NOVATOS DEL AÑO EN 1961

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
NOVATOS DEL AÑO EN 1961
Por Héctor Barrios Fernández

Ya mencionamos que el hecho de ser nombrado “novato del año,” no garantiza una carrera exitosa. Algunos peloteros con su nombramiento de “novato del año” bajo el brazo, se perdieron en el anonimato o peor aún, en la mediocridad el resto de sus carreras. Don Schwall, lanzador derecho, a la edad de 25 años inició su carrera en Ligas Mayores con los Medias Rojas de Boston. Pintaba para una gran carrera, pero después de un grandioso primer año, se perdió entre el montón. Los Medias Rojas terminaron en sexto lugar en 1961, pero Don Schwall fue su as en la loma de los disparos y sus números fueron lo suficientemente buenos para que ganara el nombramiento de “novato del año” de la Liga Americana. Tuvo record de 15-7 con 3.22 en carreras limpias, además completó 10 juegos de los que inició. Permitió 167 hits en 179 innings de trabajo y lanzó 2 blanqueadas. La única debilidad de Schwall fue que otorgó 110 bases por bolas contra 91 ponches. Los problemas con el control lo acompañaron en su carrera de siete años en Grandes Ligas, aunque terminó su carrera con un poco más de ponches que de bases otorgadas. Su carrera transcurrió entre 1961 y 1967, en ese tramo logró record de 49-48 con 3.72 en carreras limpias admitidas. Si esos números estuvieran en su boleta de calificaciones de la escuela, entonces hubiera pasado con 6. Don fue cambiado a los Piratas de Pittsburgh después de la temporada de 1962 quienes tras su llegada en 1963, terminaron en octavo lugar. Alternándose entre abridor y relevista, Schwall tuvo record de 6-12, sin juegos salvado y 3.33 en carreras limpias. En 1964, entregó números de 4-3, sin juego salvado y los Piratas terminaron en sexto lugar empatados con los Dodgers. En 1965, su papel fue estrictamente como relevista, en esa faceta ganó 9 y perdió 6, con 4 salvados y 2.92. Parecía que volvía a la senda de los éxitos. 1966 y 1967 los pasó con los Bravos de Atlanta donde presentó números de 3-3 y 4.37 en esas dos temporadas. Así lo que parecía iba a ser una brillante carrera que inició ganando el nombramiento de “novato del año,” por alguna razón dio paso a una realidad menos brillante. Aún así, puede presumir que fue “novato del año” en 1961. Por su parte ese año en la Liga Nacional con los Cachorros de Chicago hacía su aparición Billy Williams. Si alguien podía haberle peleado el título de “Mr. Cub” a Ernie Banks, ese era Billy Williams. Pero a Billy no le interesó ese título. Ese pertenecía a su amigo de mucho tiempo en el equipo de los Cachorros. Todo lo que Billy deseaba era ser respetado y él lo consiguió de parte de los lanzadores contrarios. Cuando el humo se había disipado y después de 18 temporadas de brillante carrera, Billy apodado como el hombre del “Dulce Swing” había conectado 426 cuadrangulares con casi 1500 carreras producidas (1475), 434 dobletes y 1410 carreras anotadas, con un promedio de bateo de .290. A pesar de batear para .333, con 122 carreras producidas, 95 anotadas, 37 cuadrangulares, 6 triples y 34 dobletes, Billy Williams perdió el título de jugador más valioso de la temporada de 1972 de la Liga Nacional ante el receptor de los Rojos de Cincinnati Johnny Bench, quien conectó 40 para la calle y 3 carreras producidas más que Billy, pero 63 puntos menos en su porcentaje de bateo que el de Williams. Nunca participó en una Serie Mundial y con 37 años de edad fue el bateador designado de los Atléticos de Oakland en 1975 en la serie de campeonato de la Liga Americana. Aunque su fama y popularidad alcanzó el punto más alto a finales de los 60s y principios de los 70s, muchas personas han olvidado que Billy Williams ganó el título de “novato del año” en 1961. Para obtener ese nombramiento Williams presentó .278 de bateo, 25 cuadrangulares y 86 carreras impulsadas, esto fue el principio de una constante en su carrera. Carreras producidas, cuadrangulares, paciencia y un excelente ojo en la caja de bateo para ser un bateador de poder, Billy se ponchó solamente una vea más que las veces que recibió base por bolas. También fue un sólido jardinero y primera base. Al terminar su carrera como jugador activo, se convirtió en instructor de bateo, entrenador y consejero en la oficina de los Cachorros de Chicago. Fue electo al Salón de la Fama en 1987. En su discurso abogó por que hubiera más elementos de las minorías en puestos administrativos y gerenciales dentro del béisbol profesional, por cierto que su mensaje fue fuerte, elocuente pero nunca quejumbroso.
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