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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
NOVATOS DEL AÑO EN 1964
Por Héctor Barrios Fernández
Seguimos con la Serie de: “Novatos del Año de la Década de los 1960s.”
Por supuesto que no es una regla que, por obtener tal distinción, se asegura una carrera exitosa o lo contrario.
Toca el turno a los de 1964, y verá qué clase de peloteros fueron.
Con el rostro fresco de un muchacho que apenas pasa de los veinte años de edad, el cubano Tony Oliva conectó 4 hits en 9 veces al bat para un .444 de porcentaje.
Eso sucedió en 1962. La siguiente temporada, consiguió 3 imparables en 7 oportunidades para un .429.
Entre esas apariciones con los Mellizos de Minnesota, Tony estaba bateando para .350, con 93 carreras impulsadas y 23 cuadrangulares en las ligas menores.
Difícilmente un jugador hace mejor papel del que Oliva hizo en esas temporadas de formación y aprendizaje.
Cuando Tony Oliva llegó a las Ligas mayores para quedarse en 1964, enseñó lo bueno que en realidad era.
Su temporada de novato se recuerda como una de las más impresionantes tenidas por un debutante en Grandes Ligas en todos los tiempos.
Tony lideró a la liga en bateo con .323 de porcentaje, en hits dobles con 43, en hits conectados con 217, tal cifra fue en su momento record en la Liga Americana para un novato.
Actualmente pertenece a Ichiro Suzuki con 242 en el 2001 y en la Liga Nacional a Lloyd Waner 223 en 1927.
Por si todo eso fuera poco, también conectó nueve pelotas para la calle y súmele 9 hits triples; a la hora de jugar el jardín, fue de los mejores.
Eso fue suficiente para que los cronistas del béisbol lo nombraran “Novato del Año” por la Liga Americana.
En 1965, casi se podría decir que tuvo un éxito muy cercano a su temporada de novato, a pesar de que el número de cuadrangulares se redujo a la mitad y la cantidad de hits conectados cayó ligeramente, aunque subió en la cantidad de carreras producidas.
Con sus 185 hits conectados en 1965, lideró la Liga Americana en ese departamento, al igual que lo hizo el año anterior con 217.
Lo mismo que con su .321 de porcentaje de bateo, fue líder en la liga, al igual que lo fue en su temporada de novato.
En 1966, lideró a la liga en hits conectados por tercer año consecutivo y de nuevo bateó sobre .300.
Tony promedió .304 en parte de 15 temporadas de carrera en Grandes Ligas, todas con los Mellizos de Minnesota.
En dos ocasiones superó las 100 carreras producidas por temporada y acumuló un total de 935 en su ilustre carrera, además 329 hits dobles.
Fue líder de bateo de la Liga Americana en tres ocasiones, cinco veces en hits conectados y tres veces en dobletes, en 1970 empató con su compañero de equipo César Tovar con 36.
Su desempeño como jugador hubiera sido más impresionante de no haber sido por tanta lesión en sus rodillas, de las que lo operaron en cinco ocasiones.
Tras su retiro en 1976, Tony Oliva se convirtió en instructor de bateo de la organización de Minnesota.
Mayormente conocido como “Richie” o “Dick,” Richard Anthony Allen fue un hombre más de acción que de palabras.
En sus 15 años de carrera en Ligas Mayores, Richie habló a través de su bat y éste no aceptaba permanecer callado.
Debutó con los Filis de Filadelfia en septiembre de 1963.
Conectó para .292 en sus pocas intervenciones, curiosamente ese fue su promedio de por vida, pero esa su primera intervención fue prueba de lo que vendría posteriormente.
Desafortunadamente, esa primera temporada completa, en 1964, Dick y los Filis, perdieron de último momento la carrera por el banderín de la Liga Nacional, al quedar empatados en segundo lugar con los Rojos de Cincinnati a solamente un juego de distancia de los Cardenales de San Luis que fueron los campeones.
Pero para Richie Allen, 1964 fue una obra maestra.
Fue nombrado “Novato del Año de la Liga Nacional” después de batearle a los lanzadores contrarios para .318, producir 91 carreras, conectar 29 cuadrangulares, 38 hits dobles y empatar con 13 triples el liderato de la liga. Fue el mejor en la Liga Nacional con 125 carreras anotadas y 201 hits conectados.
El único pero en el debut de Allen, fue su errático fildeo en tercera base, entre una y otra cosa, cometió 41 errores para ser el líder en la liga en 1964. Dick Allen más bien es recordado por su bateo de poder.
Conectó para más de .300 de bateo en siete ocasiones, produjo 90 o más carreras en seis temporadas y también en seis campañas disparó 30 o más cuadrangulares.
Como miembro de los Madias Blancas de Chicago a principios de los 1970s, en dos ocasiones lideró la liga en cuadrangulares y una vez en carreras producidas.
Fue nombrado “Jugador más Valioso” en 1972 cuando conectó para .308 de bateo, 37 cuadrangulares y 113 carreras producidas.
Ese año Dick dividió su tiempo fildeador entre la primera y la tercera base, haciendo solamente 7 errores.
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