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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
POR LOS RUMBOS DE COOPERSTOWN Y MÉXICO 6ta PARTE
Por Héctor Barrios Fernández
Roy Campanella con Jackie Robinson y Don Newcombe, fueron pioneros entre los beisbolistas negros a quienes impulsó la organización de los Dodgers, el que hasta estos días es reconocido como uno de los equipos más exitosos dentro del béisbol.
Nacido en Filadelfia en 1921, cuando joven decidió ser cátcher porque nadie más quería esa posición en el equipo de la escuela.
Falleció en 1993 en Los Angeles, Ca.,
Jugó lo suficientemente bien en 1937 que este receptor a los 15 años de edad, estaba jugando como receptor los fines de semana con los “Bacharach Giants”, un equipo semi-profesional.
Se cambió con los Elite Giants de Baltimore, con quienes jugó la mayor parte de su carrera en las Ligas Negras.
A mediados de los 1940s, Campanella y Josh Gibson se disputaban el lugar número uno entre los cátchers de las Ligas Negras.
Roy estuvo cerca de firmar con la organización de Brooklyn a finales de 1945 pero rechazó la oportunidad porque pensó que jugaría con los Brooklyn Brown Dodgers, un equipo de la Liga Negra.
Después Campanella fue convencido para firmar y jugar en la temporada de 1946 con Nashua clase “B”, donde fue declarado el jugador más valioso en la Liga del Este.
En 1947, fue también el más valioso en la Liga Internacional jugando para Montreal.
Campy, como cariñosamente le llamaban, fue un jugador exitoso desde el día en que llegó a Brooklyn a mediados de 1948.
El rechoncho cátcher tenía un cohete por brazo, un poderoso bat y guio un legendario cuerpo de pitcheo a cinco banderines en 10 años.
Campanella fue la razón primordial en los 1950s por la que los Dodgers fueron un equipo excepcional en la Liga Nacional.
En 1951, Roy ganó el primero de tres títulos como el jugador más valioso, una proeza consumada por solamente un pequeño grupo de estrellas.
Bateó para .335 con 33 cuadrangulares y 108 carreras impulsadas.
La temporada de 1953 cuando ganó el nombramiento de jugador más valioso de la Liga Nacional, logró números que se encuentran entre los mejores logrados por un cátcher en la historia del juego, fue líder en la liga con 142 carreras impulsadas, 41 cuadrangulares, anotó 103 carreras y bateó para .312.
En el entrenamiento de la primavera de 1954, Campy se fracturó un hueso de su mano izquierda, la cual causó que uno de los nervios se dañara y solamente bateó para .207 en 111 juegos esa temporada.
Roy regresó a la temporada siguiente en 1955 para ganar su tercer nombramiento de jugador más valioso, conectándole a la esférica para promedio de .318 con 32 cuadrangulares y 107 carreras impulsadas.
A inicios de la temporada de 1956, la lesión en la mano sufrida en 1954 comenzó a causarle más problemas y su bateo pagó las consecuencias en 1957.
Roy esperaba regresar a su antigua forma exitosa en 1958, pero eso nunca ocurrió.
Campanella sufrió de una parálisis en su cuerpo como consecuencia de un terrible accidente automovilístico el cual sucedió en el invierno entre la temporada de 1957 y 1958, nunca volvió a jugar.
Confinado a una silla de ruedas, en ocasiones fue a trabajar como instructor para los Dodgers de Los Angeles.
Roy Campanella decía y con mucha razón:
“Vas a ser una persona que juegue béisbol para ganarte la vida, pero vas a tener mucho de niño en ti también”.
Campy fue exaltado al Salón de la Fama en Cooperstown en 1969, pero también se le vio jugar béisbol en México, en 1942 y 1943 formó parte de los Sultanes de Monterrey, en donde su manager fue Lázaro Salazar, en esas dos temporadas dejó promedio de bateo de .291 con 14 cuadrangulares y 69 carreras producidas.
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