ALFREDO MEZA RUBIO

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
ALFREDO MEZA RUBIO
Por Héctor Barrios Fernández

Suele suceder que en la infancia de casi todo niño, tienes a tus ídolos deportivos, los quieres imitar para que algún día realizar las mismas hazañas.
Mi caso no fue diferente, aunque me llamaron la atención los deportes en general, sin saber por qué, el béisbol siempre ha ocupado el primer lugar.
En aquellos años admiraba a figuras como Héctor Espino, Celerino Sánchez, Aurelio Rodríguez, Don Drysdale, Héctor “la Malita” Torres, Carl Yastrzemski, Bob Gibson y muchos otros.
De ellos solamente sabía por los noticieros del radio, el periódico o las revistas especializadas, aunque al paso del tiempo a muchos los vi jugar en vivo.
Con la llegada del béisbol profesional a Ensenada en 1968 y yo aún en las  primeras etapas de la vida, recuerdo como si fuera ayer que vi jugar a los Tigres locales o al menos escuchar por radio sus juegos, recuerdo a todos sus integrantes y a todos admiré, fueron los campeones de la Liga Norte de México.
Con el devenir de los años he vuelto a saber de algunos de ellos y a reencontrarme con otros.
Tal es el caso de Alfredo “el Lobito” Meza.
Ocasionalmente sabía de Alfredo Meza por medio de los Profesores Manríquez que fueron mis vecinos, maestros y compañeros de “cascaritas” en el básquetbol, ellos contaban sus hazañas de niños allá en el Mineral y Puerto de Santa Rosalía, B.C.S., que tantos y buenos jugadores ha dado.
Alfredo nació el 20 de febrero de 1945 y pasó su infancia en ese famoso y pintoresco poblado.

En una historia que se repite en muchos, Alfredo se inició en el béisbol a muy temprana edad con sus vecinos, jugando en la calle frente a su casa o bien con sus compañeros de escuela.
¿Equipo para practicarlo?
Lo que se pudiera, como palos de escoba, cualquier tabla era buena para batear, pelotas hechas a mano con hilo y engrudo, cartón de cajas de cereal como guantes, etc.
En una ocasión los famosos Ostioneritos de Guaymas que entre sus filas tenían a niños que después se convertirían es estrellas del béisbol en nuestro país como Raúl Cano, Jesús Sommers y Francisco Campos visitaron Santa Rosalía para enfrentar a una selección que curiosamente incluía a niños que abrazarían el béisbol profesional como Vicente Peralta, José Luis Amador y el mismo Alfredo “el Flaco” Meza.
En uno de esos juegos, Alfredo que cubría el jardín central por los sudcalifornianos, conectó un cuadrangular para ganar el encuentro.
Posteriormente era común que antes del inicio de la temporada de la Liga de Sonora, hoy Mexicana del Pacífico, los Ostioneros hicieran algunos juegos de pretemporada en “Cachanía” sobre todo porque algunos de sus integrantes eran originarios de ese lugar como Arturo Cacheux, Vicente Romo, Guillermo Frayde y otros.
En uno de esos juegos nuevamente el “Flaco” Meza que prácticamente aún era un niño entra a batear de emergente en la octava entrada y con un corredor en base conecta de cuadrangular para ganar el desafío, los aficionados lo quieren saludar, tentar, lo cargan en hombros, le quitan la gorra, la camisa y todo lo que le pudieran quitar para conservarlo como valioso souvenir, arman la colecta y lo premian con una buena suma económica.
Recuerda haber jugado con los equipos Cuervos y La Progreso en su comunidad  natal, siempre como fielder o primera base.
La vida llevó a Alfredo a radicar en la ciudad de Tecate, B. C.
Curiosamente en esa ciudad cervecera y recién llegado de tierras sureñas, nuevamente le toca enfrentarse a los talentosos Ostioneritos de Guaymas, les repite la dosis cuando vuelve a conectar cuadrangular precisamente a la estrella del pitcheo guaymense Raúl Cano y no contento con eso, también les lanzó ese juego consiguiendo la victoria.
En Tecate sigue practicando el béisbol iniciándose muy joven en categoría de segunda fuerza y por su desempeño y calidad como jardinero central, recibe la invitación para unirse al equipo Indios que competía en la Liga Amateur de Tijuana que contaba con grandes elementos como Luis “Viejito” García, que de viejito no tenía nada en ese tiempo, otros como, Alberto “Güero” García, Macario Rayle y muchos.
Cuando todo parecía que echaría raíces en Tecate, el destino de nuevo aparece y lo lleva a radicar a Puerto Peñasco, Son., en donde otra vez venciendo su timidez se enrola en el ambiente del Rey de los deportes, debido a su buen desempeño lo incluyen como jardinero central de una selección que iría a enfrentarse a los Rojos de Caborca que participaban en la Liga Norte de Sonora.
Perdieron el primero de una doble cartelera.
En el segundo juego, recuerda que el encuentro estaba en la balanza, su lanzador se mete en problemas, entra el manejador y hasta el jardín central le hace la señal de que se venga a la loma, venciendo los nervios y todo, poncha a los nueve bateadores a los que enfrentó.
Qué le parece, qué tal que no hubiera estado nervioso.
Al término del partido el alto directivo del equipo de Caborca se olvidó de otros elementos que le interesaban y lo invitó a unirse a su equipo Rojos, fue así como debutó en el béisbol de paga, dejó de ser el “Flaco” Meza y se convirtió en Alfredo “el Lobito” Meza.
Rojos dirigidos ese año por Federico Bojórquez y Chico Estrada.
Poco a poco se fue desentendiendo de jugar fielder y a lanzar más, cuando lanzó 48 innings consecutivos sin permitir carrera, decidió que sería solamente lanzador.
La serie final por el título la disputaron Internacionales de Nogales y Rojos de Caborca, en uno de los primeros juegos tiró once innings ganando 1 a 0.
El último y decisivo en casa de los Rojos, le dan de nuevo la bola y gana 6-0 para coronarse.
Esa serie final la observaba con mucha atención el Sr. Jaime Escobar gerente de los Yaquis de Cd. Obregón, al final les hace la invitación a Enrique Icedo y a él para que se unieran a la tribu.

Allí tendría un sueldo cuatro veces más del que ganaba en Caborca, lo cual representó un aumento económico bastante sustancial.
Por primera vez se codeó con las grandes estrellas del béisbol nacional en ese momento como Pancho y Nicolás García, Jesús Robles, Arturo Cacheux, Jaime Corella (manejador) Jorge Fitch, Carlos Murrieta, William Berzunza, Rolando Camarero y más.
Los novatos aparte de él eran Miguel Pereyra, Héctor Zamudio, Víctor Orozco  y Enrique Icedo.
Desde un principio les dijeron que no iban a jugar mucho pero que aprovecharan los consejos de los veteranos.
El equipo inició muy mal la temporada y los lanzadores fueron muy maltratados por los bateadores contrarios, entonces el manejador Corella le comenzó a dar encargos de relevista teniendo muy buen desempeño.
Ante la falta de pitcheo, en serie contra los Tomateros de Culiacán y después que los Yaquis perdieron los dos primeros juegos, Jaime Corella le da la pelota al zurdo Meza para iniciar contra el cubano Evelio Hernández.
Con los nervios de punta, se trenzan en tremendo duelo de lanzadores hasta que el mismo pitcher Hernández le conecta el primer hit.
En la octava entrada con el marcador 2-0 a favor de los Yaquis, nuevamente Evelio Hernández le conecta de hit, entra el manejador Corella y jala por Enrique Castillo que tranquiliza a los Tomateros para que Alfredo “el Lobito” Meza conquistara su primera victoria en la liga Sonora-Sinaloa, hoy LMP.
En la segunda apertura de su carrera fue en contra los Naranjeros de Hermosillo, Obed Plascencia, su paisano, le conecta cuadrangular para perder el juego 2-0, a pesar de la derrota, quedó la buena impresión de haber lanzado gran juego.
La temporada continuó y llegó a su fin llevándose Alfredo Meza nada más ni nada menos que el nombramiento de “Novato del Año,” 8 ganados  6 derrotas y 2.36 en carreras limpias, en uno de esos juegos solamente recibió un hit que fue conectado por Víctor Fabela de los Mayos de Navojoa.

Héctor Barnetche que jugaba para los Yaquis y era gerente de los Tigres de México lo invitó a unirse al equipo en verano.
Allí inició su carrera de 13 temporadas en la Liga Mexicana con diferentes equipos como los mismos Tigres, Charros, Petroleros, de nuevo Tigres, Saraperos, Tecolotes y Leones de Yucatán, estando con este equipo de Mérida no solamente coincidió con Fernando Valenzuela, sino que les tocó ser compañeros de cuarto en las giras del equipo, en uno de tantos juegos se encuentra con el gran Benjamín “Cananea” Reyes quien a manera de broma le dice: “Mi Lefty, acuérdate que más allá ya no hay equipos.”
En alusión de que ya había recorrido muchos.
Doce campañas en la Liga Mexicana del Pacífico.
También en esta liga, en la temporada 1973-74, Alfredo inició con los Venados y allí lo saludó “Cananea” Reyes, al mes siguiente ya estaba con Cañeros de Los Mochis y se volvieron a encontrar, al otro mes, el Zurdo Meza lanzaba para los Ostioneros de Guaymas y nuevamente se encuentra con Benjamín, cada vez en equipos diferentes cuando éste le pregunta: “Bueno Lefty, eres inspector de equipos o por qué andas en uno diferente cada vez que nos encontramos.”
Con los Tigres del México lanzó un juego sin hit ni carrera contra Tampico.
Tiene una inolvidable victoria sobre los Rangers de Texas de Billy Martin.
En Ensenada lanza otro sin hit ni carrera contra los Rieleros de Empalme, en un juego ponchó a 18 bateadores, logró un título con Caborca, otro en Ensenada y otro más con Membrilleros de Magdalena en la Norte de Sonora, donde hizo mancuerna en el staff de pitcheo con su estimado compadre el ahora Doctor Vicente Arturo Carranza Fernández “Mi Sangre.”
Quedan pendientes muchas historias y hazañas de este gran lanzador.
Una carrera por demás interesante, digna de reconocerse y comentarse la de Alfredo “el Lobito” Meza el causante de que en 1968 en Ensenada, muchos niños queríamos ser lanzadores zurdos aunque fuéramos derechos.
Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com