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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
JOSHUA GIBSON Y CHRISTY MATHEWSON
Por Héctor Barrios Fernández
De 1.85 m de estatura, 95 kg. de puro músculo, se asegura que ha sido el único ser humano en enviar una pelota fuera del Yankee Stadium, eso por los años 30s, si es verdad, seguro que no fue en juego de Grandes Ligas, porque los negros no tenían acceso a ésta en esos años, otra verdad es que no ocupaba de ciclopentanoperhidrofenantreno o dicho en lenguaje entendible, “esteroides,” hormonas de crecimiento o complementos alimenticios dudosos, para darle en la nariz a la pelota.
Nació el 21 de diciembre de 1911 en Buena Vista, Georgia, por lo tanto, paisano de Ty Cobb.
Su actuación como beisbolista fue principalmente en las Ligas Negras con los Crawfords de Pittsburgh y los Grays de Homestead, jugando también en Cuba, República Dominicana y traído a los Azules de Veracruz en 1940 y 1941, por Jorge Pasquel.
Llegó a formar batería con el legendario Satchel Paige.
Uno de los grandes receptores en la historia del béisbol, aunque se dice que no hay estadísticas de las Ligas de Color, también se asegura que sus promedios de bateo y slugging son de .359 y .648, su placa en Cooperstown dice:
“Pegó cerca de 800 cuadrangulares en 17 años de carrera.”
Los expertos debaten sobre la veracidad de sus anécdotas y estadísticas.
Una historia famosa que se cuenta mucho dice:
-Parte baja de la novena entrada, dos outs, hombre en base en el estadio de los Crawfords, éstos perdiendo por una carrera, Joshua al bat, conecta un portentoso tablazo que la pelota desaparece en la oscuridad de la noche, aparentemente el equipo visitante quedó tendido en el terreno con la derrota a cuestas.
Al siguiente día, en otra ciudad, con los mismos equipos, sólo que los Crawfords de visitantes y justo cuando el equipo de casa entraba al terreno de juego, una pelota apareció repentinamente entre las alturas y un pelotero anfitrión la atrapó, entonces el umpire muy en su papel, le gritó a Joshua Gibson- “Estás out, en Pittsburgh, ayer”.
A saber, en todas épocas han existido ESTRELLAS DEL BÉISBOL, cuando descubrí que el beis existía, comencé aescuchar por radio las trasmisiones de Rodolfo Cuevas Quiroga, según que desde el mismísimo lugar de los hechos, desde las cabinas de trasmisión de los estadios, con gritos y aplausos y el ruido del público como un enjambre, años más tarde me enteré, que tales narraciones las hacía desde la misma estación de radio o desde su casa y que los aplausos y silbidos provenían de un disco.
Eso no le quitó magia y misticismo al asunto.
Koufax, Drysdele, Gibson, Marichal, Clemente, Oliva, estaban de moda, a partir de ahí he sido testigo presencial de miles de juegos y peloteros, pero hay uno que “he visto” en reportajes escritos y echo a volar la imaginación sobre cómo pudo haber sido el béisbol de antes, los jugadores, los estadios, el público, los viajes, etc.
Christy Mathewson, jugó en Grandes Ligas de 1900 a 1916, ganó 373 juegos, promedió 2.13 en carreras limpias, tuvo 79 blanqueadas, dos veces ganó la triple corona de pitcheo, en cinco temporadas fue líder en carreras limpias admitidas y en ponches.
Años en que regularmente un jugador terminaba su carrera con el equipo que la comenzaba, por eso llama la atención cambios como el de Babe Ruth de Medias Rojas a Yankees o el mismo Mathewson de Rojos a Gigantes, sólo que aquí no hubo “maldición,” perfeccionó el “screwball,” tuvo tremendos duelos con “Three Fingers” Brown en Chicago y el mismísimo “Diamante Negro” en La Habana, en la Serie Final de 1905, contra los Atléticos de Filadelfia de Connie Mack, en seis días, les lanzó tres blanqueadas, para que Gigantes se coronara, aún con la estadística completa, no nos diría toda la verdad sobre Christy, su recta abarcaba ángulos increíbles, su control era poesía del más alto nivel, el lanzamiento en el que la pelota se escondía, dejaba ver la complejidad del moderno tirabuzón.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com