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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
LUIS “EL VIEJITO” GARCÍA
Por Héctor Barrios Fernández
No recuerdo como estuvo que el béisbol se fue metiendo en mi vida, quizá siempre estuvo ahí o tal vez yo me metí en el beis.
Lo que si alcanzo a recordar es que en la segunda parte de la década de los sesentas escuchaba por radio las narraciones desde el Campo Deportivo “Antonio Palacios” en Ensenada, B. C., en las voces del Profr. Alfredo Marín Méndez, Rogelio Escobar Zaragoza o Rolando Cárdenas Sanmartín, según la estación que sintonizara.
Se mencionaban nombres que se van quedando en la memoria, tal vez para siempre. Enrique Echave, Ernesto “Conejo” Salgado, Raymundo “Huevito” Montoya, Ricardo “Mocoso” Montoya, Roberto “Chato” Arce, Luis “Panadero” Moctezuma, César “Gordo” Peralta, Víctor “Negro” Verdugo, Armando “Burro” Domínguez, Javier Amador que en esos días cantando bolas y strikes, ya se había convertido en respetado umpire y muchos más que defendían los colores de la Gloriosa Ensenada Municipal de aquel entonces.
De los foraneos, Arturo “Tury” Navarro, “Marro” Cota, de Mexicali. Macario Rayle, Fortino “Tino” Partida, Ramón “La Colorada” Sánchez, Alberto “El Güero” García, Gilberto “Baby” Ruiz, Horacio “Picahielo” Nieves, “Magnate” Díaz, Santiago “Yago” Beltrán, por Tijuana, no recuerdo de qué ligas, pero eran infaltables en los torneos estatales de béisbol de aquel entonces.
Hubo uno que sin conocerlo personalmente, siempre me llamó la atención, quizás el apodo, el ritmo de su nombre, no lo puedo asegurar, lo más probable es que fue la calidad de su juego, de su entrega al mismo.
Su nombre, LUIS “EL VIEJITO” GARCÍA.
Nacido en Amatlán de Cañas, Nayarit, el 21 de junio de 1938.
En compañía de su familia llegó a Tijuana en sus primeros años de vida, por tal razón en esa ciudad siempre se le ha considerado hijo adoptivo.
Con más de cincuenta años ligado al béisbol como jugador activo, paseó su grandeza como persona y como jugador en diamantes de países como Venezuela, Brasil, Colombia, Puerto Rico, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá y Jamaica, representando a nuestro país en torneos Centroamericanos, Panamericanos y Mundiales de la especialidad.
Ni que decir que recorrió todo México defendiendo los colores de su Baja California, nombre que recibe nuestro bello estado y no “Baja” como errónea y mañosamente se le nombra hoy, sobre todo en justas deportivas. Por muchos pero muchos años infaltable en los torneos estatales como integrante de su querida Tijuana Amateur.
Su indiscutible calidad fue la causa de que llamara la atención de organizaciones de la Liga Mexicana como Diablos Rojos y Pericos de Puebla, así como equipos de Grandes Ligas entre los que se mencionan, Gigantes, Cachorros y Dodgers.
Calidad, coraje, valor, entrega, disciplina, inteligencia, las tenía, el pero que le pusieron para no integrarlo a esas organizaciones, fue su baja estatura y peso corporal, que nada tenían que ver con la calidad de su juego, pero eran los estándares que se pedían en ese entonces y nada se podía hacer.
El béisbol aficionado de México, de Baja California y en especial el de Tijuana salieron ganando al final porque así, lo mantuvimos entre nosotros. El domingo 21 de agosto de 1966 en el campo Ángel Camarena, en aquel entonces en la Zona Río, contrajo nupcias con la hermosa Srita. Rosa María Hernández, el amor de su vida.
Era el séptimo inning cuando el umpire principal gritó “¡tiempo!,” los jugadores se colocaron en dos filas formando un arco con sus bats y por ahí se paseó la enamorada pareja.
Quizá se escogió el séptimo inning por ser “el de la suerte” en el béisbol y vaya que sí, ya que procrearon tres hijos, Ana Luisa, Luis y Candy García Hernández. Juan Manuel Martínez, destacado cronista deportivo en Tijuana, nos comentaba que él narró por radio ese encuentro y en son de broma le regaló un frasco de vitaminas al “VIEJITO” por lo que se ofreciera. En 1974 como reconocimiento a su brillante trayectoria, se toma la atinada determinación de bautizar con su nombre uno de los campos de La Mesa de Otay.
Su hermana Norberta lo bautizó con el apodo de “VIEJITO”.
Fue por el gusto de consumir caldo de res y como el hueso no puede faltar en este rico alimento, después de chuparlo sabrosamente, se lo guardaba en la bolsa del pantalón.
Cuando su hermana lo descubría le decía -¿¡otra vez con ese “viejo” hueso en la bolsa!?-.
Con gran acierto, en 1993 se convierte en inmortal, al ser introducido al Salón de la Fama del Deporte de Tijuana.
Los que lo vieron lanzar coinciden en que no era el pitcher intimidador de gran velocidad, el rasurador, el tumba cabezas, muy lejos de parecerse a Nolan Ryan o Randy Johnson, más bien era calculador, sereno, calmado, “donde ponía el ojo, ponía la bala”.
Poseedor de un gran control e inteligencia como arma principal, a lo Mariano Rivera o Greg Maddux.
Los mexicanos aficionados al béisbol y sobre todo los sonorenses y los de Empalme en particular, se sienten orgullosos cuando recuerdan y comentan que Francisco “Zurdo” Alcaraz le ganó al poderoso equipo cubano y tienen y tenemos razón de sentirnos así, tener la valentía de enfrentarse a los poderosos cubanos y además vencerlos se convierte en gran hazaña, esto ha sido válido desde hace muchos años hasta nuestros días.
Francisco Alcaraz posteriormente se convirtió en un gran umpire.
No sólo él venció a los cubanos.
Para orgullo bajacaliforniano, también lo hizo LUIS “EL VIEJITO” GARCÍA, eso ocurrió en Toronto, Canadá en 1959.
Juzgue Usted si estaremos equivocados en calificar a LUIS GARCÍA como un grande del béisbol nacional, sea amateur, profesional o de cualquier categoría.
Nadie se imaginó aquel 9 de abril de 1949, a los 11 años de edad, que su carrera activa duraría más de medio siglo, puesto que en esa fecha cubrió la pradera central de su equipo de la Colonia Independencia, así inició su vida deportiva.
Pero vayamos por partes, en 1955 participa en el torneo estatal juvenil; en 26 torneos estatales, tuvo 118 ganados por 16 derrotas, en 7 torneos obtuvo la triple corona de pitcheo (más juegos ganados, mayor porcentaje de ganados y perdidos y porcentaje de carreras limpias más bajo), 5 veces obtuvo la distinción como el mejor pitcher del torneo.
Si las matemáticas no me fallan, deduzco que en dos ocasiones, a pesar de ganar la triple corona, no fue nombrado el mejor pitcher, ¡mmmm,! seguramente otro lanzador hizo algo mejor que eso.
En campeonatos nacionales, 30 ganados, 6 perdidos, 3 salvamentos.
En torneos internacionales, 17 ganados, 7 perdidos, 2.57 en carreras limpias en 209 innings lanzados.
En 1958 en el torneo nacional en Tijuana, obtiene el cetro de pitcheo por primera vez, cuatro victorias y salvó los demás triunfos de su selección, fue nombrado el jugador más valioso del torneo.
En 1960 en el nacional desarrollado en Mexicali, B. C., obtiene el título de mejor ponchador.
Al año siguiente en 1961 en Nuevo Laredo, Tams., obtiene la triple corona de pitcheo; ese año en el mundial de San José, Costa Rica se adjudica el título de pitcher campeón en carreras limpias permitidas.
En 1962 asiste al nacional en Puebla y al centroamericano en Kingston.
En 1963 asiste a los juegos panamericanos de Sao Paulo, Brasil, en donde México obtiene la medalla de bronce.
Por ese estilo fueron sus participaciones internacionales.
Asiste al nacional de 1964 en la hoy Cd. Mx., por cierto el 23 de diciembre de ese año, en el campo Ángel Camarena se enfrentaron los equipos “Cerveceros Tecate” con Alberto “El Güero” García en la loma y “Electricistas” con LUIS “El VIEJITO” GARCÍA lanzando, Alberto retiró a los 27 bateadores a los que se enfrentó, para lanzar juego perfecto y ganar 1-0, así tenía el contrario que jugar para poder vencer al “VIEJITO” GARCÍA, no había de otra.
En 1965 gana el trofeo de pitcher campeón en el mundial de Barranquilla, Colombia.
En 1966 integra la selección mexicana que asiste a los juegos centroamericanos de Puerto Rico.
Aún en 1969 participó en el torneo nacional de San Luis Río Colorado, Son. En enero de 1959 asistió a los juegos centroamericanos que se desarrollaron en Caracas.
En agosto de ese año, en los juegos panamericanos de Chicago, fue conocido como el “Hombre de Hierro,” ya que lanzó en cinco de los siete juegos en que México participó, teniendo récord personal de 2-1 en ganados y perdidos.
A nivel nacional, para muestras un botón, en 1962 en Puebla ganó 3 y no perdió, no contento con eso al año siguiente en Oaxaca, en cinco ocasiones dio de comer en la mano al contrario, sin sufrir descalabro.
El campeonato nacional de béisbol de primera fuerza de 1990 celebrado en Tecate, B. C., llevó el nombre de LUIS “EL VIEJITO” GARCÍA.
Así siguió la carrera de nuestro personaje entre torneos locales, estatales, nacionales e internacionales, desde categorías infantiles, juveniles, mayores, veteranos y súper veteranos, más de 50 años en la lucha dentro del deporte.
Claudio Soto quien residió en El Carrizo, Sin., lanzador zurdo que fuera “novato del año” en la temporada 1959-60, de la Liga de Sonora, luego Sonora-Sinaloa y hoy Liga Mexicana del Pacífico, jugando para los “Rieleros” de Empalme, recordaba con mucho afecto y nostalgia a dos de sus compañeros en la Selección Mexicana de Béisbol que representara a nuestro país en torneos internacionales, uno es Federico “Lico” Arce y otro Luis “el Viejito” García.
Como necesito escribir un libro para contarles a mayor detalle las anécdotas y vida deportiva de “EL VIEJITO” GARCÍA los dejo con esta muestra de su carrera dentro del béisbol.
El 14 de junio del 2005, Dios, Nuestro Señor, en uno de sus tantos “drafts” que hace, decidió que quería para su celestial equipo a ese “VIEJITO” con el número 33 en su uniforme, lo seleccionó y se lo llevó para reforzar su escuadra.
Pero nos dejó su historia, su ejemplo, su recuerdo que llevaremos con nosotros mientras nos dure la vida.
Recordemos con orgullo a LUIS “EL VIEJITO” GARCÍA, gloria del béisbol nacional.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com