REMEMBRANZAS 1

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
REMEMBRANZAS 1
Por Héctor Barrios Fernández 

En sus tres temporadas de existencia (1968, 69 y 71) la vieja Liga Norte de México se caracterizó por su gran nivel, en ella se forjaron talentosos jóvenes que en poco tiempo se posicionaron en altos niveles dentro de la pelota mexicana, incluso Grandes Ligas.

En su primera temporada (1968) el prometedor tercera base ensenadense Fortino “Quisi” Morales Miyagui, en cuanto a fildeo, ocupó el primer lugar en la bien llamada “esquina caliente” con .955 de porcentaje.
Su bateo entregó cuentas de un excelente .299 de promedio.
Una lamentable lesión, hizo que “Quisi” Morales no continuara su promisoria carrera en el béisbol.
Lo recordamos con afecto a más de un año de su partida. QEPD.

El 22 de mayo de 1968, el zurdo Alfredo “Lobito” Meza de los Tigres de Ensenada se cubrió de gloria al lanzar juego sin hit ni carrera contra los Rieleros de Empalme dentro de la temporada regular de la Liga Norte de México.

Los Rieleros en realidad participaban en la denominada Liga Rookie que comprendía varias ciudades sonorenses, pero por considerarlo de interés en el desarrollo de las futuras ESTRELLAS DEL BÉISBOL, se consideró realizar juegos interligas, ya que el momento y el calendario de juegos lo permitía.
Esa temporada también lanzaron juegos sin hit ni carrera los pitchers Jorge Villa el 15 de mayo y Alberto Villa el 6 de junio, ambos de los Algodoneros de San Luis Sonora.
En blanqueadas esa temporada los líderes fueron Agustín Figueroa y Alfredo Meza por los Tigres de Ensenada, Raymundo Parra de los Águilas de Mexicali, Gonzalo Meza de Algodoneros de San Luis y Cruz Ruvalcaba, de los Internacionales de Nogales, todos con tres encaladas.

Uno de los grandes talentos que como parte de su desarrollo lo llevó a participar en la Liga Norte de México en 1968, fue el guaymense Héctor Huerta que en 1968 lideró a los paradores en corto de la liga con .945 de porcentaje en 96 juegos jugados.
Los aficionados ensenadenses de la época, recuerdan con agrado a esa talentosa generación de peloteros que en poco tiempo se hiciera notar en el béisbol mexicano. 

Roberto Clemente Walker felizmente consiguió su hit número 3,000 el último juego de la temporada de 1972, pero el año terminó en tragedia cuando después de organizar una campaña para colectar víveres para las víctimas del gran terremoto de Nicaragua, al trasladarse para hacer entrega personalmente, el avión en que viajaba cayó al mar perdiendo así la vida uno de los jugadores más grandiosos en la historia del béisbol.
Clemente fue firmado originalmente por los Dodgers, pero estos lo perdieron ante los Piratas de la manera más inocente.

Con sus 6 pies 8 pulgadas de estatura el lanzador derecho de los Astros de Houston J. R. Richard lideró la Liga Nacional en 1978 con 303 ponches, con ello implantaba un récord para lanzadores derechos en el viejo circuito, aunque también concedió 141 bases por bolas para ser el líder en ese departamento.
Richard estuvo mejor al año siguiente rompiendo su propio récord con 313 ponchados mientras bajaba a 98 en número de bases por bolas, en 1997 el derecho Curt Schilling de Filadelfia rompió la marca con 319 ponchados.   

Johnny Bench revolucionó la posición de receptor.
Aunque antes que él algunos notables receptores como Yogi Berra, Mickey Cochrane y Bill Dickey fueron héroes ofensivos, aunque Bench los superó a todos.
Fue novato del año en 1968, jugador más valioso en 1970, posteriormente líder en cuadrangulares y carreras impulsadas, de nuevo MVP en 1972. Engranaje clave de la Máquina Roja que ganó títulos en 1975 y 76.
Finalizó su carrera con su catorceava participación en un juego de estrellas. 

El que fuera jardinero derecho de los Marineros de Seattle, Yankee de N.Y. y Marlines de Miami, el japonés Ichiro Suzuki, saltó a la escena de Grandes Ligas en 2001 procedente de Japón.
Evocando recuerdos de grandes bateadores de tiempos ya idos.
Bateando a la zurda con un swing de adentro hacia afuera, conectando la pelota hacia donde no había nadie.
Único en la historia con más de 200 hits en cada una de sus primeras cinco temporadas, además un extraordinario defensivo, ganó guante de oro en sus primeras seis temporadas.
Por si fuera poco, se robó al menos 30 bases en 10 de sus primeras 11 temporadas mientras estuvo con los Marineros.
En 2001 fue novato del año y jugador más valioso.   

La famosa racha dio inicio el 15 de mayo de 1941 con un hit sencillo contra los Medias Blancas de Chicago, por fin ésta terminó el 16 de julio.
Durante las semanas de esa primavera-verano, Joe DiMaggio impuso récord de 56 juegos seguidos conectando de hit, marca que se mantiene como uno de los más grandes logros individuales en las Ligas Mayores.
En años posteriores Pete Rose con 44 y Paul Molitor con 39 juegos quisieron  acercarse pero se quedaron muy cortos.
“La racha” aún perdura.
DiMaggio llevó a los Yankees a ganar la Serie Mundial de ese año y de paso se llevó los honores como el jugador más valioso de la temporada, aún sobre Ted Williams que bateó para promedio de .406, siendo el más reciente bateador en lograr similar cifra. ¡Increíble!       

David Ortiz conocido como “Big Papi” fue uno de los más temidos bateadores en Grandes Ligas.
En 2004 ayudó a los Medias Rojas de Boston a ganar su primera Serie Mundial en 86 años.
Su cuadrangular en el juego 3 contra los Angelinos en la serie divisional permitió que su equipo se enfrentara a los Yankees de N.Y. por el banderín de la Liga Americana.
Allí “Big Papi” ganó dos juegos más para su causa cuando en el juego 4 conectó cuadrangular de dos carreras.
En el quinto de la serie en el inning 14 trajo la carrera del triunfo con un hit sencillo.
Además en el séptimo y decisivo juego, conectó cuadrangular para un impresionante regreso de Boston después de estar abajo 3 juegos a 0.
Eso los llevó a la Serie Mundial y a ganarla. 

Juan Hernández Camacho, en el mundo del béisbol mejor conocido como Juan Suby, participó en equipos que lograron coronarse en una temporada como Naranjeros de Hermosillo en invierno, Pericos de Puebla, Charros de Jalisco y Alijadores de Tampico.
Se le recuerda especialmente con los Tigres capitalinos en verano y con los Yaquis de Cd. Obregón en invierno.
Se codeó con los grandes lanzadores de su época como Vicente Romo, Pepe Peña, Miguel Sotelo, Andrés Ayón, Ramón Arano, Alfredo Ortíz y muchos más.
Fue un auténtico caballo de hierro, lo mismo abría juegos que relevaba, incluso el mismo día.
Fue beisbolista, boxeador, ciclista, se alistó como marino y su lugar de nacimiento es un misterio.
Sus restos descansan en el poblado de Esperanza, Sonora. 
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