SÓLO PARA DODGERSISTAS VIII PARTE

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
MITOS Y REALIDADES SÓLO PARA DODGERSISTAS VIII PARTE
Por Héctor Barrios Fernández

En el capítulo anterior nos quedamos en que:
…En el juego 4, de la Serie Mundial de 1947 Cookie Lavagetto, ya con dos outs, conectó una poderosa línea por todo el jardín izquierdo que se convirtió en un hit doble, empujando con ella par de carreras, para romper así el juego sin hit que estaba lanzando Bill Bevens de los Yankees, quien estaba a un out de lograr la hazaña por primera vez en juego de Serie Mundial.
Este hit hizo que los de Brooklyn se llevaran la victoria al son de 3-2.
Los Dodgers anotaron su primera carrera sin conectar hit en el quinto inning, producto de dos bases por bolas, toque de sacrificio y jugada de preferencia, Jackie Robinson fue ponchado para el tercer out.
En el juego seis, otro sustituto, Al Gionfrido, corrió hasta la zona del  calentadero del jardín izquierdo para hacer una de las más sensacionales atrapadas en Serie Mundial, quedándose con un batazo de Joe DiMaggio que hubiera sido un cuadrangular de tres carreras para empatar el encuentro.
Después de un tercer lugar en 1948, los Dodgers regresaron en 1949, solamente para perder de nuevo en la Serie Mundial ante los Yankees 4 juegos a 1.

1950 trajo una nueva angustia para los Dodgers.
Tuvieron la oportunidad de forzar a una serie extra para definir al campeón de la Liga Nacional en el último día de la temporada, pero Brooklyn no lo pudo lograr.
Cal Abrams, tratando de anotar la carrera del gane en el cierre de la novena entrada, fue puesto out en home con un perfecto tiro de Richie Ashburn.
Luego Carl Furillo y Gil Hodges vinieron al bat con las bases llenas pero no pudieron empujar la carrera del gane.
Los pupilos de Burt Shotton no tuvieron otra oportunidad, Dick Sisler se encargó de eso.
El primera base de los Filis puso la pelota en órbita con dos corredores en base en el décimo inning y los “niños genio” fueron a la Serie Mundial.
La temporada siguiente fue otro desastre, fue el año de “el disparo que se escuchó alrededor del mundo.”
El 13 de agosto con una ventaja de 13 ½ juegos, los Dodgers vieron como los Gigantes de Leo Durocher arrasaban con todo en las últimas seis semanas de la temporada, ganaron 36 de los últimos 44 juegos y forzaron las cosas a una serie final.

Como ya estamos enterados, el cuadrangular de tres carreras de Bobby Thomson con dos fuera en la parte baja del noveno inning, llevó a los Gigantes de New York a obtener el título y frustrar a los Dodgers una vez más.
En 1952, el equipo comandado por Charlie Dressen, poniendo todo su empeño, ganaron el banderín por 4 ½ juegos sobre el segundo lugar, solamente para morder el polvo una vez más ante los Yankees de Casey Stengel por 4 juegos a tres.
La atrapada de cordón de zapatos realizada por Billy Martin a batazo de Jackie Robinson, ahogó las esperanzas de anotar la carrera del empate en el séptimo y decisivo juego.
Un año más tarde, los Dodgers tuvieron uno de los equipos más grandiosos de su historia.
Liderados por el jugador más valioso, Roy Campanella, los de Brooklyn ganaron 105 juegos para imponer un record para el equipo, promediando seis carreras por juego.
Seis jugadores anotaron 100 carreras o más.
Duke Snider con 42 cuadrangulares y Roy Campanella con 41, encabezaron el ataque de los Dodgers que conectaron 208 batazos de vuelta entera en 154 juegos que en ese tiempo conformaban la temporada de Grandes Ligas.

Cinco integrantes del equipo batearon sobre los .300 de promedio, liderados por Carl Furillo, quien le dio a la pelota para .344 y con ello encabezar la Liga Nacional.
Campanella con 142 carreras impulsadas, fue uno de los cinco que produjo 90 o más carreras.
Con esta furiosa alineación, la “Gran Máquina Azul,” ganó con facilidad el título, dejando en segundo lugar a los Bravos de Milwaukee a 13 juegos de distancia.
De nuevo se les apareció su “coco,” los Yankees de New York, que ganaron el clásico otoñal en seis juegos.

“Esperemos hasta el próximo año,” llegó a convertirse en la angustiosa frase de los fieles aficionados en Brooklyn.
En 1955, Brooklyn finalmente escaló de nuevo a la cima.
En su segundo año al frente del equipo, Walter Alston, llevó a los Dodgers a obtener 22 victorias en sus primeros 24 juegos y para el mes de mayo sacaban 9 juegos de ventaja sobre los Gigantes.

Aseguraron el banderín el 8 de septiembre, que se convirtió en la fecha más tempranera en la historia de la Liga Nacional.
Eso los llevó de nuevo a la Serie Mundial.
El zurdo de 23 años de edad, Johnny Podres, ganó dos juegos y los Dodgers fueron campeones mundiales por primera vez en su historia, para ello le tuvieron que ganar a los Yankees en siete juegos.
El “dandy” cubano, Sandy Amorós, salvó el juego siete para la pandilla de Alston, al hacer una espectacular atrapada a batazo de Yogi Berra, lo más probable es que hubiera sido un extra base, después de capturar la pelota, Amorós se giró rápidamente y mandó la doblada al cuadro y del 7 al 6 al 3, completó la doble matanza.
Este sería el único título de Serie Mundial de los Dodgers como representativos de Brooklyn.
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