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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
MEXICANOS EN FRESNO, CALIFORNIA
Por Héctor Barrios Fernández
Por andar en divertida gira en el norte de California, he dejado de escribir sobre béisbol y hoy me siento un poco fuera de forma y de ritmo, los lanzamientos me ganan y mi “swing” está un poco atrasado, pero poco a poco voy agarrando el paso y estaré listo al iniciar la temporada. Ahora que volvía a casa al pasar por la ciudad de Fresno, California, y al dirigirme al “Old Town” de dicha ciudad, me estacioné en una de sus viejas calles, me bajé del automóvil, estiré los brazos y piernas para descansar después de algunas horas de manejo y traté de observar todo a mi alrededor, algunas construcciones aún conservan la arquitectura original, las calles del centro histórico un poco más angostas, tomé aire, respiré profundo y eché a volar mi imaginación, tratando de recrear cómo fueron esos días de la primavera de 1953 cuando a los 17 años de edad llegó a ese pueblo agrícola, mi fino y estimado amigo Ronaldo “Ronnie” Camacho Durán, lleno de sueños, de ilusiones, de deseos por hacer carrera en el béisbol y hasta con cierto temor a lo desconocido, sin dominar el inglés y para poder calmar el hambre animándose a tratar de pedir unos “jam and eggs” en algún restaurante. Pude “ver” en mi imaginación al joven Ronnie caminar por esa acera en donde, en ese momento me encontraba parado. A esa edad, 17 años, muchas veces el hombre aún no deja de ser un niño; si alguna vez deja de serlo, sin embargo la personalidad decidida de Ronnie y su don de superación, le alcanzaron ese año para participar en 100 juegos que no son pocos, lo que no me puedo imaginar es cómo fue que jugaba la segunda base y a veces las paradas cortas, porque después se convirtió en un excelente primera base. Total que en esa su primera participación se las arregló para disparar 89 hits, entre ellos 11 cuadrangulares, 12 dobletes y un triple, ese año lo dividió entre los Águilas de Mexicali y los Cardenales de Fresno, equipo sucursal de los Cardenales de San Luis. Con más confiancita en 1954 volvió a Fresno y en 136 juegos conectó 140 hits, con 16 para la calle. El año de 1955 lo dividió en 4 equipos, 4 juegos en Columbus en la Liga de Atlántico del Sur, 2 en Allentown, en la Liga del Este, 59 en Peoria, Illinois, en la Liga Illinois-Indiana-Iowa y volvió a Fresno en la Liga de California para terminar su estancia en los Estados Unidos. Para el siguiente año y yo con uno o dos meses de haber llegado a este mundo, Ronnie llegó a los Tecolotes de Nuevo Laredo que posteriormente se convirtieron en Pericos de Puebla por algunos años y luego en Leones de Yucatán y el resto ya lo sabe Usted, en 1963 rompe el récord de cuadrangulares de la LMB y ese invierno se apodera del de la LMP con 27, el que comparte con Bob Darwin, y que aún les pertenece, desde Héctor Espino, no se mira quién le haga cosquillas. En 1953, después de también estar con Mexicali, en la Liga Arizona-Texas, Dothan y Albany, en la Liga Alabama-Florida, en 1954 llega al mismo Fresno el también empalmense David García, para hacerse cargo de las paradas cortas de los Cardenales y formar con Ronnie, la llave de las dobles matanzas, alrededor de la segunda base, en 124 juegos, David conecta 121 hits para un sólido .294 de porcentaje de bateo. En 1955 acompaña a Ronnie a Peoria en donde le pega a la pelota para un respetable .283. Regresa a Mexicali en 1956 y en 114 juegos deja un .310. 1957 lo pasa en Columbus y 1958 lo divide en Houston en la Liga de Texas y en York en la Liga del Este. En 1959, a la edad de 23 años, llega a los Petroleros de Poza Rica, para iniciar una brillante carrera en la Liga Mexicana de Verano. Recuerdo a David García a principios de los 1970s manejando a los Tigres de Ensenada. En 1955, con 22 años de edad, llegó a Fresno el de Los Mochis, Sin., Benjamín “Papelero” Valenzuela, que en 147 juegos conectó para .354 y quien en 1958 alcanzara las Grandes Ligas participando en 10 juegos con los Cardenales. Al igual que David, en 1971 manejó en Ensenada. Ese año encontramos también en Fresno con 26 años a cuestas al tercera base y jardinero, Ricardo Garza, participando en 107 juegos, al año siguiente regresa a México para integrarse a los Tecolotes de Nuevo Laredo. En 1956 ya se habían retirado de Fresno todos los personajes anteriores, quienes dejaron un grato sabor de boca en esa comunidad californiana. Para tomar la estafeta llega curiosamente un joven nacido en Guaymas, Son., muy cerquita de Empalme, el primera base Eduardo “Eddie” Escalante, quien en 127 juegos, conecta 161 hits buenos para .340 de porcentaje. Al año siguiente lo encontramos con los Tigres de la ciudad de México, esa temporada vuelve a los Estados Unidos, para en 1958 establecerse definitivamente en la pelota mexicana. Como ve, me sentía muy orgulloso de estar en el mismo lugar en donde todos estos jugadores mexicanos estuvieron algún día y quienes con su talento, dedicación, esfuerzo y disciplina dejaron muy en alto al béisbol mexicano. Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com