iban, “checaban” tarjeta y se regresaban al campo a seguir jugando.
En 1962, a los 17 años de edad, junto con su equipo Ensenada Municipal, logró la corona en el torneo estatal, ganando el derecho de defender los colores de su estado en el torneo nacional de primera fuerza en la ciudad de Puebla.
Incluso en ese torneo nacional, se ganó el derecho de ser parte de la selección nacional para participar en el torneo mundial juvenil a celebrarse en Brasil.
Cuando ya todo estaba listo, les anunciaron que México no tendría participación por falta de recursos económicos.
Para variar, eso ya sucedía.
Algunos que con él integraron esa selección fueron Ernesto “Conejo” Salgado, “Niño” López, Carlos Romero, Luis “Panadero” Moctezuma, Raúl Amador, Rubén “Catrín” Meza, Francisco “Pochón” Nieto, Raymundo “Huevito” Montoya, Damián “Pájaro” Villalobos, Félix “Mallanín” Pico, Raúl “Chito” Tamayo, Ricardo “Mocoso” Montoya, Alfredo Guerrero, Humberto “Cuate” González y otros.
A nivel local, un jugador que admiraba por la calidad de su juego fue a Don Memo Hernández, quien después fue su entrenador y también de quien aprendió muchos de los secretos del juego.
Otro de sus entrenadores que recordaba con agrado y le dejó valiosas enseñanzas fue Raúl “Cubano” Cruz, encargado del mantenimiento del campo deportivo “Antonio Palacios” en Ensenada, junto con otros jóvenes, como César “Gordo” Peralta y Luis Peralta, todas las tardes hacían el viaje a Ensenada sólo para tomar las clases y consejos del famoso “Cubano Cruz”.
Luis con el tiempo se hizo beisbolista profesional jugando para los “Diablos Rojos” y los “Naranjeros” de Hermosillo.
Durante el torneo nacional celebrado en Tijuana en 1965, el famoso tercera base mexicano Leo Rodríguez, invitó a un desayuno a Rubén García, Gaby de la Torre y a él, con la finalidad de convencerlos para que se integraran a la pelota profesional.
Mencionó el “Quisi” que el único que estampó su firma en esa ocasión fue Rubén, quien años más tarde militara con los Tigres de la ciudad de México.
De la Torre había ponchado a 40 bateadores en un juego de 16 entradas en ese torneo.
En esa ocasión, por ser menor de edad, su papá negó el permiso para la firma.
El motivo fueron los estudios escolares.
Antes de abordar el profesionalismo, asistió a siete torneos nacionales defendiendo los colores de su estado.
Después de uno de esos torneos, a mediados de los 60s en Chihuahua, fue que los Diablos Rojos firmaron a otro ensenadense y para variar ex-naranjero en invierno, el “Zurdo” Alejandro Robles Parra.
Entre otros bonitos recuerdos, mencionó el “Quisi” Morales, haberse enfrentado a muchos equipos profesionales que en sus giras tocaban el puerto de Ensenada, como los Naranjeros, Ostioneros, equipos de California como los Padres de San Diego, las Estrellas de Mike Brito, La Fonda All Star y en 1962 se enfrentó al famoso lanzador Don Larsen, quien hacía una gira con un grupo de peloteros estrellas.
Bien recordaba el “Quisi” que en uno de sus turnos al bat, le conectó profundo al jardín central y al pasar junto al norteamericano, éste le dijo en muy buen español: “te la puse para que conectaras cuadrangular”.
Como su destino estaba en convertirse en profesional de la pelota, un día llegaron Guillermo “Bachichas” Frayde y el cubano Corito Varona y a la edad de 23 años por fin lo firmaron para el béisbol de paga.
Pero como dicen, “por algo pasan las cosas,” y en su segunda temporada en sucursales de los Tigres, recibió un fuerte pelotazo en la cabeza que lo puso en estado de suma gravedad.
Eso truncó su carrera profesional y nos privó de ver a un excelente tercera base dentro de la pelota de paga.
Aunque ya a sus 75 años de edad siguió participando en torneos de súper, re-súper y recontra súper veteranos y no tengo que decirle que gozaba de muy buena salud y excelente condición física, hasta que el indeseable coronavirus motivó su partida al cielo.
De vez en vez aquel incidente que truncara su carrera profesional, se hacía presente con alguna jaqueca que por fortuna, según reportaba, era pasajera.
En otra oportunidad le contaré de sus casi 40 torneos nacionales de softbol, torneos centroamericanos y panamericanos, así que: continuará…
Fortino Morales Miyagui, el “Quisi Morales, gloria del béisbol y sóftbol ensenadense y bajacaliforniano.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com