FRANCISCO NIETO NAVARRO

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
FRANCISCO NIETO NAVARRO
Por Héctor Barrios Fernández

Mayormente conocido en el mundo del béisbol como “El Pochón Nieto” apodo que le viene de su papá de quien heredó el nombre, el apodo y hasta la posición de receptor.
Nació en la ciudad de Ensenada, B. C., el 8 de octubre de 1954.
Hijo del señor Francisco Nieto Rodríguez originario de Mulegé, B.C.S., y de la señora Victoria Navarro López de Nieto, de Santa Rosalía, B.C.S., el matrimonio procreó nueve hijos, siendo Francisco el segundo en el orden al bat, siete mujeres y dos hombres.
Buscando mejores horizontes, la pareja decidió dejar atrás el pueblo mágico de Santa Rosalía para radicar por el resto de sus días en Ensenada, estableciéndose en  la calle 10 y Alvarado, lugar exacto del nacimiento de Francisco Nieto Navarro.
Como suele suceder en estos casos, Francisco Nieto Jr., se inició en el béisbol jugando en la calle frente a la casa, con los vecinos de la misma edad, esto sucedió en la calle Pípila en la populosa y aguerrida colonia Cuauhtémoc en Ensenada.
También como es común lo jugaban improvisando las herramientas y en ocasiones hasta imponiendo sus propias reglas, usando cualquier palo que sirviera como bat, bases de cartón o trapos viejos, pelotas de calcetín y así.
Tiempo después con la facilidad de que su papá también practicó el béisbol a muy buen nivel, les facilitaba equipo para el juego.
Consecuencia del ímpetu, la motivación y “el gusanito” para practicar el béisbol, de la misma colonia surgieron equipos infantiles como los Chuneles y Gallitos.
Recuerda que su primer manejador en un equipo organizado fue el señor José Cruz “Chory” Cobos, residente de la misma colonia Cuauhtémoc, que los transportaba a los campos de juego en una camioneta prestada.
En esa época eran unos agarrones beisboleros con el equipo Cometas de Humberto Meza.
Como anécdota recuerda que en 1962, la selección de Ensenada de la que su papá era el receptor y él fungía como bat boy, al ir a cumplir un compromiso a Mexicali, no pudieron llegar allá por estar cerrado el paso por una fuerte nevada en la sierra de la Rumorosa, posteriormente pudieron llegar a su destino gracias a que les concedieron un permiso especial para viajar por Estados Unidos, cosa que en estos días se antoja imposible, ya que hasta en eso han cambiado los tiempos.
En sus últimos años de educación primaria, motivados por la construcción de una cancha de básquetbol en la Escuela Primaria Cuauhtémoc y para disgusto de su papá que era de carácter fuerte, abandonó el béisbol para tomar el deporte de las canastas como su favorito.
Fue entre los 11-12 años de edad en la que el señor Francisco Nieto Rodríguez organizó y tomó las rienda del equipo Electricistas en la categoría de segunda fuerza en la que casi contra su voluntad, se vio obligado a ingresar al equipo, siendo el más pequeño de los integrantes.
Todo esto propició que a esa edad comenzara a tener conflictos con el béisbol y no querer saber nada de este deporte.

De cualquier manera el practicarlo en la calle con los amigos, en la escuela y de su corta participación en equipos organizados, algunas buenas experiencias y aprendizajes le quedaron, además que tal vez sin saberlo, por su naturaleza física, habilidades y talento, adquirió algunos conocimientos al respecto.
Fue cuando se integró como alumno en la Universidad de Sonora, (Unison) en la que le volvió la inquietud por el béisbol.
Ya alejado de la presión paterna por hacer de él un beisbolista destacado, comenzó a participar en torneos dentro de la Universidad.
En un principio y como alumno de reciente ingreso, solamente jugaba con el equipo de la facultad de Ingeniería Química, como lo hacían otros alumnos en un equipo de menor categoría dentro de la Universidad.
Fue jugando allí que junto a otro ensenadense, Alfredo Marín Durán (QEPD), llamaron la atención de su manejador o encargado del equipo Miguel Nichols que a su vez era coach de la selección universitaria (Búhos), quien los recomendó con el manejador, el prestigiado Profr. Gustavo Hodgers Rico quien rápidamente le dio seguimiento y se dio cuenta de las habilidades bateadoras de Francisco Nieto, solamente que había un problema,
Francisco no tenía una posición definida dentro del campo, así que lo probaron aquí, allá y en todas la posiciones y en ninguna daba el ancho.
Como último recurso lo asignaron a la receptoría en donde el Maestro Hodgers algo vio que llamó su atención.
Fueron duras y agotadoras sesiones de entrenamiento en las que poco a poco fue puliendo sus defectos y adquiriendo los conocimientos y experiencia para llegar a convertirse en uno de los mejores cátchers mexicanos de su generación, dentro del béisbol aficionado en México.
Participó en dos torneos estatales defendiendo los colores de la Unison, logrando un subcampeonato en Cd. Obregón y un título en Hermosillo haciendo batería con uno de los grandes lanzadores de los Búhos, Armando Quijada.
También con el mismo equipo de Búhos asistió a un torneo nacional universitario a la ciudad de Saltillo, Coahuila.
A su regreso a Ensenada en 1977 se incorpora a la liga Industrial Comercial, en donde pierden la final del torneo estatal contra Tijuana Municipal, pero con los suficientes méritos como para ser el receptor titular de la selección de Baja California en el torneo Nacional desarrollado en La Paz, B.C.S., manejados por Alfonso “Charro” Argüelles y teniendo como compañeros a jugadores que poco tiempo después abordarían el profesionalismo como Donald Cañedo y Marco A. Guzmán, parador en corto y receptor que pronto harían gran carrera en el béisbol de paga.
Durante ese torneo se presentó un conflicto en torno a Francisco Nieto, ya que al mismo tiempo aparecía inscrito en torneos estatales en Sonora y Baja California y los dos estados se lo disputaban, sin embargo al final los representantes de cada estado platicaron y convinieron en que jugara con la selección de Baja California.
Su excelente desempeño en ese campeonato nacional le permitió ser nombrado receptor de la selección mexicana que participaría en el mundial de la especialidad en Italia.

De allí fue convocado a concentrarse en la ciudad de México con el resto de la selección, los entrenamientos los realizaban mayormente en giras por diferentes estados y ciudades del país y en el desaparecido estadio del Seguro Social con los equipos profesionales Diablos Rojos y Tigres, en ese tiempo de la ciudad de México.
Al ver el talento y la habilidad de Francisco Nieto, tanto a Benjamín “Cananea” Reyes como a José Luis “Chito” García se les ponían los ojos más grandes que una pelota de béisbol y lo querían firmar para sus equipos que tenían de receptores titulares a Sergio “Kalimán” Robles y a Martín Terrazas, asegurando que “El Pochón” era tan bueno o mejor que los mencionados que ya es mucho decir.
Comparando el ofrecimiento económico y su percepción como empleado de la CFE, fue factor importante para rechazar el profesionalismo.
Encontrar otro receptor que lo respaldara en la selección mexicana no fue tarea  fácil porque los que se probaban no daban el ancho, hasta que estando en Sonora para juegos de práctica probaron al guaymense Oscar Sánchez que era de lo mejor en su tiempo y finalmente se quedó como segundo cátcher.
Aunque por esos tiempos la gente del Distrito Federal eran los mandones, en la selección se reencontró con viejos conocidos de la UNISON, como Armado Gaxiola y Armando “Polilla” Quijada, también Miguel Ángel Solano, hijo del gran Claudio Solano estrella del béisbol mexicano, también con Elizondo “Piedritas” López Martínez (QEPD) quien años después fuera entronizado al Salón de la Fama del Deporte de Sonora y otros.
Como bajacalifornianos estaban en el equipo Guillermo “Memo” Barraza y nuestro personaje Francisco Nieto.
Lamentablemente y por esas cosas raras que suelen suceder, José Luis “Conejo” Cervantes, a pesar de ser superior en su calidad de juego, fue dejado fuera de la selección para dar cabida a José Manuel “Goyito” Ortiz del estado de Nuevo León  que tiempo después brillara en el terreno profesional.
En ese torneo mundial le tocó formar batería con Armando “Polilla” Quijada, Nieto como receptor y Quijada como lanzador.
En un juego contra el equipo de Australia, “el Polilla” ponchó a 19 bateadores, siendo guiado en la receptoría por el ensenadense Francisco Nieto.
En ese torneo mundial alcanzaron un séptimo lugar y a él en lo particular le fue muy bien al terminar con un promedio de bateo muy por arriba de los .300 de porcentaje.
Posterior a ese torneo tuvo gran cantidad de ofertas para integrarse al profesionalismo, pero tampoco le ofrecieron igualar su salario, prestaciones y seguridad social que ya devengaba, mucho menos superarlo.
Se integra a equipos locales afiliados a la Liga Industrial Comercial y sigue defendiendo los colores de Ensenada en los torneos estatales de primera fuerza hasta acumular dieciocho torneos de ese calibre y siete campeonatos nacionales defendiendo los colores de Baja California que en ese tiempo en los uniformes se escribía correctamente el nombre de nuestro estado y no errónea y mañosamente
-Baja- como muchas veces se escribe hoy.
En una ocasión en juegos de preparación con la selección de Baja California que incluía al ensenadense José Rafael Soto y a Eduardo Jiménez de Tijuana, les tocó jugar en el estadio de los Angels de Anaheim contra la selección olímpica de los Estados Unidos en la que se encontraban Tim Wallach y Mark McGwire, quien conectó un cuadrangular que la pelota aún no cae.
Días después producto de su buen desempeño con el bat, llegó a las oficinas de la CFE una comisión estadounidenses para invitarlo a estudiar en la Universidad del Sur de California, invitación muy tentadora que finalmente rechazó por tener su vida ya hecha en Ensenada.  
Reconoce y recuerda que fue otra gloria del béisbol bajacaliforniano como Enrique Echave quien con sus consejos lo ayudó a ir moderando poco a poco su fuerte carácter explosivo en el terreno de juego.
A pesar de que en las competencias estatales, Ensenada no lograba el campeonato, Francisco Nieto siempre tenía un lugar en la selección estatal para participar en eventos nacionales.
De los ochos torneos nacionales participados, tuvo la fortuna de resultar campeón en cuatro o cinco de ellos.
Justamente atribuye a su fuerte carácter, que lo llevó a tener conflictos con dirigentes nacionales exigiendo mejores tratos para él y sus compañeros y por ese motivo ya no más fue convocado a torneos internacionales.
En la localidad jugó con varios equipos como SUTERM, Yonke el Turko, Pericos de Taller Huerta, Dulcelandia, Autos Fox, Frayles y Mariscos Bahía.
Terminando su carrera como jugador activo, se dedicó a manejar algunos equipos.
Reconoce en las personas del Profr. Gustavo Hodgers en Hermosillo y a Raúl “Puma” Peña Robles como los manejadores de la más alta calidad en trato y conocimiento del juego para los que le tocó jugar.

Entre los jugadores que más influyeron en su desarrollo como receptor está quien en alguna ocasión fuera su compañero de juego Marco Antonio Amao Villavicencio, lo mismo que Enrique “Zurdo” Echave, Ramón Armenta, Martín “Mulato” Sauceda, Manuel Chaparro, Héctor “Pelón” Granados, Eduardo Urías, Rolando Verdugo, Noé Jiménez, Manuel “Tití” Marrón, Álvaro Martínez, Cuauhtémoc Sández, Ramón “Niño” Márquez.
Esta es solamente la punta del iceberg en la carrera beisbolera de Francisco “Pochón” Nieto Navarro, carrera deportiva que se amplía a otros deportes como el sóftbol, básquetbol y vólibol, pero esa será otra historia.
Hoy felizmente casado con la Sra. Leticia Castañeda Custodio con quien ha procreado tres hijos, cuyos nombres son Martha Leticia, Diana Michell y Francisco el menor de los tres.
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