SERIE MUNDIAL 1947

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ESTRELLAS DEL BÉISBOL
SERIE MUNDIAL 1947
Por Héctor Barrios Fernández

Tan cerca y tan lejos.
De todos los momentos emocionantes, ninguno se puede comparar con lo que le pasó al pitcher de los Yankees Floyd (Bill) Bevens.
En el cuarto juego de la Serie Mundial de 1947, cuando el lanzador derecho contaba con 31 años de edad, estaba en su cuarta temporada como lanzador de Ligas Mayores y había tenido un pobre récord de 7-13 al finalizar esa campaña.

Estaba teniendo el juego de su vida en la fría tarde del 3 de octubre en el estadio Ebbets Field, casa de los Dodgers de Brooklyn.
Turno de los Dodgers en el noveno inning, su último turno al bat en el juego. Bevens los estaba venciendo 2-1 sin haber aceptado un sólo hit.
La única carrera del equipo de casa la anotaron en el quinto inning, producto de dos bases por bolas, un sacrificio y una rola al cuadro para impulsar la que hasta esa altura era su solitaria carrera.
Hasta ese momento Bevens había otorgado ocho bases por bolas, pero en este inning sintió la presión de los 33,443 aficionados presentes en el estadio, estaba a tres outs de lanzar el primer sin hit en la historia de las Series Mundiales.
Para abrir la tanda, Bevens retiró al cátcher de Brooklyn Bruce Edwards en elevado al jardín izquierdo que sin problema alguno atrapó Johnny Lindell, pero dio base por bolas al siguiente bateador que fue Carl Furillo, el manager de los Dodgers Burt Shoton envió al bajito de estatura pero muy veloz, Al Gionfriddo a correr por Furillo anclado en la primera base.
Bevens entonces obligó a Spider Jorgensen a elevar al primera base George McQuinn.
¡A un out de distancia de la hazaña!
El manejador del equipo de casa Burt Shoton, mandó a Pete Reiser a batear de emergente por el pitcher Hugh Casey y con la cuenta de 2 y 1, Gionfrido sorprende a todo mundo robándose la segunda.
El manager de los Yankees ahora ordenó a Bevens que pasara intencionalmente a Reiser, lo que representó su décima base por bolas en el juego.
Las intenciones de Harris eran de buscar el out forzado en cualquier base. Pero también hizo lo que dicen que no se debe hacer en el béisbol, colocar la carrera del gane en base.

En duelo de estrategias, Shoton envió a Eddie Miksis a correr por Reiser, que estaba algo lastimado.
Tambien Shoton mandó al popular Harry (Cookie) Lavagetto un veterano de 10 campañas a batear por Eddie Stanky, Lavagetto abanicó y falló el primer lanzamiento de Bevens, el siguiente representó el 137 en el juego para Bevens, al cual Lavagetto conectó de línea rumbo al jardín derecho sobre la cabeza de Tommy Henrich, quien perdió la bola momentáneamente para que Lavagetto se anotara un doble.
Gionfrido y Miksis habían salido con el lanzamiento de Bevens, los dos anotaron, Miksis con la carrera del gane.
No hubo no-hit, y tampoco hubo juego ganado para Bevens y para los Yankees.
Gionfrido también fue uno de los héroes en la victoria de los Dodgers en el sexto juego de la serie.
Los Dodgers ganaban 8-5 en el sexto inning, cuando Joe DiMaggio conectó profundo una pelota que parecía irse al bullpen del jardín izquierdo sobre los 415 pies de distancia del home plate.
Gionfrido que le había estado jugando muy cargado al jardín central al “Clipper”, de pronto apareció de entre las sombras hecho un bólido para robarle un posible cuadrangular de tres carreras al gran Joe DiMaggio quien ya cerca de la segunda base, vio de frente una de las atrapadas más espectaculares que se han hecho en Serie Mundial.

DiMaggio conocido además por mostrar muy poco sus emociones, en un acto de frustración, agachó la cabeza y dio una fuerte patada al suelo, levantando gran nube de polvo.  
De cualquier manera, los Yankees ganaron la serie como era usual en ellos.
Y como una ironía de la vida, ninguna de estas figuras en la Serie Mundial de 1947, Bevens, Lavagetto y Gionfrido, jamás volvieron a jugar otro juego de Grandes Ligas.
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