NARRACIONES BEISBOLERAS 2

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
NARRACIONES BEISBOLERAS 2
Por Héctor Barrios Fernández

En la Serie Mundial de 1958, que por cierto no me tocó ver, después de 4 juegos, los Yankees estaban abajo 3 juegos a 1 contra los Bravos en ese tiempo de Milwaukee.
Los de New York se levantaron de la lona para ganar los tres restantes y con ello llevarse los máximos honores.
Para ello contaron con los lanzamientos de Bob Turley, después vino Ryne Duren con salvamento de Bob Turley y al siguiente día de nuevo Bob Turley.
El otro juego ganado por los Mulos la victoria correspondió a Don Larsen con rescate de Ryne Duren.
Ese año Bob Turley ganó todo entre los lanzadores.
Fue declarado el jugador del año, también el lanzador del año, ganó el trofeo Cy Young y fue declarado el más valioso de la Serie Mundial.
Otro equipo que se levantó con récord adverso fueron los Piratas de Pittsburgh que después de estar contra la cuerdas 1-3 ante los Orioles en 1979, ganaron los tres juegos finales para coronarse en la Serie Mundial.
Los Piratas cayeron en el primero 5-4 frente a los lanzamientos de Mike Flanagan, ganaron el segundo 3-2 con Don Robinson en la loma, bailaron con la más fea en el tercero por marcador de 8-4 ante Scott McGregor, en el cuarto juego Tim Stoddard los controló y perdieron 9-6 con Ken Tekulve siendo el derrotado.
De allí para adelante se inspiraron ganando el quinto juego de la mano del holandés Bert Blyleven, John Candelaria (Candyman) se encarga de empatar la serie y obtienen el triunfo 4-0 con salvamento del ex Venado de Mazatlán Ken Tekulve.
En casa ajena juegan el séptimo y decisivo encuentro y con Grant Jackson en la loma se coronan ganando 4 carreras por 1 con juego salvado para el de los lanzamientos submarinos Ken Tekulve.
El inolvidable Willie Stargell se llevó los honores como el jugador más valioso en la serie de campeonato de la Liga Nacional y en la Serie Mundial.
Otro equipo que recuerdo haberse levantado después de estar abajo 1-3 en la Serie Mundial fueron los de la maldición de la cabra los Cachorros de Chicago en el 2016 contra los Indios de Cleveland.
Maldición que les indilgó Billy Sianis después de que lo expulsaron del estadio con todo y cabra en el cuarto juego de la Serie Mundial en 1945.
Los Cachorros e Indios se repartieron victorias en los dos primeros juegos, el tercero y cuarto fueron para los Indios.
Los de Chicago reaccionaron y se quitaron la maldición llevándose el triunfo en los tres juegos finales.
Las victorias de los Cachorros fueron para Jake Arrieta en el segundo juego y Jon Lester, de nuevo Arrieta y Aroldis Chapman en los últimos tres.
El jugador más valioso fue Ben Zobrist.
Pasaron 108 años para que los Cachorros ganaran otra Serie Mundial a pesar de haber participado en varias en ese lapso.

Con frecuencia nos asombramos de la manera que el béisbol ha cambiado en muchos aspectos a través de los años y nos guste o no, seguirá su proceso evolutivo.
Mordecai Brown apodado “Three Fingers,” Lefty Grove, Joe McGuinnity y Jack Chesbro, fueron tremendos lanzadores que hoy cobrarían algunos cientos de millones por jugar.
Ellos tuvieron dos temporadas en sus carreras en las que ganaron 20 o más juegos de los que perdieron.
Pero Christy Mathewson y Denton True “Cy” Young no se midieron.
Christy lo hizo en tres ocasiones, una en 1904 cuando ganó 33 y perdió 12 lanzando para los Gigantes de New York, por cierto que su compañero de equipo Joe McGuinnity tuvo 35-8 esa misma temporada.
Al siguiente año Mathewson tuvo 31-9 y en 1908 terminó con 37-11.
Otro lanzador que realizó la hazaña fue nada menos que el Señor Cy Young quien con las Arañas de Cleveland, después Indios y hoy Guardianes, en 1892 tuvo 36-12.
En 1895 mejoró a 35-10.
En 1901 ya como parte integrante de los American de Boston hoy Medias Rojas, terminó con 33-10.
Por si eso fuera poco y para no dejar dudas de por qué ganaría lo que es un récord imbatible de 511 triunfos en su carrera, en 1902 terminó con 32-11 para acumular la impresionante cantidad de cuatro temporadas de este calibre.
Veinte o más triunfos que derrotas en una temporada.

Hablando de lanzadores, ya sabe el temporadón que tuvo Bob Gibson en 1968 (año del pitcheo) cuando terminó con un microscópico porcentaje de carreras limpias admitidas de 1.12.
Además de eso consiguió lanzar 13 blanqueadas, esto es juegos en los que no admitió una sola carrera, ni limpia ni sucia ni de cualquier tipo.
Trece blanqueadas o cierres de juego se dice fácil, pero es una cantidad que en estos tiempos todos los lanzadores juntos de un equipo tardarían años en conseguir, así es, AÑOS.

Cuántos años han pasado desde aquella fría noche de octubre de 1975 del juego 6 de la Serie Mundial.
¿Qué día de la semana fue?
Ya ni recuerdo, solamente sé que aún eran mis días de estudiante.
Esa Serie Mundial y ese juego en particular son unos clásicos de todos los tiempos.
Acciones de sube y baja, férrea defensa, jugadas desafortunadas, hits oportunos y para finalizar un milagro en el inning 12 para terminar con el sufrimiento del equipo de casa.
La imagen de Carlton Fisk balanceando sus brazos en lo alto de su cuerpo es uno de los momentos imborrables en el béisbol.
Primero el jugador más valioso y novato del año de la Liga Americana Fred Lynn le dio a los Medias Rojas ventaja tempranera de 3-0 en el primer inning.
Los Rojos vinieron de atrás y asaltaron a Luis Tiant yéndose arriba 6-3 con seis outs restándole al juego.
Después de dos outs en el octavo, el bateador emergente Bernie Carbo empata el juego con un cuadrangular de tres carreras.
Los Medias Rojas tuvieron una gran oportunidad de ganar en el noveno inning, pero Denny Doyle fue sacado en home cuando trató de anotar con un corto elevado.
Los Rojos de Cincinnati fueron robados de la victoria cuando un batazo conectado por Joe Morgan a todas luces se iba de cuadrangular sobre la barda del jardín derecho pero Dwight Evans poniéndose alas invisibles bajó la pelota desde los cielos para un out de ensueño.
En el doceavo inning finalmente sucedió lo que tenía que suceder, ante un lanzamiento de Pat Darcy, Carlton Fisk estaba en el momento y en el lugar oportunos para él y su equipo.
Se enredó con el lanzamiento y conectó uno de los cuadrangulares inolvidables en Serie Mundial.
Al otro día los Rojos derrotaron a los Medias Rojas para coronarse en la Serie Mundial y continuar con la “maldición del Bambino.”
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