UN TORO EN LOS DIAMANTES CAPITULO 6

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UN TORO EN LOS DIAMANTES
Por CESÁREO SUÁREZ NARANJO
SEXTA PARTE

PRÓLOGO. La mesa ya estaba puesta para que los aficionados al beisbol disfrutaran de su espectáculo favorito: el gran CLÁSICO de OTOÑO, en ese tan turbulento año de 1981, cuando apenas cuatro meses antes, ésta – que era la edición número 78 de ese evento – se había visto amenazada por una suspensión de actividades que se vislumbraba con prolongarse por tiempo indefinido.
Por fortuna para todos, jugadores, dueños, aficionados, todo se había resuelto, y ahí estaban dos de los equipos con mayor tradición. Los DODGERS – primero de BROOKLYN y ahora de LOS ANGELES – con 16 apariciones en las Series Mundiales, sin que se pudieran ufanar de tener mucha suerte, pues hasta el momento únicamente habían salido triunfantes en cuatro ocasiones.
Por el otro lado, el equipo de mayor jerarquía en todo el beisbol organizado (sin por ello menospreciar a los demás) pues llegaban con 22 series ganadas en 32 oportunidades.
Para los aficionados mexicanos era doble la satisfacción, pues verían a “ese muchacho” que había sido la sensación durante la temporada, y los recientes playoffs. Además, como un “extra”, estaría también otro connacional, y sonorense por añadidura: AURELIO RODRÍGUEZ.
Y como señalábamos en nuestro capitulo anterior, los DODGERS llegaban sin ningún día de descanso, lo que de cierta forma constituía un hándicap en su contra. Y TOM LASORDA tuvo que hacer los ajustes de la mejor manera posible en su cuerpo de pitchers inicialistas.
De tal manera que ese martes 20 de octubre envió a la lomita a JERRY REUSS, con únicamente tres días de descanso contra RON GUIDRY, que fue el lanzador elegido por BOB LEMON, el manager de los YANKEES; y quien, la última vez que había lanzado, fue el 7 de octubre, cuando enfrentó a los CERVECEROS de MILWAUKEE en el primer partido de la Serie Divisional de la Liga Americana…y, en ese encuentro únicamente había lanzado durante 4 entradas y un tercio. Así que este “hombre”: GUIDRY, tenía ¡12 días de descanso!

Los expertos se fijan mucho en estos detalles; y dicen (con mucha razón, la mayoría de las veces) que “hay factores que benefician o, a la inversa, afectan a los pitchers con muchos o pocos días de descanso” (¡bueno!, como digo una cosa, digo la otra); “dependiendo” todo esto, por supuesto, de qué tan bien se sienta el lanzador en esos momentos. Sobre todo, cuando llega esta fase final, que es la Serie Mundial, y el trabajo de toda la temporada – y en su caso, los play offs – se refleja en su brazo.
Aunque, la verdad, en una temporada recortada, como está la de 1981, casi todos los pitchers habían trabajado mucho menos que en otras ocasiones. Así, GUIDRY había aparecido en 23 juegos, pero únicamente permaneció durante 127 entradas. Por su parte, REUSS, apareció en 22 juegos, pero tuvo más innings trabajados: 152 2/3.
Pero, ¡en fin!, no tiene caso “elucubrar” en este sentido, pues siempre se dan muchas sorpresas al respecto. Ya hemos visto algunas en Serie Mundial: la de CHRISTY MATHEWSON, en 1905, y la de SANDY KOUFAX, la más reciente, en 1965.
Después de toda la ceremonia protocolaria que se realizó en el YANKEE Stadium ante 56,470 espectadores, incluyendo el lanzamiento de la primera bola que hizo el inmortal JOE DIMAGGIO, y tal como empezaron las cosas, se notaba que los YANKEES no se habían “enfriado” con tanta espera. Y aquí nos permitimos traducir de una página de Internet lo que sucedió en el inicio de las acciones:
“…Tan pronto dio comienzo el partido número uno, los neoyorquinos les mostraron a sus seguidores porque seguían siendo: “El Más Grande Espectáculo del Mundo”. BOB WATSON abrió el ataque, conectando un jonrón de tres carreras sobre REUSS, y sus compañeros lograron una en la tercera, y otra más en la cuarta.
Y llegaron a la parte alta de la octava, con la pizarra 5 a una. El manager de los YANKEES, BOB LEMON, con una confianza excesiva, sacó a GUIDRY (más bien podemos pensar que LEMON consideró que era suficiente para GUIDRY, después de tantos días sin tener acción) y trajo a RON DAVIS, quien le falló dando bases por bolas a los dos únicos hombres a los que se enfrentó. Buscando enderezar las cosas, LEMON trajo a su as del relevo, GOOSE GOSSAGE; pero este no pudo evitar que le anotaran los dos hombres que encontró de “herencia”; una, con sencillo del emergente JAY JOHNSTONE, y otra, con un fly de sacrificio de DUSTY BAKER.

LEMON se “mantuvo en su macho”; pero, afortunadamente,  STEVE GARVEY dio línea por la tercera base, a la cual se le tiró GRAIG NETTLES, logrando una magnífica atrapada. Y todo concluyó con rola de RON CEY, la que recogió el mismo NETTLES y tiró a la segunda, para que WILLY RANDOLPH hiciera el out “forzado”.
Y la parte alta de la novena, la sacó GOSSAGE sin problemas, con ponches a PEDRO GUERRERO y RICK MONDAY, Y obligando a KEN LANDREAUX  dar rola por la segunda base. Con este triunfo, los YANKEES extendían su hegemonía sobre los angelinos, con cinco triunfos, de manera consecutiva.
Al día siguiente el segundo encuentro, miércoles 21 de octubre, todavía en Nueva York. Y BOB LEMON designó para este cotejo a un ex dodger: el “famoso” TOMMY JOHN, quien se enfrentaría a un BURT HOOTON, quien también tenía únicamente tres días de descanso.
TOMMY JOHN “navegó pacíficamente”, y con la ayuda de sus compañeros, quienes anotaron una carrera en la cuarta, y otras dos en la octava – más que suficientes – y con el relevo de GOSSAGE a partir de octavo rollo los YANKEES se agenciaron su segundo triunfo del compromiso.
Esta situación ponía a los DODGERS “de espaldas a la pared”; y para hacer un poco de historia, en únicamente siete ocasiones anteriores, un equipo que tenía dos derrotas sin triunfo en el Clásico, “había podido levantarse de la lona”, para salir triunfante. Los DODGERS lo habían hecho dos veces: en 1955 y en 1965. En tanto que los YANKEES lo habían logrado en tres: en 1956, 1958 y la última precisamente en su encuentro contra los angelinos, en 1978.
Vino el día de descanso, que a la vez es para el viaje de los equipos de una sede a otra.
A TOM LASORDA no le quedaba de otra, más que enviar ese viernes 23 de octubre a FERNANDO VALENZUELA en el tercero de la Serie, y primero que se jugaría en el Dodgers Stadium. El TORO, con tres días de descanso, enfrentaría a DAVE RIGHETTY por parte de los MULOS de MANHATTAN.
Y esta es “la historia del encuentro”: a RIGHETTY le cayeron “pronto”, en la misma parte baja de la primera entrada, con tres anotaciones, entre las cuales destacó el jonrón de RON CEY, trayendo a la registradora a dos de sus compañeros, dándole así una buena delantera.

Honestamente, no podríamos considerar que este haya sido uno de los mejores juegos que lanzara FERNANDO. Siempre en dificultades, aceptando 9 imparables – entre ellos dos jonrones – y concediendo 7 bases por bolas; únicamente en las entradas séptima y novena no tuvo hombres en base.
No “el mejor”, ¡cierto!; pero, sí, uno de los más importantes. Servía para darles “oxígeno” a los angelinos, y acercarse – aún con desventaja – en ese gran Clásico.
Los YANKEES le anotaron en dos ocasiones, en la segunda entrada, y otras dos en la tercera. RIGHETTY tenía la ventaja al lanzar la parte baja de la tercera entrada; pero nada seguro, embasó a dos hombres, lo que motivó que LEMON trajera a GEORGE FRAZIER del bullpen  a detener la ofensiva de los Dodgers. Lo cual logró en esos momentos.
Pero, en la parte baja del quinto rollo “se le cayó el mundo” a FRAZIER, cuando los angelinos atacaron temprano, con sencillo de STEVE GARVEY y base por bolas a RON CEY; PEDRO GUERRERO le conectó doble, para que anotara GARVEY; y después de base por bolas intencional a RICK MONDAY, entró a  lanzar RUDY MAY por los YANKEES, quien dominó a MIKE SCIOSIA con rola por segunda para doble play, pero no pudo evitar que anotara CEY la carrera que ponía en ventaja a su equipo, y que al final de cuentas era la definitiva.
Como dijimos líneas arriba, en el juego participó AURELIO RODRÍGUEZ, quien consiguió dos imparables sobre “EL TORO”, uno en el tercer capítulo, y otro en el octavo. LEMON sentó al titular de la tercera almohadilla, GRAIG NETTLES, para no enfrentarlo al pitcheo zurdo.
Para el sábado 24 de octubre, LASORDA contaba con otro de sus estelares: BOB WELCH, quien se enfrentaría RICK REUSCHEL. Pero WELCH le falló lamentablemente a su manager, y ni siquiera pudo sacar un out de la misma primera entrada, cuando los YANKEES anotaron en dos ocasiones, con triple de WILLIE RANDOLPH abriendo el juego, quien anotó por doble de LARRY MILBOURNE; todavía WELCH concedió base por bolas a DAVE WILFIELD, y aceptó imparable de REGGIE JACKSON para que se llenara la casa. DAVE GOLTZ entró al relevo, y dominó a OSCAR GAMBLE con fly al center, sin que nadie se moviera; pero BOB WATSON produjo la segunda carrera, con fly de sacrificio al left field.

El ataque de los YANKEES siguió en la segunda y tercera entrada, con una anotación en cada uno. Pero, en la parte baja de esa tercera entrada los DODGERS reaccionaron, registrando dos carreras, e hicieron otra más en la quinta. Los YANKEES regresaron, y anotaron dos más en la parte alta del sexto episodio; pero los angelinos replicaron con tres, en la parte baja, para empatar el cotejo a seis carreras; y con dos carreras más en la séptima entrada, que servirían para darles la ventaja definitiva, aun cuando los neoyorquinos anotaron una para acortar la distancia, en la parte alta de la octava. El ganador sería el relevista STEVE HOWE, y el derrotado, por segunda ocasión, GEORGE FRAZIER.
Así, con el compromiso empatado, los pitchers del domingo 25 serían los mismos del primer encuentro: JERRY REUSS y RON GUIDRY. Y el partido fue un verdadero duelo entre estos dos lanzadores. Los YANKEES lograron hacerle una carrera a REUSS en la segunda entrada, con doble de REGGIE JACKSON, quien adelantó hasta la tercera gracias al error de DAVE LOPES a elevado de BOB WATSON, y anotó con sencillo de LOU PINIELLA. REUSS les cerró la puerta a los neoyorquinos, y no les permitió más libertades.
Afortunadamente, para él y sus colores (azules) sus compañeros PEDRO GUERRERO y STEVE YEAGUER le dieron dos carreritas en la séptima entrada, con jonrones solitarios, pero suficientes para alzarse con el triunfo, mientras que él lanzaba juego completo.
Habiendo ya tomado la ventaja en la Serie, los DODGERS por tres juegos a dos, el Clásico se trasladó de nuevo a “la gran manzana”; con intenciones de reanudarse el martes 27; pero – como para hacerla de más emoción – ese día llovió, y se tuvo que posponer para el día siguiente. 56,513 aficionados estuvieron en el YANKEE Stadium, y vieron enfrentarse a TOMMY JOHN contra BURT HOOTON.
Y los BOMBARDEROS del BRONX se fueron arriba, con una carrera en la tercera entrada; pero los VAGABUNDOS empataron en la cuarta, y tomaron la ventaja en el siguiente capítulo, con tres en la quinta, cuatro en la sexta, y remacharon con una más, en el octavo episodio. Los neoyorquinos únicamente pudieron hacer una carrera, en la parte baja de la sexta entrada. Total, que con la labor de HOOTON durante cinco entradas y un tercio, el el salvamento de STEVE HOWE por el resto, los DODGERS se coronaron en terreno ajeno. Su quinta corona, ¡al fin!, y sobre sus más odiados rivales.
Resumiendo lo que fueron las acciones; y de muchos conocido en la mayor parte, diremos que los cronistas deportivos (BBWAA) decidieron – por primera vez en la historia – pasar por alto el hecho de que “SIEMPRE” hubiera un jugador “más valioso” en la Serie; y fueron tres los exaltados, debido a sus destacadas actuaciones: PEDRO GUERRERO, RON CEY y STEVE YEAGUER.

FERNANDO VALENZUELA únicamente tuvo una aparición, la del tercer juego. Y, en cuanto a nuestro otro compatriota, AURELIO RODRÍGUEZ, vale la pena decir que tuvo una desempeño decoroso, pues apareció en cuatro juegos, y se fue de 12-5.
Y como ese sexto juego lo perdió GEORGE FRAZIER, quien entró de relevo por TOMMY JOHN, en la parte alta de la quinta entrada, a él le corresponde el título de “el chivo de la serie”, pues acumuló tres derrotas, con lo que empató una marca nada deseable, que había durado 62 años, cuando en la Serie de la ignominia, 1919, CLAUDE “LEFTY” WILLIAMS de los Medias Blancas de Chicago también se llevó tres descalabros.
Ya asentado el “polvo” de las acciones, los aficionados al beisbol nos pusimos a esperar lo único que faltaba: los reconocimientos a los mejores del año en cada departamento, específico: “Manager del Año”, “Novato del Año”, “Cy Young”, y “El Más Valioso”, que se dio a mediados de Noviembre, y todo fue grato para nosotros, al enterarnos que FERNANDO VALENZUELA era considerado en dos de esos reconocimientos: CY YOUNG y NOVATO DEL AÑO. ¡No podía ser de otra manera, pues se lo merecía! Y, ¿qué le esperaba al “TORO”, para la siguiente temporada? Lo veremos, ¡en el siguiente Capítulo!