HABLANDO DE MALDICIONES

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
HABLANDO DE MALDICIONES
Por Héctor Barrios Fernández

No sé que cosa será peor, no haber ganado una Serie Mundial desde 1908 o no haber estado en ningún juego de ese tipo desde 1945.
Tal cosa sucedió a los Cachorros de Chicago, uno de los equipos más populares y taquilleros del béisbol de Grandes Ligas, hasta que por fin llegaron y la ganaron en el 2016.
Ese infortunio de los Cachorros se atribuye a la llamada “maldición de la cabra”.

Para el cuarto juego de la Serie Mundial de 1945 entre Cachorros y Tigres, Billy Sianis, inmigrante griego, compró un par de boletos con la intención de ir a apoyar a los dueños del Wrigley Field.
No se sabe si a la mera hora a Sianis se le hizo para atrás su invitado(a) o el plan original era hacerse acompañar de su mascota, la cabra Murphy, también se desconoce si había algún tipo de relación sentimental entre Billy y Murphy, lo que sí se sabe es que Sianis, salvó la vida de Murphy, ya que ésta había caído de un camión en movimiento, el cual la transportaba.
En su vestimenta, la cabra llevaba una leyenda que decía: “tenemos a la cabra de Detroit;” lo cual provocó una fuerte discusión entre Sianis y el personal de seguridad del estadio.
Cabra y dueño tomaron finalmente sus asientos y el juego comenzó. Estuvieron echando porras a su equipo por algunas entradas, hasta que Phillip Knight Wrigley pidió al personal de seguridad que expulsaran del estadio a Sianis con todo y su cabra Murphy, argumentando que por el olor que la cabra desprendía, se entendía que no había probado baño desde hacía tiempo.
Antes de ser expulsados del estadio, Sianis, entre otras cosas, lanzó su maldición y aseguró que los Cachorros, nunca volverían a jugar una Serie Mundial en el Wrigley Field, mientras escuchaba esto, con sus extremidades, Murphy trazó unos compases mágicos en el suelo.
Los Cachorros perdieron ese juego y también la serie.
Muy a pesar de los equipazos que formaban, no lograban llegar y menos ganar   una Serie Mundial.
Sianis murió en 1970, pero la maldición continuaba.
Algunos hasta propusieron poner a los Cachorros y al estadio Wrigley en manos de un exorcista, otros, aseguran que si los Cachorros llegaran a la Serie Mundial, sería el fin del mundo o cosas peores si la ganan.
Sin duda una historia por demás absurda, pero… siempre se recomendó   prudencia.

Hubo otra maldición no menos famosa y comentada, duró más de 80 años y como nada es para siempre, por fortuna para los bostonianos y en especial para los mediasrojistas, llegó a su fin con la obtención del gallardete en 2004. Aquí no se vio involucrada ninguna cabra, aquí fue “el Bambino” George Herman Ruth o “Babe Ruth.”
Harry Frazee, dueño de los Medias Rojas e indirectamente la novia de éste, fueron los protagonistas principales.
Resulta que la novia de Harry, estaba por montar una obra musical en Broadway y como ocupaba unos dolarillos para tal fin, se los pidió a Harry que no tenía la cantidad solicitada, por lo que decidió poner a la venta a Ruth que en ese tiempo estaba ya convertido en tremendo lanzador, había ayudado a Boston a ganar varias Series Mundiales, incluyendo la de 1918.
Rápidamente los Yankees (tenían que ser), se interesaron, platicaron y se hizo la transacción, unos aseguran que por 100,000 Dlls. otros que por 125,000; ¡vaya Usted a saber!
En ese tiempo sin saberse, así comenzó la “maldición del Bambino” en 1920.
La dichosa obra musical en poco tiempo fue un total fracaso y nunca se volvió a saber de ella.
A partir de ahí los “Bombarderos” del Bronx, ganaron 26 campeonatos por 0 de Boston, aparte de sufrir muchas desilusiones, recuerdo particularmente aquella Serie Mundial de 1975 contra la “máquina roja” de Cincinnati, una de las primeras que vi por T.V., como desesperado Carlton Fisk, receptor “Patirojo” haciéndole señas a la pelota para que se fuera por terreno bueno u otra escena famosa en la Serie Mundial de 1986, la pelota pasando entre las piernas del primera base bostoniano Bill Buckner.
Entre 1920 y 2003, los “Patirrojos” llegaron 10 veces a juegos de “postemporada” entre 1947 y 1986, lograron avanzar cuatro veces hasta el séptimo juego de la Serie Mundial, pero la terminaron perdiendo.
Antes de la venta del “Babe,” Boston había ganado cinco de las quince Series Mundiales jugadas hasta entonces y así, como éstas, en el béisbol, matemáticamente creado con intención o sin ella en base tres, seguramente habrá otras maldiciones.                                         
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