LA CREACIÓN DEL MITO EN EL BÉISBOL

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
LA CREACIÓN DEL MITO EN EL BÉISBOL
Por Héctor Barrios Fernández

Por generaciones circuló la historia de que el juego de béisbol fue inventado por Abner Doubleday en Cooperstown, New York, en 1839.
Esta es la razón por la cual el Museo y Salón de la Fama del béisbol en los Estados Unidos está localizado en ese pequeño poblado al norte del estado de New York y el por qué la apertura oficial de dicho recinto tomó lugar en 1939, el aparente centenario del nacimiento del béisbol.
Una harapienta pelota hecha a mano fue el primer objeto ascendido a la colección del Salón de la Fama por su fundador, el coleccionista y hombre de negocios Stephen Carlton Clark.

Esta fue supuestamente encontrada en el tronco de un árbol en Cooperstown y perteneció a Abner Graves, quien a principios del siglo XX había sido la fuente principal de una historia de que Doubleday primero presentó el juego a un grupo de escolares al cual pertenecía Graves en 1839.
La pelota, así, fue ligada al supuesto inventor del juego.
De hecho, como hemos visto, el béisbol, en cierta forma, existió mucho antes que Doubleday y en efecto, hay una gran duda de si Abner Doubleday, un general de los ejércitos de la Unión, durante la guerra civil, tuvo alguna conexión en lo que al béisbol se refiere.
El mito de Doubleday emergió de la “Comisión Mills,” formada en 1905 con el propósito de determinar el verdadero origen de este deporte.
Encabezados por el ex presidente de la Liga Nacional Abraham G. Mills, el comité incluía a Morgan Bulkeley, el primer presidente de la Liga Nacional en 1876, también a Arthur Gorman, un senador y ex presidente del club de béisbol Nacionales de Washington; a Alfred Reach, un ex pelotero y prominente magnate de la venta de artículos deportivos; a George Wright, una de las más grandes estrellas del béisbol en los 1860s y 1870s y también dueño de una compañía de artículos deportivos; además a Nick Young, presidente de la Liga Nacional entre 1885 y 1902 y a James E. Sullivan, presidente de la Unión Atlética Amateur.
El ímpetu para la formación de la Comisión fue la puesta en marcha del debate sobre los orígenes del béisbol, tomado con mayor interés por Albert Spalding y Henry Chadwick, dos figuras altamente influyentes en cuanto al crecimiento del béisbol.
Chadwick, quien nació en Inglaterra en 1824, había sido un líder promotor del béisbol durante sus primeros años y él fue el primero en proponer la idea de que el llamado “pasatiempo americano” había tenido su origen en el juego inglés llamado “rounders.”

En la primera edición de su “Beadle’s Dime Baseball Player” publicado en 1860, Chadwick analiza “el juego inglés denominado Rounders, del cual el Base Ball es derivado.”
En su artículo “Antigua Historia del Base Ball” de 1867, escribió que: “mientras el Rounders fue una suave y simple diversión, comparado con el Base-Ball, el cual ha crecido de éste… el ‘rounders’ inglés contiene todos los elementos de nuestro juego nacional.”
Chadwick presentó de nuevo su caso en la edición de 1903 de la “Guía de Béisbol Spalding,” de la cual él era editor.
Albert G. Spalding, el fundador y publicista de esta guía, también fue un jugador estrella en los 1870s antes de lanzar su compañía de artículos deportivos A. G. Spalding, pensaba de diferente manera ante los argumentos de Chadwick, insistiendo que el béisbol era “puramente de origen americano.”
Para poner el asunto en una “balanza,” Spalding formó un comité para que investigara y analizara los orígenes del béisbol.
El mismo Abraham Mills había sido un ávido seguidor de la idea de que el béisbol era de origen norteamericano.
En un banquete para honrar el regreso del equipo de Spalding, el cual realizó una gira jugando béisbol alrededor del mundo en 1889, Mills dio un discurso asegurando que “el patriotismo y la investigación justifican que el béisbol es de origen norteamericano.”
Su intervención inspiró a los asistentes a cantar “¡No Rounders!” que retumbó en todo el salón.
En 1905, la Comisión Mills mandó una convocatoria buscando información relacionada a los orígenes del béisbol.
Entre las respuestas estaba una carta de Abner Graves, un ingeniero en minas de 71 años residiendo en el estado de Colorado.
En ésta él asentaba que Doubleday, un estudiante en Cooperstown, había modificado el juego local de “town ball,” que no necesariamente “rounders” y lo estandarizó en una forma que él lo llamó “béisbol.”

La Comisión inmediatamente abrazó y le dio forma al relato de Graves, ignorando considerablemente los fallos de la historia, incluyendo, entre otras cosas, el factor de que Doubleday, quien había muerto en 1893, nunca mencionó la palabra “béisbol” en ninguna carta de su correspondencia o en su diario personal a través de su vida y que además Abner estaba por esos días en la Academia Militar de West Point y no en Cooperstown, en ese tiempo Abner Graves aseguró que Doubleday había inventado el juego precisamente allí, en Cooperstown.
Sin embargo, relacionar con la invención del béisbol al héroe de la guerra civil en las tierras de pastoreo de ese pequeño poblado en el estado de New York, era una historia muy atractiva como para dejarla pasar así nomás porque sí.
El reporte final de la Comisión Mills fue que:
“El primer esquema para jugar béisbol, de acuerdo con la mejor evidencia hasta la fecha, fue ideado por Abner Doubleday en Coopertwon, N. Y., en 1839.”
La declaración en donde se aseguraba que Doubleday fue el inventor del béisbol, fue recibida con escepticismo, recelo e incredulidad casi inmediatamente después de su publicación por la Comisión Mills en 1908 y los historiadores continuaron encontrándole huecos al mito hasta que éste fue definitivamente desacreditado.
Aún así “la pelota de Doubleday,” permanece en exhibición permanente, junto con la fotografía del General Abner Doubleday en el Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, como un símbolo de la larga tradición del Béisbol en los Estados Unidos, a pesar de que no es verdad la historia acerca de su   origen.
Ahora, a pesar de que se ha investigado más a fondo y se conoce esta más reciente verdad, el Salón de la Fama del Béisbol, sigue y seguirá en Cooperstown para honrar a las más grandes ESTRELLAS DEL BÉISBOL.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com